12:00 hrs. marzo 21 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-289

 

RIESGO SI CONTINÚA EL AUMENTO DE LA TEMPERATURA DE LA TIERRA

 

·        Entre los efectos negativos de este fenómeno se encuentra el aumento del nivel del mar y la modificación del patrón de lluvias

·        Cecilia Conde Álvarez, del Centro de Ciencias de la Atmósfera de esta casa de estudios, señaló lo anterior

·        Participó en el Segundo Simposio del Posgrado de Ciencias de la Tierra realizado en el Instituto de Geofísica de la UNAM

 

 

Si el aumento de la temperatura global de la Tierra sigue como hasta el momento, se prevé que crezca hasta en 5.8 grados centígrados para el año 2100, lo cual es “una barbaridad”, afirmó Cecilia Conde Álvarez.

 

El globo terráqueo, explicó la investigadora al término de su participación en el Segundo Simposio del Posgrado en Ciencias de la Tierra, en promedio tiene una temperatura ideal para la vida de 15 grados centígrados, incluidos los polos y el Ecuador, la cual ha aumentado 0.6 en los últimos cien años.

 

Esa proporción, dijo, tal vez parezca mínima, pero en realidad quiere decir que “por más que el sistema mueva los océanos, irradie y llueva”, nuestro planeta se queda con calor de más.

 

Las consecuencias de dicho fenómeno serían terribles. Si se piensa en la Tierra como si fuera un ser humano, “decir que alguien tiene cinco grados de temperatura de más es señalar que está muy grave”. Es probable que aumente el nivel del mar invadiendo zonas habitadas.

 

En México, por ejemplo, de acuerdo con estudios realizados los estados más afectados serían Tabasco y Veracruz.

 

Asimismo, se modificaría el patrón de lluvias, y para un país como el nuestro, donde el 80 por ciento de la agricultura es de temporal, esto sería afectar a los millones de mexicanos dedicados a esta actividad, así como a nuestra seguridad alimentaria.

 

Habría también una erosión del suelo muy fuerte, lo que afectaría la disponibilidad de agua en el centro del país, el cual ya es un problema ahora, incluso de seguridad nacional, de acuerdo con lo declarado por Vicente Fox Quesada, presidente de México, y Víctor Lichtinger Waisman, secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales.

 

Los ecosistemas sufrirían también impactos negativos, pues hay ciertos tipos de vegetación y de animales que requieren de un clima específico. Por eso preocupa el aumento de la temperatura global.

 

No obstante, dichos efectos se pueden atenuar si hay coordinación entre las naciones. De hecho, hay ya negociaciones a nivel internacional para que los países se comprometan a emitir menos gases invernaderos, de los cuales Estados Unidos es el principal productor.

 

Por lo pronto, México, que necesita desarrollar su industria y, por tanto, consumir combustibles fósiles, lo que puede hacer para mitigar el cambio climático es conservar sus bosques y tratar de expandir estas zonas.

 

Acerca de los métodos que utilizan para generar escenarios de cambio climático mundial son los aceptados globalmente. La discusión ahora es cómo pasar a la escala local. Por ejemplo, saber qué pasará en Tlaxcala con el aumento de temperatura.

 

“Ahí es donde creemos que podemos contribuir, por eso planteo la asociación del comportamiento global histórico con el comportamiento histórico de los lugares”. Esta, agregó, es la propuesta que, en su opinión, funcionará mejor en estudios regionales, porque los grandes modelos los trabajan más en Estados Unidos y Europa.

 

Comentó, además, que es necesaria una metodología común si queremos escenarios de cambio climáticos comunes e impulsar el trabajo interdisciplinario para construir modelos integrados de evaluación de este fenómeno.

 

Recordó que la tendencia al cambio en el clima, acentuada a partir de la Revolución Industrial, se debe a razones naturales y humanas. Dentro de éstas últimas, las más graves son la utilización de combustibles fósiles y la deforestación que, conjuntamente, provocan la emisión de gases de efecto invernadero al tiempo que se destruye “lo que podría absorber el bióxido de carbono que hay en exceso”.

 

Informó que estudios realizados destacan que probablemente este cambio climático sea positivo para Estados Unidos y Canadá, ya que podría crecer su “cinturón” de granos actual. Pero “a nosotros nos haría más importadores”.

 

 

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