06:00 hrs. abril 9 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-357

PLAGUICIDAS CAUSA DE INTOXICACIONES Y DETERIORO AMBIENTAL: GARCÍA CAMACHO

 

·        Se necesitan controles para regular la calidad y garantizar su manipulación, señaló la especialista en Ciencias Químicas

·        Algunos plaguicidas son nocivos al quedar en el ambiente y tóxicos incluso en concentraciones pequeñas

 

El descuido e ignorancia de la correcta aplicación de los plaguicidas puede ocasionar intoxicaciones graves y deterioro ambiental. De ahí la necesidad de establecer controles para regular la calidad y garantizar su correcta manipulación, a fin de mejorar la producción agrícola y, simultáneamente, reducir los efectos perjudiciales, declaró Martha García Camacho de Llasera.

 

La presidenta del Subcomité Académico de la Orientación en Química Ambiental del Posgrado en Ciencias Químicas de la UNAM, precisó que los plaguicidas, sin embargo, algunos de ellos son nocivos porque “quedan en el ambiente y son tóxicos, incluso en concentraciones pequeñas”.

 

La especialista en detección y cuantificación de vestigios de contaminantes orgánicos explicó que entre los contaminantes más comunes del agua se encuentran los plaguicidas, que propiciian efectos tóxicos, mutagénicos, teratogénicos y de esterilidad.


 

Reconoció que las sociedades actuales enfrentan grandes problemas de contaminación ambiental, entre las que destaca la de los acuíferos por compuestos orgánicos, problema que se ha dado a través del tiempo por el uso de plaguicidas en la agricultura y en las campañas de salud pública.

 

Los plaguicidas, agregó García Camacho, son utilizados en grandes cantidades gracias a los beneficios que proporciona su uso en la producción agrícola y en el control de enfermedades. Desafortunadamente también pueden ocasionar daños a en la salud de la población expuesta a ellos, ya sea directa o indirectamente.

 

Se necesitan métodos de análisis muy sensibles y fiables para detectar y cuantificar las trazas de estos plaguicidas en el agua, toda vez que en concentraciones muy bajas -del orden de microgramo por litro e incluso de nanogramo por litro- pueden causar efectos tóxico, mutagénicos, teratogénicos y cancerígenos entre otros.

 

De ahí, añadió la especialista en vestigios de contaminantes orgánicos, la necesidad de crear estrictas normas de control para el cuidado de los medios acuosos naturales y del agua para consumo humano, lo que implica tener que desarrollar métodos analíticos como  herramientas para la aplicación de las normas.

 

García Camacho, quien trabaja en las metodologías de separación, aplicados a preparación de muestra y análisis para buscar contaminantes en medios acuosos naturales, comentó que los países desarrollados cuentan con métodos oficiales bien determinados para el análisis de plaguicidas organofosforados y organoclorados en muestras acuosas a nivel de traza, porque aún cuando casi ha dejado de utilizarse persisten en el ambiente.

 

En México, indicó la catedrática universitaria. se empieza a tomar conciencia en el uso de plaguicidas, por lo que solo existen algunas normas para unos cuantos organoclorados y ninguna para organofosforados.


 

La creciente demanda mundial de agua potable y alimentos trae como consecuencias, por un lado, el empleo de plaguicidas que, a pesar de su alta actividad tóxica, benefician a la humanidad, al asegurar la  productividad del campo y la inversión económica pero, por otro lado, pueden contaminar a través de la lluvia y el suelo las fuentes de agua superficiales y subterráneas para el suministro de la población, insistió.

 

Por ello, concluyó García Camacho, aunque por un lado se estimula el mejoramiento de las técnicas agrícolas mediante la creación de nuevas clases de semillas, de fertilizantes y de plaguicidas con el objetivo de proteger la siembra de grandes extensiones de monocultivos, por el otro, estas mismas técnicas contribuyen a la contaminación de las fuentes tradicionales de agua de suministro para la población.

 

 

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