15:00 hrs. abril 4 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-341

 

ES POSIBLE REFUTAR LA IDEA DE DOS SEXOS ÚNICOS EN EL SER HUMANO: JAVIER FLORES LÓPEZ

 

·        Los argumentos anatómicos, genéticos y endocrinológicos se han superado, aseguró el investigador de la Facultad de Medicina de la UNAM

·        Cada individuo tiene una combinación única de elementos femeninos y masculinos

 

 

Existen en la actualidad datos suficientes en el campo de la biología para asegurar que no es sostenible la idea de dos sexos únicos en la raza humana, afirmó Javier Flores López, investigador de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM.

 

La idea de dos variedades sexuales únicas en los seres humanos, explicó, es una de las más antiguas y se basó inicialmente en las diferencias anatómicas del hombre y la mujer, posteriormente se incorporaron las diferencias genéticas y endocrinológicas.

 

En la perspectiva endocrinológica, determinada por la presencia en la sangre de las hormonas femenina (progesterona) y masculina (testosterona), se ha descubierto que en el proceso químico intervienen los mismos agentes, de manera tal que una mujer puede producir hormonas masculinas y viceversa.

 

Al dictar la conferencia Las bases biológicas de la diferenciación sexual en el siglo XXI, en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, Flores López aseguró que en materia de sexualidad el determinismo genético también está desterrado.

 

En un principio, precisó, se creyó en la existencia de un gen llamado SRY presente sólo en los cromosomas sexuales masculinos que determinaba el sexo del individuo en el proceso de formación de los testículos. Este gen, supuestamente ausente en las mujeres, sería el determinante del género, al dar lugar a la aparición de los ovarios.

 

Sin embargo, agregó, se han hallado casos de hombres con cromosomas sexuales femeninos, así como mujeres que tienen el gen SRY, lo cual demuestra las contradicciones de los criterios biológicos y médicos que sostienen la distinción entre dos sexos.

 

Javier Flores López añadió que la premisa del determinismo genético se basó  en la asignación de genes específicos para cada función corporal. Esta convicción se descartó cuando gracias al desciframiento del genoma humano se detectó que el número de genes es notablemente inferior al que se creía, puntualizó.

 

En consecuencia ya no se pueden explicar las funciones orgánicas ni la diferenciación sexual a partir de un sólo gen, sino que es necesario indagar sobre las transformaciones de las proteínas de origen genético y la interacción de esos cuerpos con su entorno celular.

 

El investigador universitario sostuvo que en cada individuo existen tanto elementos masculinos como femeninos combinados en diferentes niveles.

 

Los casos que evidencian esa afirmación, continuó, son los de hermafroditismo y seudohermafroditismo, en los cuales a las características corporales femeninas se suma la presencia de testículos intraabdominales y el desarrollo rudimentario del útero y las trompas de falopio, lo que en ocasiones impide el embarazo, aunque no pueden considerarse casos patológicos.

 

Con estas evidencias, subrayó, se puede hablar en la actualidad de la individualidad biológica de acuerdo a la cual la combinación de elementos de ambos sexos en una misma persona se da en proporciones únicas.

 

Flores López comentó que tanto en los transexuales como en los hermafroditas y seudohermafroditas existen múltiples variantes que permiten afirmar esa diversidad sexual.

 

Incluso, acotó, el argumento de las diferencias reproductivas entre hombre y mujer es insuficiente para contradecir esa diversidad, pues los experimentos de clonación de seres vivos se llevaron a cabo exitosamente sin la participación de especímenes machos.

 

Si las nociones sobre sexo y sexualidad, sintetizó, son la base de las civilizaciones, los cambios en las concepciones sobre sexo y reproducción podrían dar lugar a modificaciones en las formas de organización social.

 

Es un debate muy complejo, concluyó, en el cual la perspectiva de género tienen mucho que aportar, sobre todo si incorporan más argumentos de origen biológico.

 

 

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