Boletín
UNAM-DGCS-201
VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DOMÉSTICA 50 POR CIENTO DE LAS MUJERES
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Alejandro Díaz Martínez, de la Facultad de
Medicina, señaló que tardan entre cinco y diez años en denunciarla en la ciudad
de México
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Se calcula que este fenómeno social es la
tercera causa de pérdida de años de vida saludable en el género femenino de la
capital del país
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, en América
Latina entre el 25 y 50 por ciento de mujeres son víctimas de violencia
doméstica, mientras que en México este fenómeno social afecta a una de cada
diez féminas, quienes tardan de cinco a diez años en denunciarlo.
Luego de señalar lo anterior, Alejandro Díaz Martínez, jefe del
departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina (FM) de
la UNAM, dijo que la falta de empleo y la desigualdad socioeconómica
predisponen a las personas a reaccionar en forma agresiva, a perder el
autocontrol con facilidad y a ser intolerantes.
La violencia intrafamiliar, puntualizó, es el fenómeno social más
democrático del mundo, porque las lesiones provocadas por golpes, amenazas,
encierro, agresiones verbales y uso de la fuerza no distinguen edades, niveles
educativos ni grupos socioeconómicos.
Al participar en el II Coloquio
Internacional sobre Prevención y Tratamiento de Conductas Adictivas
–organizado por la Facultad de Psicología (FP)-, Díaz Martínez indicó: según
datos del Banco Interamericano de Desarrollo, se calcula que la violencia
doméstica es la tercera causa de pérdida de años de vida saludables (Avisa)
para las mujeres de la ciudad de México, después de la diabetes y las
infecciones prenatales.
El también presidente de la Federación Mexicana de Salud Mental (FMSM)
destacó que la violencia es uno de los factores con mayor repercusión en el
desarrollo del género femenino, porque involucra aspectos de tipo físico y
emocional, que se traducen en sufrimiento emocional y en pérdidas económicas.
Comentó que un estudio de la Secretaría de Salud indica que en los
últimos 15 años la mortalidad por homicidios en el Distrito Federal se
incrementó en 90 por ciento. “En 1994, por hechos violentos se perdieron 791
mil años saludables de vida, 61 por ciento de los cuales correspondieron a
muertes prematuras y 31 por ciento a años vividos con discapacidad”, explicó.
Al respecto, comentó que en 1993 el Banco Interamericano estimó que las
mujeres mexicanas entre 15 y 44 años de edad perdieron más años saludables de
vida por violación sexual y por violencia doméstica, que por cáncer
cervicouterino, enfermedades cardiovasculares, SIDA, accidentes
automovilísticos o guerra.
“Las primeras aproximaciones para medir la magnitud de estos hechos
–dijo- refieren que el 50 por ciento de los padres mexicanos ejercen violencia
en el hogar, y para siete de cada diez el castigo forma parte de la educación
de los hijos, aún cuando sea severo y recurrente”, concluyó el profesor
universitario.
En su oportunidad, Haydée Rosovsky, del Instituto Nacional de
Psiquiatría, aseveró que el alcoholismo, el tabaquismo y el consumo de drogas
ilícitas son conductas con larga historia en el mundo. No obstante, en el
último siglo adquirieron tal magnitud que afectó el discurso político y la toma
de decisiones.
Subrayó que las acciones de prevención a las conductas adictivas no
pueden recaer sólo en sectores aislados -como el educativo o de salud-, sino
que también dependen de la coordinación e interacción de diversas fuerzas y
voluntades.
Prevenir, destacó, significa brindar información, cambiar actitudes,
modificar conductas y estilos de vida, y debe ubicarse en la promoción de
estilos de vida más saludables.
Para ello, precisó Rosovsky, es necesario que esas tareas sean
apropiadas al contexto cultural y sensibles a cada grupo social, contar con la
participación activa de sectores gubernamentales y sociales, además de que la
población adquiera mayor conciencia al respecto.
Se requieren acciones congruentes y persistentes en la familia, la
comunidad, los medios de comunicación, la escuela y el trabajo, finalizó.
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