6:00 hrs. marzo 20 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-282

 

GRANDES LOGROS DEL ZAPATISMO CON EL PROCESO DEMOCRÁTICO DE MÉXICO

 

·        Sin un cambio y la aplicación de la democracia, la caravana ni siquiera habría salido de Chiapas, afirmó el historiador Silvestre Villegas

·        Dijo que, sin embargo, un mayor problema serán las resistencias locales de los diferentes sectores de la sociedad como finqueros, caciques y la propia Iglesia

 

Con el proceso democrático de México los zapatistas obtuvieron importantes logros, uno de los principales es haber llegado al Distrito Federal, porque con un gobierno priista nunca habrían salido de la selva de Chiapas, aseguró el historiador Silvestre Villegas Revueltas.

 

Sin embargo, el académico de tiempo completo del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la UNAM advirtió que de lograrse la inclusión de los acuerdos de San Andrés Larráinzar a la Constitución o como leyes tendrá un grave obstáculo: la aceptación de los diferentes sectores de la sociedad chiapaneca como los finqueros, caciques y la Iglesia, la cual no es monolítica, entre otros.

 

Como gobierno democrático y federalista, planteó, el Ejecutivo federal deberá respetar a los actores políticos de la entidad. Pero, para convencerlos se tendrá que trabajar más y enfrentar una situación con mayores dificultades, debido a que en los pueblos se presentan resistencias profundas por los múltiples intereses que se manejan.

 

No obstante, puntualizó el especialista, con el proceso democrático de México se registran también otras acciones factibles y constatables como es el debate en el Congreso de la Unión de estos acuerdos de San Andrés.

 

En entrevista, agregó que de concretarse esta nueva acción, su aplicación será a largo plazo y redundará en el mejoramiento de las condiciones de vida de los indígenas.

 

Indicó que el proceso democrático, consumado con el cambio de gobierno, debe ser permanente. Pero para ello, Vicente Fox tendrá que aprender primero a gobernar por ser la primera oposición en un siglo que llega al gobierno federal.

 

Su principal problema, mencionó el especialista en discurso político e historia de las finanzas, es el gabinete que conformó, menos moderado y flexible que él. Prueba de esto, es que el mandatario permitió la salida de los zapatistas de Chiapas y no actuó con autoritarismo como ocurría en el pasado.

 

Lo que al Ejecutivo federal le faltaría, reflexionó, es una vocación real de cambio, de la cual habló mucho. Otra sería, buscar la forma de hacer responsables a los empresarios mexicanos y crear un sistema tributario adecuado, entre otros temas fundamentales que deben resolverse.

 

Aclaró que es falso que el país sea para Fox una gerencia, porque al no ser rentable menos se puede ver como una empresa ni administrarse como tal.

 

Los cambios políticos, recalcó, deben continuar ya que la elección federal democrática no es un factor dado. Comicios reales sólo se dieron en dos ocasiones en el siglo XX, el de Francisco I. Madero y el de Vicente Fox.

 

La democracia, estableció, es una serie de luchas ganadas a lo largo de los años sesenta, setenta y ochenta, con las consiguientes pruebas y errores, así como negociaciones.

 

En la actualidad, este proceso no está terminado y un ejemplo es el problema de Yucatán, cuyo sistema antiguo no fue derrotado totalmente y tampoco murió el PRI, como se dice, todavía controla muchas gubernaturas y presidencias municipales.

 

Por ello, al gobierno de Fox le pasará lo que al gobierno de cualquier país democrático: se desgastará mientras ejerce el poder y sus errores serán capitalizados por los partidos de oposición.

 

El historiador recordó que el cambio en México comenzó hace por lo menos 10 años en los ámbitos político y económico, aunque en éste último todavía no se resuelven los problemas generados por la desigualdad y falta de equidad. También influye en forma negativa, dijo, el fenómeno de la corrupción y la falta de una reforma a fondo del sistema judicial.

 

Este proceso democrático es permanente y para mantenerlo se requiere el trabajo no sólo de los gobiernos federal, estatales y municipales sino de la sociedad en general.

 

En materia política, explicó que la transformación se dio debido a dos factores fundamentales: la paulatina descomposición del PRI, de su programa original y el alejamiento de las bases y sectores, lo que fortaleció la oposición, siendo el PAN y el PRD los partidos considerados como mejor opción.

 

Otro aspecto fue el referente a las acciones del Ejecutivo, las cuales desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari se distanciaron del Revolucionario Institucional, situación que le provocó la pérdida del capital político y, por ende, de votantes.

 

Al referirse al rubro económico, Villegas Revueltas expuso que es uno de los graves problemas, debido a que por los hechos parecen existir dos Méxicos: el de la modernidad, con los avances tecnológicos, utilizado por un reducido grupo, y el de la pobreza, con gente humilde y miserable.

 

La población que se encuentra en este último renglón, como los indígenas, definió, es la que lleva a cabo las rebeliones, porque carece incluso de los servicios básicos de salud, educación, vías de comunicación y alimentación. Es decir, no tiene ningún beneficio de la modernidad.

 

Con el conflicto armado, apuntó, se construyeron carreteras y clínicas, paliativos que valen la pena aunque tengan connotaciones militares, como es acceder con mayor facilidad a los zapatistas.

 

Otro de los grandes temas nacionales, precisó, es la corrupción, fenómeno que hace peligrar todas las instituciones. Por ello, comentó, es necesario que todos los mexicanos en forma conjunta, y no sólo el gobierno, participen en su erradicación.

 

Sin embargo, resaltó que el económico representa el problema principal para los mexicanos y en particular los indígenas, quienes representan el 10 por ciento de la población, porque detrás de la aprobación de cualquier ley o autonomía de los pueblos, lo que este sector quiere es vivir bien.

 

De ahí la necesidad de que las políticas en materia indígena sean de acuerdo a la realidad actual, pero sin perder sus tradiciones, pues sin vínculos con la sociedad que en su mayoría es mestiza, seguirán como ciudadanos de segunda.

 

Lo esencial, destacó, sería crear una sociedad mayoritaria con valores comunes, que se identifique con una serie de instituciones sin que desaparezcan las minorías porque en todos los países las hay.

 

 

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