12:00 hrs. abril 25 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-417

 

 

INSUFIENTE LA DEMOCRACIA PARA ABATIR LA CORRUPCIÓN: REYES HEROLES

 

 

·        Se requiere la activa participación y vigilancia ciudadana para combatir este fenómeno, aseguró

·        La corrupción limita las posibilidades de alcanzar el desarrollo, agregó el politólogo

 

 

La democratización y modernización de las instituciones es condición necesaria pero no suficiente para abatir la corrupción afirmó el politólogo y catedrático universitario Federico Reyes Heroles, quien agregó que se precisa la disposición de la población para oponerse a ella.

 

Al participar en el ciclo de conferencias “Nuestro derecho a saber de las cosas públicas y el acceso a la información gubernamental”, organizado por la Facultad de Derecho de la UNAM, Reyes Heroles explicó que mientras no se modifiquen las actitudes de la sociedad hacia esta práctica deshonesta, no bastarán las normas para sancionarlo.

 

En el caso de México, indicó, el 25 por ciento de la población cree que las actitudes inmorales son normales, mientras que el 64 por ciento no considera la corrupción como un mal grave y 33 por ciento manifiesta que no es tan malo violar una ley, pero sí ser descubierto al hacerlo. Como contraparte, el 59 por ciento culpa de la corrupción al sistema.

 

El académico aseguró que para el combate efectivo a las prácticas corruptas se requiere incrementar la presión social, lo cual se puede realizar con el estímulo de contribuir a mejorar los servicios públicos.

 

Esta acción, indicó, requiere libertades políticas entre las cuales se ubica, como pieza clave, el acceso a la información, herramienta necesaria para incrementar la vigilancia y la denuncia sociales.

 

Se trata, dijo, de que todas las personas se involucren en la vigilancia de la actuación de sus autoridades y exijan conocer la forma en que se gastan los recursos públicos.

 

Al hablar ante el director de la FD, Fernando Serrano Migallón; el director del seminario de Sociología de esa dependencia universitaria, Jorge Islas López, y el periodista Juan Pardinas, Reyes Heroles sostuvo que el nivel de desarrollo de un país se asocia a sus índices de corrupción.

 

El también miembro de la organización no gubernamental “Transparencia Internacional” explicó que de acuerdo con informes de ese organismo, los países menos corruptos son los que alcanzan mejor desempeño económico.

 

Esto no significa, precisó, que gracias al desarrollo se pueda abatir la corrupción, porque el mecanismo en realidad funciona a la inversa: abatirla permite a una nación mejorar su situación.

 

En su intervención, Jorge Islas López expuso que el derecho a la información está mal concebido desde sus orígenes, ya que sólo se incorporó como prerrogativa de los partidos políticos para dar a conocer sus ideologías y propuestas, y no como un derecho fundamental de los gobernados.

 

La Suprema Corte de Justicia de la Nación en un principio interpretó que hasta no contar con una ley secundaria para reglamentar el derecho de los ciudadanos a acceder a la información, éste no podía ser exigido por la vía judicial.

 

Este criterio se modificó, agregó, a raíz de la masacre de Aguas Blancas y el escándalo del Fobaproa. En el primer caso se resolvió que la información pública no podía utilizarse como prerrogativa política, mientras en el segundo se argumentó que el carácter público de los recursos utilizados obliga a revelar la información sobre su destino.

 

En nuestro país, comentó el académico universitario, después de 20 años de discusión, finalmente, se lograron los consensos sobre la necesidad de contar con una ley ordinaria que regule el acceso del público a la información gubernamental.

 

Ese instrumento jurídico deberá establecer sanciones severas a los funcionarios que oculten información al público y los procedimientos administrativos para que los ciudadanos exijan el cumplimiento de esa obligación.

 

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