6:00 hrs. abril 20 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-396

 

TOXICOMANÍAS, EXPRESIÓN DE DESHUMANIZACIÓN Y DECADENCIA EN EL MUNDO: SALVADOR ALVARADO

 

·        El académico de la Escuela Nacional de Trabajo Social dijo que la dependencia a  las drogas afecta a todas las clases sociales

·        Destacó que las acciones para enfrentar ese fenómeno son aisladas

 

Las toxicomanías expresan la deshumanización y decadencia mundial y conducen a la pérdida de la individualidad por el alto índice de frustración en el cumplimiento de las expectativas afirmó el sociólogo de la UNAM, Salvador Alvarado Garibaldi.

 

Dijo que la falta de pertenencia, correspondencia e incumplimiento de metas generan en los jóvenes marcada frustración, incertidumbre y abandono, razón por la cual la dependencia de las drogas no es exclusiva de un sector de la sociedad, señaló en entrevista el sociólogo.

 

Estamos ante la emergencia de un problema que involucra a todas las clases sociales, a través del cual se expresan frustraciones y la falta de perspectiva para satisfacer ciertas aspiraciones, muchas de las cuales son generadas por la propia sociedad, explicó.

 

Aclaró que el uso de sustancias tóxicas ha estado presente en la historia de todas las culturas, desde épocas remotas; sin embargo, el abuso de las mismas es un fenómeno de las sociedades contemporáneas, lo que le da al tema un aspecto económico-político.

 

Ahora, abundó Alvarado Garibaldi, el consumo de drogas está más asociado con problemas de abandono existencial y el hedonismo, como una búsqueda recurrente.

 

En ese sentido, aseveró, las adicciones constituyen un problema que se agudizó el siglo pasado con la perdida del sello de rebeldía que tenían las drogas, para convertirse en un serio problema de salud pública y en uno de los negocios más rentables.

 

Para darnos una idea de la dimensión del problema, ejemplificó, a mediados de la década de los noventa la deuda histórica latinoamericana ascendía a 450 mil millones de dólares, y en ese mismo periodo, en Estados Unidos las ventas anuales por concepto de sustancias psicoactivas fueron de 110 mil millones de dólares.

 

Esto significa que el mercado de la droga, en un sólo país consumidor, movió capitales equivalentes a casi el 25 por ciento del endeudamiento de los países latinoamericanos con los grandes organismos financieros internacionales, precisó.

 

El especialista en problemas juveniles consideró que esa situación condujo a problemas de corrupción y destrucción de los cimientos del Estado. Por ello, destacó, no se trata sólo de un problema unilateral, donde se puede estigmatizar a los países productores o distribuidores, hay que revisar el papel de los consumidores.

 

Alvarado Garibaldi dijo que en México las edades de inicio en el consumo de sustancias tóxicas como la marihuana, la cocaína, la heroína y los inhalantes oscilan entre los 12 y los 17 años; pronosticó que “ese problema va a aumentar en virtud de que cada vez es más fácil el acceso a estas drogas”.

 

Así, se apreció un cambio en las preferencias de sustancias tóxicas, porque si bien es cierto la marihuana ocupa el primer lugar de consumo, los inhalantes han cedido su sitio a la cocaína, cuyo uso se populariza por la sensible disminución en su costo.

 

Además, sostuvo, los jóvenes y los niños son los grupos más vulnerables por su inestabilidad emocional y personalidad oscilante, así como por factores de índole cultural y social.

 

Por ello, acotó, en la lucha contra las adicciones, el Estado, independientemente de quién esté en el gobierno, debe llevar a cabo una política con objetivos claramente definidos.

 

Asimismo, es necesario que la sociedad civil y la familia colaboren en la atención de este problema. “De otra forma, cada vez más jóvenes caerán en esta práctica de consumo”, advirtió.

 

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