Boletín UNAM-DGCS-396
TOXICOMANÍAS, EXPRESIÓN DE DESHUMANIZACIÓN Y DECADENCIA EN EL
MUNDO: SALVADOR ALVARADO
·
El académico de la Escuela Nacional
de Trabajo Social dijo que la dependencia a
las drogas afecta a todas las clases sociales
·
Destacó que las acciones para
enfrentar ese fenómeno son aisladas
Las toxicomanías expresan la deshumanización y
decadencia mundial y conducen a la pérdida de la individualidad por el alto
índice de frustración en el cumplimiento de las expectativas afirmó el
sociólogo de la UNAM, Salvador Alvarado Garibaldi.
Dijo que la falta de pertenencia,
correspondencia e incumplimiento de metas generan en los jóvenes marcada
frustración, incertidumbre y abandono, razón por la cual la dependencia de las
drogas no es exclusiva de un sector de la sociedad, señaló en entrevista el
sociólogo.
Estamos ante la emergencia de un problema que
involucra a todas las clases sociales, a través del cual se expresan
frustraciones y la falta de perspectiva para satisfacer ciertas aspiraciones,
muchas de las cuales son generadas por la propia sociedad, explicó.
Aclaró que el uso de sustancias tóxicas ha
estado presente en la historia de todas las culturas, desde épocas remotas; sin
embargo, el abuso de las mismas es un fenómeno de las sociedades
contemporáneas, lo que le da al tema un aspecto económico-político.
Ahora, abundó Alvarado Garibaldi, el consumo de
drogas está más asociado con problemas de abandono existencial y el hedonismo,
como una búsqueda recurrente.
En ese sentido, aseveró, las adicciones
constituyen un problema que se agudizó el siglo pasado con la perdida del sello
de rebeldía que tenían las drogas, para convertirse en un serio problema de
salud pública y en uno de los negocios más rentables.
Para darnos una idea de la dimensión del
problema, ejemplificó, a mediados de la década de los noventa la deuda
histórica latinoamericana ascendía a 450 mil millones de dólares, y en ese
mismo periodo, en Estados Unidos las ventas anuales por concepto de sustancias
psicoactivas fueron de 110 mil millones de dólares.
Esto significa que el mercado de la droga, en
un sólo país consumidor, movió capitales equivalentes a casi el 25 por ciento
del endeudamiento de los países latinoamericanos con los grandes organismos
financieros internacionales, precisó.
El especialista en problemas juveniles
consideró que esa situación condujo a problemas de corrupción y destrucción de
los cimientos del Estado. Por ello, destacó, no se trata sólo de un problema
unilateral, donde se puede estigmatizar a los países productores o
distribuidores, hay que revisar el papel de los consumidores.
Alvarado Garibaldi dijo que en México las
edades de inicio en el consumo de sustancias tóxicas como la marihuana, la
cocaína, la heroína y los inhalantes oscilan entre los 12 y los 17 años;
pronosticó que “ese problema va a aumentar en virtud de que cada vez es más
fácil el acceso a estas drogas”.
Así, se apreció un cambio en las preferencias
de sustancias tóxicas, porque si bien es cierto la marihuana ocupa el primer
lugar de consumo, los inhalantes han cedido su sitio a la cocaína, cuyo uso se
populariza por la sensible disminución en su costo.
Además, sostuvo, los jóvenes y los niños son
los grupos más vulnerables por su inestabilidad emocional y personalidad
oscilante, así como por factores de índole cultural y social.
Por ello, acotó, en la lucha contra las
adicciones, el Estado, independientemente de quién esté en el gobierno, debe
llevar a cabo una política con objetivos claramente definidos.
Asimismo, es necesario que la sociedad civil y
la familia colaboren en la atención de este problema. “De otra forma, cada vez
más jóvenes caerán en esta práctica de consumo”, advirtió.
-0o0-