Boletín UNAM-DGCS-313
PLURALISMO POLÍTICO, VÍA PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LAS CULTURAS
INDÍGENAS: LOURDES ARIZPE
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En menos de 20 años difícilmente
nuestro país contará con 40 lenguas: Carlos Montemayor
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Tomar en cuenta la multietnicidad
propuso Néstor García, catedrático de la UAM
El problema de las culturas indígenas debe
resolverse mediante el pluralismo político y no sólo con la discusión de las
cuestiones culturales, aseguró Lourdes Arizpe, del Centro Regional de
Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM.
Al participar en el Seminario de Problemas Científicos y Filosóficos de la UNAM,
indicó: el éxito de la autonomía de los pueblos indígenas depende de la lucha
contra el sistema globalizador; participación política y activa promoción de
sus expresiones culturales.
En este sentido, explicó que los zapatistas han
entendido la primera vía al pronunciarse frontalmente contra la globalización
económica.
Los pueblos indígenas, detalló, deben hacer sentir presencia en las decisiones que permitirán modular o redistribuir los efectos tanto positivos como nocivos de la globalización, además de promover sus expresiones culturales sin fijarlas ni encerrarlas, sino abrirlas para conservarlas a través de una nueva creatividad.
En el auditorio Alfonso Caso, Lourdes Arizpe
señaló que lo que se necesita de los partidos es la formulación explícita de
propuestas de pluralismo político que incorporen a los pueblos indígenas.
A su vez, el historiador y escritor Carlos
Montemayor manifestó que en la actualidad, de acuerdo con los censos oficiales,
en el país hay 62 lenguas. No obstante, a finales del siglo XVI y principios
del XVII se contaba con 170, mientras que al concluir el siglo XIX se tenían
110.
“Sin embargo, más de 20 de estas lenguas tienen
menos de cinco mil hablantes, muchas tienen menos de mil, y unas tres o cuatro
menos de cien. Es decir, en menos de 20 años difícilmente nuestro país contará
con 40 lenguas”, puntualizó.
A su vez, Néstor García Canclini, profesor de
la Universidad Autónoma Metropolitana, sostuvo que ninguna reconsideración de
México como nación, al igual que en toda América Latina, puede hacerse sin
tomar en cuenta la cuestión indígena y la multietnicidad, presente aun en el
mestizaje.
Si a los indígenas se les atribuye sólo la
responsabilidad de establecer los linderos culturales “tal vez los estamos
colocando en un lugar marginal”. Por ello, concluyó, se debe encontrar un modo
de plantear la autonomía legítima en interacción con la nación.
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