Boletín UNAM-DGCS-270
EL CONSUMO ÓPTIMO DE FLUORUROS, PREVIENE LA
CARIES; SU EXCESO PRODUCE FLUOROSIS
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Los más afectados son los menores de edad
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Dolores de la Cruz, investigadora responsable de la Unidad
Universitaria de Investigación en Cariología, recomienda evitar las sobredosis
El
consumo de fluoruros que se registra desde hace más de una década en México ha
ayudado a disminuir los índices de caries. Sin embargo, como su ingesta excede
los límites óptimos se produce daño en los dientes y puede repercutir en el
sistema óseo, particularmente en los niños, afirmó Dolores de la Cruz,
investigadora responsable de la Unidad Universitaria de Investigación en
Cariología de la UNAM.
La ingesta
apropiada del fluoruro, a través de agua, alimentos, sal de mesa y cocina, o
por medio de suplementos fluorados, añadió la especialista, reduce el riesgo y
la prevalencia de caries dental, además promueve la remineralización del
esmalte.
“En nuestro país,
por ejemplo, se ha logrado la prevención de la incidencia de la caries dental
en más de un 60 por ciento”, gracias al Programa Nacional de la Fluoruración de
la Sal, el cual fue establecido con base únicamente en las concentraciones de
fluoruro en el agua, y se dejó de lado las demás fuentes de este elemento
existentes en el país
El inconveniente,
aseguró, es el exceso de fluoruro: si se suman los residuos de las pastas
dentales que son tragados –que en sí mismo no representan un riesgo– más el
contenido en los enjuagues bucales, el agua, la sal y alimentos como amaranto,
espinacas, nopal, chile serrano, lentejas, garbanzos, haba, tortillas amarillas
y azules “ya da una cantidad considerable” que pasa los límites óptimos.
Uno de los problemas dentales que ocasiona es la
fluorosis dental, la cual se observa como manchas blanquecinas que provocan
problemas estéticos y psicológicos indeseables. Tanto la intensidad del
moteado, la extensión y la profundidad del área del esmalte y dentina afectados,
así como el número de dientes dañados depende de diversos factores, como el
momento de inicio del consumo de fluoruro, la duración de la exposición y la
concentración del flúor ingerido y el estado de salud renal de la persona.
En estados de la
República Mexicana, como Campeche, Sonora, Hidalgo, San Luis Potosí, Estado de
México, Jalisco y el Distrito Federal, cada vez se producen más de ésos casos.
Asimismo,
el abuso en el consumo de este elemento produce daño no sólo en los dientes,
sino también a nivel sistémico, llegando a saturar los huesos, lo que aumenta
la densidad ósea que, a su vez, causa que las personas sufran fracturas con
mucha mayor facilidad.
La también profesora de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza,
destacó que para resolver esta situación, es necesaria la
participación de todos. Además, “tenemos el
conocimiento a la mano para decir en qué punto un factor de prevención puede
convertirse en un factor de problemas”.
La disminución de
la fluoruración, informó, en gran medida depende de la Secretaría de Salud y
los industriales. No obstante, lo mejor sería que se abriera una discusión a
nivel nacional para que esa dependencia gubernamental pudiera contar con un
máximo de información a fin de tomar decisiones más exactas.
Finalmente, comentó que muchos recién egresados de la
carrera de Odontología no cuentan con la formación necesaria para identificar
clínicamente este problema, debido a que hasta hace algunos años la fluorosis
dental no figuraba como una patología de importancia en nuestro país. Por
tanto, abordar este problema al interior de las escuelas es sumamente
importante en términos de la formación de los dentistas, concluyó.
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