6:00 hrs. Mayo 1° del 2001


Boletín UNAM-DGCS-436

 

NECESARIO REVERTIR REZAGOS EN CIENCIA Y TECNOLOGÍA DEL PAÍS: MANUEL PEIMBERT

 

·        Crear más oportunidades para que más jóvenes se formen en el sistema de educación superior, pide el investigador del Instituto de Astronomía

·        Imperativo, planear y dar continuidad en el desarrollo científico; basta de proyectos sexenales, demanda Gloria Koenisgsberger

 

 

Debido al rezago que padece México en las áreas de la ciencia y la tecnología, es necesario convencer a la sociedad de revertir esta situación y crear más oportunidades para que un mayor número de jóvenes se formen en el sistema de educación superior, afirmó el investigador del Instituto de Astronomía (IA), Manuel Peimbert, quien explicó que a escala nacional se requieren más doctores que impartan cátedra en todas las universidades.

 

Mencionó que tan sólo en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales Acatlán, donde están inscritos 16 mil estudiantes, no hay ni 50 doctores impartiendo clase. Y refirió que “Ciudad Universitaria es un oasis, pero fuera de ella estamos en una situación de rezago realmente impresionante”.

 

En el marco del ciclo de conferencias La Astronomía del Siglo XXI , organizado por la Facultad de Ciencias (FC), Peimbert dijo que en México existen 120 astrónomos profesionales, con doctorado; en Estados Unidos hay siete mil. Ello quiere decir que per cápita, “tenemos 20 veces menos astrónomos que los vecinos del norte”.

 

Eso ocurre en todas las áreas de investigación (física, matemáticas, biología) y significa que el número de científicos es muy reducido. Al dirigirse a los estudiantes de la FC, les pidió “pensar con pasión y fervor en problemas importantes, difíciles, que crean ustedes que están en el límite de lo que pueden lograr y lanzarse a resolverlos”.

 

Al hablar de los retos de la cosmología del siglo XXI, refirió que “la gran mayoría de los astrónomos creen que hay materia afuera del universo observable”. Esto lleva a la idea de que el número de universos que hay es infinito y que nosotros tan solo estamos en uno de ellos; se trata de una especulación que, quizá, con base en teoría, podría demostrarse en dos, tres o cuatro décadas más.

 

Por su parte, Gloria Koenigsberger, también investigadora del IA, mencionó que la infraestructura requerida en astronomía no se logra de un día para otro ni se puede comprar, sino que requiere de diseños innovadores que empujan la frontera de la tecnología.

 

Eso implica esfuerzos a muy largo plazo, de décadas. Tan sólo el Telescopio Espacial Hubble, puesto en órbita hace más de diez años, se planeó 30 años antes.

 

Por eso, opinó, se necesitan planes y continuidad en el desarrollo científico, lo cual en un país como México ha sido muy difícil lograr. Es crucial que dejen de existir los planes sexenales, y que cuando cambie el presidente se modifiquen todas las políticas.

 

Aseguró que la primer faceta de la astronomía del siglo XXI será “minar” datos, es decir, entrar a bases donde sea posible buscar la información requerida para cierto proyecto de investigación.

 

EN EL 2002, EL OBSERVATORIO

VIRTUAL NACIONAL DE LOS EU

 

Existe una iniciativa –que probablemente se financiará a partir del año entrante– para crear el Observatorio Virtual Nacional de los Estados Unidos, en el cual todos los observatorios del mundo pondrán sus bases de datos y éstas serán accesibles para el resto de la comunidad astronómica.

 

Asimismo, se continuará el lanzamiento al espacio exterior de más telescopios como el Hubble (con un espejo principal de tan sólo dos metros), ya que ellos permiten evitar la turbulencia que produce la atmósfera terrestre. Los telescopios del siglo XXI están siendo planeados con espejos de cinco a 10 metros de diámetro.

 

Señaló como otro de los retos de la astronomía para este siglo, la intensificación en la búsqueda de planetas asociados a otras estrellas y de otros soles parecidos al nuestro.

Esta ciencia se ocupará del monitoreo y búsqueda de objetos cercanos a la Tierra o que tuvieran la posibilidad de colisionar con nuestro planeta, y de la actividad solar, ya que sus reacciones nucleares, las cuales nos proveen de energía, se comprenden sólo hasta cierto punto.

 

Se trata de un sistema dinámico con ciclos, campos magnéticos, y ráfagas o vientos que interfieren con las comunicaciones en la Tierra; además, al parecer, la actividad solar afecta de alguna manera al clima terrestre, por lo que hay que estudiar a fondo esta relación.

 

Salvador Curiel, también integrante del IA, mencionó la construcción en México de una telescopio milimétrico de 50 metros que se ubicará en el Cerro de la Negra, en Puebla. Es un proyecto de astrónomos mexicanos del Instituto Nacional de Astrofísica, Optica y Electrónica (INAOE) y de los Estados Unidos, y se espera que entre en funcionamiento en tres años.

 

El instrumento más poderoso de la primera parte de este siglo será el denominado ALMA (Atacana Large Milimetre Array), un arreglo milimétrico que se instalará en un desierto a 5,500 metros de altura, en Chile, que tendrá por lo menos 62 antenas de 12 metros cada una y permitirá observar objetos muy débiles y lejanos con alta resolución. Los astrónomos mexicanos, finalizó Salvador Curiel, tendremos acceso a la mayoría de estos instrumentos en la próximas décadas.

 

 

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