8:00 hrs. marzo 12 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-241

 

DEMANDAN PROTEGER LOS  CONOCIMIENTOS TRADICIONALES DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

 

·        Grethel Aguilar, vicepresidenta de la Comisión de Derecho Ambiental de la Unión Mundial para la Naturaleza, se pronunció por reconocer los derechos de propiedad colectiva de las comunidades

·        Participó en la Conferencia Internacional sobre Comercio, Ambiente y Desarrollo Sustentable

 

Los conocimientos intelectuales de los indígenas merecen protección jurídica, sobre todo en cuanto al reconocimiento de los derechos de propiedad colectiva de las comunidades y las formas equitativas de distribución de los beneficios, afirmó Grethel Aguilar, vicepresidenta de la Comisión de Derecho Ambiental de la Unión Mundial para la Naturaleza.

 

Dijo que en América Latina se debe profundizar en las formas para resguardar los conocimientos de origen tradicional tales como los contratos, las licencias, las redes o bases de datos y el secreto comercial.

 

Al participar junto con Silvia Riberio, de la Fundación Internacional de Avance Rural (RAFI), y Valerie Normand, del secretariado de la Convención sobre la Diversidad Biológica, en la Conferencia Internacional sobre Comercio, Ambiente y Desarrollo Sustentable, Grethel Aguilar indicó que también se deben considerar los derechos de propiedad de tierras o territorios y de los recursos genéticos.

 

El valor económico de los recursos biológicos y del conocimiento tradicional, acotó, no es nuevo porque se remonta al descubrimiento de América. En cambio, lo novedoso es que se puso en la mesa de discusión la necesidad de hacer una distribución justa y equitativa de los beneficios que se derivan de ellos.

 

Informó que en el mundo existen alrededor de 300 millones de personas a las que se les puede considerar indígenas, ubicados en cuatro mil pueblos de 70 países.

 

De acuerdo con datos recientes, comentó, el total de ventas mundiales de los productos derivados de medicinas tradicionales se estima en cuatro mil 300 millones de dólares anuales.

 

En su intervención, Silvia Riberio destacó que actualmente hay tres millones de solicitudes de patentes relacionadas con el genoma humano, lo cual obliga a pensar en tomar medidas al respecto.

 

Aseguró que la concentración empresarial de este tipo de conocimiento y la utilización comercial de la ingeniería genética fueron los factores que dieron origen a la posibilidad de patentar seres vivos.

 

Sin embargo, advirtió, desde el punto de vista ético y moral es válido tomarse esas atribuciones ya que existen diversos casos de biopiratería, la cual es posible con una muestra genética del producto de interés.

 

Ejemplo de lo anterior, dijo, es el caso de una variedad de frijol mexicano patentada hace dos años por un estadounidense y cuyo costo fue de casi 250 mil dólares para el gobierno mexicano.

 

 

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