06:00 hrs. abril 14 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-373

 

DESARROLLAN EN EL INSTITUTO DE FÍSICA EL PRIMER SEPARADOR ISOTÓPICO DE MÉXICO

 

·        Tendrá entre sus principales aplicaciones calcular la edad absoluta de los restos arqueológicos y fósiles

·        Comenzará a funcionar en el transcurso de este año: Efraín Chávez Lomelí

·        Fue diseñado por los universitarios para las necesidades propias de sus investigaciones

 

 

Investigadores del Instituto de Física (IF) de la UNAM desarrollan el primer “separador isotópico con aceleradores” de México que, entre sus principales usos, permitirá calcular la antigüedad de los restos arqueológicos y fósiles, lo que resulta fundamental para el país por sus innumerables vestigios y rico pasado.

 

El investigador del IF, Efraín Chávez Lomelí, explicó que el proyecto, cuyo avance es del 98 por ciento, estará terminado en dos meses y comenzará a funcionar a finales de este año.

 

Aclaró que aun cuando existen separadores isotópicos, principalmente en Estados Unidos y Europa, el del Instituto de Física fue diseñado por los universitarios para atender sus necesidades de investigación.

 

Un importante beneficio para los arqueólogos mexicanos, dijo, es que en el país se analizarán las muestras para obtener medidas de datación por Carbono 14, lo que redundará también en ahorros económicos importantes.

 

El separador isotópico complementará las funciones del acelerador de partículas Peletrón -uno de los instrumentos que tiene esa dependencia-, el cual trabaja con una terminal de alto voltaje (hasta tres millones de volts) herramienta útil en el área de física atómica y nuclear, además sirve para el estudio de materiales biológicos, arqueometría y geología, entre otros.

 

Un isótopo, explicó Chávez Lomelí, es una “especie” de un mismo elemento y los núcleos están hechos de protones y neutrones. Ejemplificó que el Carbono de la naturaleza tiene dos isótopos estables: el Carbono 12, más conocido y abundante, y el Carbono 13, que con un neutrón más, tiene mayor pesadez y rareza.

 

El separador isotópico con aceleradores es un instrumento complejo que requirió de muchas investigaciones y estudios previos a su diseño e instalación, como cálculos de las trayectorias que siguen los iones.

 

Chávez Lomelí abundó que una de las primeras aplicaciones planeadas para el separador isotópico será la detección de núcleos de Carbono 14, isótopo radioactivo que tiene una vida aproximada de cinco mil años.

 

“Este isótopo es formado continuamente en la superficie de la Tierra por acción de los rayos cósmicos. Por ejemplo, tenemos Carbono 14 en nuestros huesos. Cuando morimos y nuestros restos son enterrados, dejamos de recibir el mismo flujo de esos rayos, entonces, el isótopo comienza a desaparecer poco a poco. Cada cinco mil años esa cantidad se reduce aproximadamente a la mitad, de manera sucesiva”.


 

De esa forma es posible estimar la edad absoluta de restos fósiles o arqueológicos. La comparación entre las cantidades de carbono 14 de un hueso, diente o pedazo de tela, y su abundancia natural permite establecer cuánto tiempo tiene enterrada una muestra.

 

El investigador mencionó que las piezas que contienen carbono se convierten en un bióxido de carbono (gas), el cual a su vez se transforma en un carbonato o polvo que se coloca en el acelerador de partículas; normalmente se obtienen unos cuantos miligramos de material para su análisis.

 

Detalló que el método para procesar el material es delicado porque puede contaminarse con el ambiente. A pesar de ello, en la Universidad Nacional existe la capacidad para realizar este tipo de estudios y se contará con la colaboración del grupo de espectrometría del Instituto de Geología.

 

El costo del separador isotópico con aceleradores, dijo, fue mínimo debido a que se aprovecharon otros equipos del IF. Tan sólo el Peletrón representa una inversión de un millón de dólares.

 

A ello se suman elementos electromagnéticos como imanes deflectores -que desvían la dirección de las partículas- con configuraciones dipolares y cuadrupolares, bombas de vacío, medidores, etcétera, con un costo de alrededor de 50 mil dólares.

 

Chávez Lomelí recordó que la comunidad científica identificó y estudia a  cerca de tres mil isótopos estables y radioactivos, algunos de los cuales existen de manera natural y otros son creados artificialmente por el hombre. Cada uno de ellos representa un "laboratorio" con propiedades especiales que requieren de estudio.

 

Finalmente, destacó la participación de la doctora María Esther Ortiz Salazar, del físico Arcadio Huerta y del maestro Rafael Macías Pérez en este proyecto de investigación básica y aplicada del IF.

 

 

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