13:00 hrs. marzo 9 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-230

 

Evelyn Shuster

Dafna Feinholtz

ALERTAN ESPECIALISTAS SOBRE IMPLICACIONES DETERMINISTAS DEL GENOMA HUMANO

 

·        Evelyn Shuster, académica de la Universidad de Pennsylvania, advierte que puede traer consecuencias socialmente peligrosas

·        Existe el riesgo de crear una clase relegada de individuos genéticamente imperfectos, señaló en el IIJ

·        Las personas no deben considerarse sólo como la suma de sus genes, afirmó Dafna Feinholtz, del Instituto Nacional de Perinatología

 

 

El mal uso de la información genética puede dar lugar a perspectivas deterministas y reduccionistas que conduzcan a teorías raciales similares a las esgrimidas por los científicos del nazismo, afirmó Evelyn Shuster, de la Universidad de Pennsylvania, Estados Unidos.

 

Al participar en la Reunión Internacional de Expertos sobre Derecho Genómico, que organiza el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, la académica aseguró que si no existe una perspectiva ética que acompañe las investigaciones sobre el genoma humano pueden presentarse consecuencias socialmente peligrosas.

 

Podría llegarse a la creación de una clase relegada y discriminada por sus características genéticas, o al extremo de destruir embriones que se consideren genéticamente inferiores, precisó.

 

Evelyn Shuster sostuvo que los estudios sobre el genoma humano no se acompañaron por los espacios de discusión necesarios sobre las implicaciones éticas acerca del uso de esos conocimientos, por lo cual la genética puede ser peligrosamente destructiva de valores y derechos humanos.

 

Los seres humanos en la actualidad están reducidos a los genes, su mal funcionamiento y las interacciones de sus proteínas, pero catalogar a las personas por sus características genéticas significa limitar sus perspectivas de vida, puntualizó.

 

Evelyn Shuster subrayó que el reducido número de genes en cada individuo no puede considerarse suficiente para determinar todas las complejidades de la vida.

 

No hay evidencia científica suficiente, agregó, para sostener que las enfermedades mentales puedan estar genéticamente determinadas. Esto pone en duda, enfatizó, el valor de la genética del comportamiento.

 

Al hablar ante Manuel Becerra Ramírez e Ingrid Brena Sesma, investigadores del IIJ; Dafna Feinholtz, del Instituto Nacional de Perinatología y Jürgen Simon, director del Centro de Investigación en Biotecnología y Derecho, Evelyn Shuster se pronunció por un debate democrático a nivel global para desterrar los puntos de vista deterministas que pretenden reducir la existencia de los individuos a sus rasgos genéticos.

 

Se necesita además, concluyó, un tratado mundial que proteja en contra de la discriminación a personas consideradas genéticamente imperfectas.

 

En su intervención, Dafna Feinholtz habló sobre la importancia de establecer comités de ética que analicen las implicaciones que pueda tener el uso de la información genética.

 

El objetivo de estas instancias, indicó, es que las investigaciones consideren al ser humano como un todo junto con sus valores, y no pierdan de vista que es mucho más que un conjunto de genes.

 

Añadió que un aspecto fundamental a tener en cuenta es la idea de diversidad. Sobre esta noción, sin embargo, no existen parámetros acertados, pues la mayoría toman como punto de partida un modelo de perfección.

 

Esta idea, consideró la especialista en comités de ética en investigación en salud y genoma humano, surge de una definición equivocada de la tolerancia, según la cual se trata de soportar a quienes son diferentes, no de aceptarlos.

 

Dafna Feinholtz manifestó que el conocimiento genético de las personas no solamente debe ser utilizado en beneficio de éstas y de los grupos familiares y étnicos. Es preciso, además, asegurar que no se haga un uso discriminatorio de esa información, concluyó.

 

 

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