ENCUENTRAN ENFERMEDADES EMERGENTES NICHOS ECOLÓGICOS PARA
PERPETUARSE
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Rodolfo Acuña Soto, investigador de la Facultad de Medicina de la
UNAM, dijo que se desarrollan padecimientos como la influenza y el mal de las
"vacas locas"
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Indicó que se desplazan y transmiten por el avance en la tecnología
moderna
Enfermedades
infecciosas emergentes como el mal de las “vacas locas” o los virus de la
influenza que afectan algunas aves que consume el ser humano, y la pulga de la
rata encontraron nichos ecológicos ideales para perpetuarse en diversos lugares
del mundo.
Rodolfo Acuña
Soto, investigador de la Facultad de Medicina, también advirtió sobre el virus
del oeste del Nilo, que apareció en Nueva York, el cual es transmitido por un
mosquito a las aves y al consumirlas los individuos presentan cuadros de
encefalitis graves.
Explicó que la modernidad y el avance tecnológico
contribuyen al desarrollo, transmisión y desplazamiento de esos padecimientos.
La industrialización, el consumo de alimentos importados y el aumento del
transporte provocaron que las enfermedades emergentes dejaran de ser pasivas y
aparecieran nuevos o transformados agentes infecciosos, precisó.
El especialista abundó que dentro de la diversidad de las
enfermedades reemergentes se encuentran la bacteria de la tuberculosis y la del
paludismo. De las nuevas destacan el ébola y el hantavirus, padecimiento que
produce distintas enfermedades como la infección pulmonar.
Consideró el virus
del oeste del Nilo podría llegar a México por animales migratorios de esta
especie.
Ahora, aseveró
Rodolfo Acuña, se deben buscar en el medio ambiente los factores condicionantes
de las enfermedades emergentes. En México, por ejemplo, está presente el caso
del tifo murino, enfermedad de la rata transmitida por pulgas y que en
ocasiones pican al hombre en el cual producen tifo, pero no se contagia de
persona a persona.
Informó
que con base en un estudio se concluyó que el 25 por ciento de la población de
la ciudad de México es seropositiva a ese mal, lo que habla de una fuerte
interacción entre la pulga de la rata y los humanos.
En este contexto, puntualizó la necesidad de cambiar el curso de las
enfermedades infecciosas emergentes mediante la prevención. Si se monitorean estos virus a nivel mundial y se elaboran los
estudios epidemiológicos adecuados para localizarlos y seguirlos, estaremos
mejor preparados contra los daños que ocasionen.
Consideró
que las universidades deben abrir más líneas de investigación en enfermedades
viejas o nuevas que pueden cambiar su conducta.
Se deben crear
medidas preventivas de conservación y mantenimiento del equilibrio ecológico,
manifestó, para que el humano proteja su especie, así como para difundir la
cultura de respeto y formar conciencia entre la población sobre la necesidad de
aplicar estas acciones.