12:00 hrs. abril 2 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-333

 

ENCUENTRAN ENFERMEDADES EMERGENTES NICHOS ECOLÓGICOS PARA PERPETUARSE

 

·        Rodolfo Acuña Soto, investigador de la Facultad de Medicina de la UNAM, dijo que se desarrollan padecimientos como la influenza y el mal de las "vacas locas"

·        Indicó que se desplazan y transmiten por el avance en la tecnología moderna

 

Enfermedades infecciosas emergentes como el mal de las “vacas locas” o los virus de la influenza que afectan algunas aves que consume el ser humano, y la pulga de la rata encontraron nichos ecológicos ideales para perpetuarse en diversos lugares del mundo.

 

Rodolfo Acuña Soto, investigador de la Facultad de Medicina, también advirtió sobre el virus del oeste del Nilo, que apareció en Nueva York, el cual es transmitido por un mosquito a las aves y al consumirlas los individuos presentan cuadros de encefalitis graves.

 

Explicó que la modernidad y el avance tecnológico contribuyen al desarrollo, transmisión y desplazamiento de esos padecimientos. La industrialización, el consumo de alimentos importados y el aumento del transporte provocaron que las enfermedades emergentes dejaran de ser pasivas y aparecieran nuevos o transformados agentes infecciosos, precisó.

 

El académico ejemplificó con  diversos casos: el mal de las "vacas locas" antes exclusivo de los borregos, pasó a los bovinos y de ellos al ser humano por la industrialización de alimentos. Se incluyeron restos infectados de ovinos en los víveres de las reces que fueron alimento para el hombre, en tanto que los virus de la influenza se transmiten entre cerdos y aves (principalmente pollos).

 

El especialista abundó que dentro de la diversidad de las enfermedades reemergentes se encuentran la bacteria de la tuberculosis y la del paludismo. De las nuevas destacan el ébola y el hantavirus, padecimiento que produce distintas enfermedades como la infección pulmonar.

 

Consideró el virus del oeste del Nilo podría llegar a México por animales migratorios de esta especie.

 

Ahora, aseveró Rodolfo Acuña, se deben buscar en el medio ambiente los factores condicionantes de las enfermedades emergentes. En México, por ejemplo, está presente el caso del tifo murino, enfermedad de la rata transmitida por pulgas y que en ocasiones pican al hombre en el cual producen tifo, pero no se contagia de persona a persona.

 

Informó que con base en un estudio se concluyó que el 25 por ciento de la población de la ciudad de México es seropositiva a ese mal, lo que habla de una fuerte interacción entre la pulga de la rata y los humanos.

 

En este contexto, puntualizó la necesidad de cambiar el curso de las enfermedades infecciosas emergentes mediante la prevención. Si se monitorean estos virus a nivel mundial y se elaboran los estudios epidemiológicos adecuados para localizarlos y seguirlos, estaremos mejor preparados contra los daños que ocasionen.

 

Consideró que las universidades deben abrir más líneas de investigación en enfermedades viejas o nuevas que pueden cambiar su conducta.

 

Se deben crear medidas preventivas de conservación y mantenimiento del equilibrio ecológico, manifestó, para que el humano proteja su especie, así como para difundir la cultura de respeto y formar conciencia entre la población sobre la necesidad de aplicar estas acciones.

 

 

 

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