Boletín UNAM-DGCS-306
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El académico norteamericano Franklin Zimring dijo que las presiones
obligaron a los funcionarios a ser más rigurosos en la aplicación de la ley
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El incremento de la población carcelaria no obedece a los índices
delictivos en la unión americana
Los
cambios en las prácticas de jueces, fiscales y otros funcionarios propiciaron
el notorio aumento de la población carcelaria en los Estados Unidos a partir de
mediados de la década de los 70, afirmó Franklin Zimring, catedrático de la
Universidad de California en Berkeley.
Invitado por el
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM para dictar la conferencia
“Política criminal”, el académico norteamericano explicó que esta situación se
produjo en gran medida por el incremento en el descontento social hacia la
delincuencia.
Esta sensación
generalizada, indicó, no necesariamente significó mayor hostilidad hacia los delincuentes, sino que se tradujo
en presión hacia los servidores públicos para que reaccionaran de manera
contundente ante el fenómeno delictivo.
Curiosamente, señaló,
este proceso no tuvo su origen en un aumento considerable de los índices de
criminalidad en la unión americana, que son relativamente estables.
Mientras que a partir
de los años 70 se observa el crecimiento desmesurado de la población en las
prisiones estadounidenses, que alcanzó en la actualidad el 387 por ciento. Los
porcentajes de delitos no han experimentado un aumento semejante.
Esto demuestra,
subrayó, que la tasa de internos en los reclusorios norteamericanos tiene un
comportamiento volátil, mientras la delincuencia es cíclica.
Incluso, destacó, las
cifras de homicidios cometidos en los últimos años se colocaron por debajo de
los mínimos históricos, lo cual demuestra que el mayor número de reos no
obedece al crecimiento de la delincuencia.
Franklin Zimring
expuso que a lo largo del siglo XX se distinguen dos etapas en la evolución de
las cárceles: en la primera, que abarca desde 1925 hasta 1975, el número de
reclusos no experimentó variaciones significativas; a partir del último año las
cárceles comienzan a estar cada vez más pobladas por delincuentes.
El proceso en las
últimas décadas tuvo diversos momentos: en la primera etapa, precisó,
ingresaron a las prisiones delincuentes que habitualmente no eran privados de
su libertad ya que gozaban de algunos beneficios legales.
En la segunda fase el
incremento en el número de delincuentes presos fue a causa de la proliferación
de delitos relacionados con el tráfico de drogas.
Finalmente, el tercer
periodo se caracteriza por el aumento de las penas, lo cual da lugar a un gran
número de reos sentenciados a largos periodos, a quienes se suman los presos
con condenas menores.
Un dato importante en
la evolución de las prisiones norteamericanas, subrayó Franklin Zimring, consiste
en que en ningún momento existió un cambio legislativo trascendente que
motivara estos resultados.
El 75 por ciento de
las alteraciones en el funcionamiento del sistema penal norteamericano obedece a
las variaciones en el comportamiento de instituciones y servidores públicos.
Las presiones de tipo
social que llevaron a estos cambios en la conducta de los funcionarios
politizaron la toma de decisiones en materia criminal, y esto puede significar
el riesgo de creer que existe un juego de suma cero entre los delincuentes y la
comunidad en el cual para beneficiar a ésta se requiere necesariamente
perjudicar a aquéllos.
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