6:00 hrs. Mayo 1° del 2001


Boletín UNAM-DGCS-435

 

LA GLOBALIZACIÓN HA INCREMENTADO EL NÚMERO DE EXCLUIDOS SOCIALES

 

·        Carlos Arteaga, director de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, dijo que con la reaparición del asistencialismo se han cancelados derechos sociales de la población

·        Con ello, millones de mexicanos no pueden acceder a los servicios básicos de bienestar social, refirió

 

Con la globalización y la crisis del Estado en materia de bienestar social, en los últimos 15 años reapareció el asistencialismo y, por ende, la cancelación de estos derechos sociales de la población, lo que propició no sólo la pobreza extrema sino el incremento de los excluidos sociales, afirmó el director de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, Carlos Artega Basurto.

 

Este fenómeno, precisó, impide que el individuo acceda a cualquier servicio y, en términos generales, al bienestar porque se le considera como sujeto sin valor social para el proceso de producción y desarrollo del país.

 

En entrevista, el especialista explicó que en la actualidad existe un grave problema de asistencia social, debido a que el gobierno dejó de lado la atención de estas necesidades para abocarse a un sólo sector de la población. Así, importantes grupos fueron relegados a ejercer sus derechos sociales al no ser valorados.

Ejemplificó que con anterioridad los trabajadores eran explotados pero útiles para el proceso productivo y de expansión. Ahora, con la globalización y la generación del fenómeno del no empleo -hecho diferente al desempleo- millones de mexicanos carecen por completo de ingresos, servicios y seguridad social, por lo que dejaron de ser vistos como ciudadanos y son considerados "inútiles".

 

Arteaga Basurto abundó que a esto se suma la pérdida de la participación y los derechos ciudadanos, como el derecho al voto. Esto significa que el proceso democrático se pone en riesgo, por lo que de continuar la exclusión social lo único que legitimará al gobierno será la creación de un real bienestar social.

 

La desaparición de los derechos sociales, subrayó, derivó en el predominio del asistencialismo, mediante el cual el Estado permitió que las organizaciones no gubernamentales de asistencia e iniciativa privada -con una fuerte dosis de paternalismo- se encargaran de la gente que no puede acceder a ningún servicio.

 

En tanto, se olvidó de proporcionar asistencia social al grueso de la población. Es decir, no se les otorgaron los servicios de una manera no paternalista, sino por medio de un proceso de organización.

 

Carlos Arteaga aseguró que en Europa y parte de América Latina se estudia el fenómeno de la exclusión social, mientras que en México no se le da importancia a pesar de que millones de pobladores se encuentran en esta situación.

 

EN MÉXICO, SÓLO PLANES EMERGENTES

 

La solución que en nuestro país se da, puntualizó, es la aplicación de programas como el PROGRESA, sin miras al desarrollo social y como simple compensación. Son planes emergentes sexenales a corto plazo que no buscan el equilibrio económico y social ni atacan el problema a futuro.

 

Consideró que estos programas deben rearticularse e insertarse en una línea más amplia de desarrollo social para recobrar la importancia del tema.

Destacó que la situación se torna más grave porque a la cancelación del Estado de los derechos sociales y ciudadanos de las personas se suma el hecho de que ellos mismos se aceptan como sujetos sin estos beneficios

 

Arteaga Basurto manifestó que hasta el momento los gobiernos federal y de la ciudad de México no han dado ninguna muestra de cambio respecto a la atención de los sectores desprotegidos. A lo sumo -dijo- pusieron en marcha medidas populistas que no se diferencian de los esquemas anteriores.

 

La atención a la población en materia social, planteó, no se ha visto con claridad, pero de tenerse la intención todavía desconocen la forma de aplicarla.

 

El funcionario universitario advirtió que como la pobreza -dentro de la que se encuentran los excluidos sociales-, será de los problemas más fuertes del presente siglo, de no combatirla podría provocar situaciones de violencia en sus diferentes niveles: familiar, juvenil, laboral; así como más niños de la calle, abandonados y desamparados.

 

Presentó como ejemplo las distintas movilizaciones sociales que se han presentado en todo el país y los hechos violentos como son las matanzas de indígenas. Dijo que se presentan con mayor frecuencia donde aumenta más rápido el número de pobres como Chiapas y Oaxaca, y en los lugares sin servicios como las zonas suburbanas de las grandes metrópolis.

 

El especialista recalcó que sin una política social adecuada, la cual incluya generación de empleos que aseguren los ingresos de los trabajadores, será más difícil que los sectores desprotegidos satisfagan sus necesidades de vida.

 

Se requiere, agregó, revalorar al sujeto dentro de la propia sociedad como ciudadano con dignidad, no como un simple número.

 

 

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