15:00 hrs. marzo 30 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-326

Roberto Escalante

 

NECESARIO, REDOBLAR ESFUERZOS PARA EVITAR QUE LA FIEBRE AFTOSA ENTRE A MÉXICO: GUILLERMO RAMÍREZ

 

 

·        El director de la Facultad de Economía de la UNAM dijo que se podrían registrar graves daños económicos, médicos y epidemiológicos

·        Los académicos participantes señalaron que debe haber alerta permanente para evitar riesgos

 

 

El país podría sufrir graves consecuencias económicas, médicas y epidemiológicas si llega la fiebre aftosa, por lo que es conveniente redoblar esfuerzos en las zonas más vulnerables como la frontera sur, aseguró el director de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM, Guillermo Ramírez Hernández, al participar como moderador de la videoconferencia "La fiebre aftosa: impacto económico y factores epidemiológicos"

 

En el evento, realizado en la sala de videoconferencias "Ricardo Torres Gaitán" de la FE, en la que también participaron académicos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, el economista Roberto Escalante Semerena argumentó:

 

“tan sólo en 1998 las exportaciones mexicanas fueron de 326 millones de dólares, sobre todo de ganado en pie, mientras las importaciones de productos pecuarios representaron 928 millones de dólares. Con la enfermedad en México, estas últimas crecerían en perjuicio de la economía nacional”.

 

En lo interno, abundó, nuestra nación registraría pérdidas de por lo menos 500 millones de dólares tanto por la producción de carne en canal como de ganado en pie, sin contar los derivados como la leche y el queso.

 

En su intervención, Carlos Javier Cabrera Adame, académico de la FE, planteó que las actividades pecuarias nacionales tuvieron auge desde principios de los años 70´s, lo que provocó la modificación de la estructura agrícola y la mayor presencia de los productos destinados al consumo animal como la alfalfa verde, sorgo y soya.

 

En el año 2000, abundó, el 20 por ciento de la superficie agrícola se destinó a estos cultivos, lo cual representó la siembra de 3.3 millones de hectáreas.

 

El hato ganadero del país, desglosó, es de 61 millones de animales, de ellos 30 millones son bovinos, 15 millones porcinos, casi seis millones ovinos y nueve millones caprinos. Esto muestra el impacto negativo que podría tener la actividad pecuaria con la eventual presencia de la fiebre aftosa.

 

En términos monetarios, complementó Cabrera Adame, el producto de este sector representa alrededor del uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), equivalente a 70 mil millones de pesos.

 

En promedio, 4.5 millones de personas dependen directa o indirectamente de las actividades vinculadas con las prácticas pecuarias y agrícolas.

 

Agregó que hay una preocupación creciente entre las asociaciones ganaderas del país sobre esta situación y reclaman a las autoridades sanitarias la aplicación de medidas estrictas para evitar la entrada de la fiebre aftosa a territorio nacional.

 

A su vez, el académico de la Facultad de Economía, Ciro Murayama Rendón, subrayó que con la proliferación de la epidemia Gran Bretaña sufrió pérdidas por nueve mil millones de libras, es decir, más del uno por ciento de su PIB.

 

Aun cuando sólo Gran Bretaña y Francia reportaron graves brotes de la enfermedad, Estados Unidos cerró sus fronteras a la importación de los productos cárnicos provenientes de la Unión Europea (UE) y de Argentina.

 

Esta situación, estableció Murayama Rendón, provocó en Europa pérdidas del 94 por ciento de sus exportaciones vacunas y 75 por ciento de porcinas.

 

 

 

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