Boletín UNAM-DGCS-447
· El académico del Instituto de Investigaciones Sociales aseguró que la crisis ya alcanzó la esfera de los valores democráticos
· Es urgente defender las instituciones públicas y las demandas de los sectores marginados, subrayó el ex rector de la UNAM
Es un error no darse
cuenta que las políticas neoliberales, en auge a nivel mundial desde la década
de los 80, están dirigidas a empobrecer a las grandes masas, afirmó Pablo
González Casanova, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
El Banco Mundial –puntualizó– admitió la crisis que sufre el neoliberalismo, pero en lugar de modificar el modelo, éste se acentuó y ha ocasionado el empobrecimiento creciente de la humanidad.
Sería una equivocación no percatarse de que el modelo económico actual se sustenta en una relación de poder y sólo podrá encontrarse una alternativa si se modifica esa relación, precisó.
La crisis del neoliberalismo ya alcanzó a los valores universales sobre los cuales estaba supuestamente sustentado, como la libertad y la democracia, indicó.
El caso ejemplar de esta situación, aseguró el investigador universitario, es lo ocurrido en las pasadas elecciones en Estados Unidos, donde las irregularidades del proceso electoral motivaron que éste fuera finalmente resuelto en la corte.
Al participar en el foro “Transición democrática y economía política, más allá del consenso de Washington”, realizado en la Facultad de Economía de la UNAM, González Casanova subrayó que lo más grave es la mentira que prevalece en los discursos políticos.
Cualquier fuerza
democrática, añadió, debe tomar en cuenta los efectos de este modelo económico,
ya que no se puede aspirar a una auténtica vida política sin un discurso
público en el que se respete a quien lo escucha.
Al hablar ante Arturo Bonilla Sánchez, Ifigenia Martínez Hernández, Guillermo Ramírez Hernández y Armando Labra Manjarrez, el académico consideró que la mínima acción a desarrollar es la lucha por la defensa de las instituciones públicas e impedir que el pensamiento asimile la lógica de las mercancías.
Es necesario también, resaltó, apoyar las demandas de los sectores marginados de la sociedad como los trabajadores y los indígenas. Es una vergüenza, comentó, que el Congreso de la Unión haya aprobado una ley indígena que no reconoce ningún derecho a los pueblos indios, y además les resta aquellos que en su favor establecían las leyes de indias vigentes en la colonia.
En su intervención, Armando Labra consideró que el saldo general de la globalización para la mayoría de los mexicanos ha sido desfavorable debido a la interpretación fundamentalista del neoliberalismo, a costa del proyecto nacional, por lo cual es urgente encontrar alternativas económicas basadas en el mandato popular.
El desequilibrio
ocasionado por las deficiencias del mercado, por una parte, y del Estado, por
la otra, deben ser corregidas por éste sobre la base del interés de la sociedad.
La virtud de la política de ofrecer alternativas se pierden cuando la economía es impuesta de manera dogmática. Ello resta flexibilidad a la política como opción para conducir a la sociedad y enfrentar el reto principal de combatir las desigualdades.
Reconocer que el problema radica en la desigualdad y que la economía, en vez de ser la solución ha sido su causa, obliga a replantear la importancia de la política para definir el rumbo del país, concluyó.
AUMENTAR EL IVA NO RESOLVERÁ PROBLEMAS:
GONZÁLEZ HUERTA
El incremento al IVA no resolvería el
problema de las presiones sobre las finanzas públicas, porque detrás de ellas
están el monto de la deuda pública interna y la presión que la tasa de interés
ejerce sobre el pago del servicio de la deuda, señaló el economista Arturo
Huerta González en el marco del mismo foro.
Con el tema “Desequilibrios y estabilidad en
el crecimiento”, Huerta González criticó que ningún mecanismo vislumbre la
disminución de la tasa de interés, la reducción del monto de la deuda pública,
ni establezca instrumentos para su reestructuración.
Cada vez son mayores las presiones sobre el
déficit del sector externo, sobre las finanzas públicas, las cuales se van a
acentuar por la contracción de la actividad económica que estamos viviendo.
La profesora Ifigenia Martínez Hernández
refirió tres fallas estructurales en la producción: desequilibrio en la balanza
de pagos, necesidad de redistribución del ingreso y los desequilibrios
regionales, lo que propicia la tendencia a importar más de lo que se exporta en
la medida en que aumenta el ingreso
El consecuente endeudamiento externo ha
propiciado, incluso, una incapacidad de pago del país y la generación de
presiones inflacionarias derivadas de un insuficiente ahorro público.
Y la tercera falla es aquella relacionada con
la desigual distribución del ingreso y la riqueza, en perjuicio de la población
mayoritaria de las áreas marginadas y de las comunidades indígenas campesinas
del mercado externo e interno.
Señaló que las políticas fiscal y monetaria
contraccionistas actúan como camisas de fuerzas y aseguran que no se podrá
crecer de manera sostenida ni siquiera al ritmo del pasado, a pesar del gran potencial de desarrollo que tiene
nuestra economía.
En su turno, el catedrático Clemente Ruiz
Durán se pronunció por reducir las desigualdades regionales y destacó la clara
ausencia de una política con carácter regional y un plan maestro para la
generación de infraestructura. Propuso un acuerdo político para reducir
progresivamente los diferenciales del PIB por habitante regional y demandó la
necesidad de un acuerdo nacional para fomentar la competitividad promoviendo
las ventajas locales.
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