6:00 hrs. marzo 2 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-199

 

EMINENTEMENTE POLÍTICA LA SOLUCIÓN AL CONFLICTO DE CHIAPAS

 

·        Plantear por primera vez el respeto de los derechos humanos para los pueblos indígenas, oportunidad histórica, afirma Lorenzo Córdova Vianello

·        Se deben establecer medidas de prevención del patrimonio cultural de este sector

 

El conflicto que se vive en Chiapas es eminentemente político y por ello su solución debe ser resultado de la interacción entre los distintos actores involucrados en forma directa, aseguró Lorenzo Córdova Vianello, profesor de la Facultad de Derecho (FD) de la UNAM.

 

Al participar en el diplomado "Reflexiones constitucionales: derecho y cultura indígena", indicó: nos encontramos ante la oportunidad histórica para plantear, por primera vez, el respeto efectivo a los derechos humanos de ese sector, que conforma el 10 por ciento de la población.

 

Aprovechar el momento, precisó, significa su consagración constitucional y protección real, es decir, la instrumentación de los mecanismos de defensa y tutela que permitirían hacer vigentes y eficaces sus derechos.

 

En el auditorio Themis de la FD, Lorenzo Córdova puntualizó que también se deben establecer medidas de prevención del patrimonio cultural de los pueblos indígenas, para evitar ubicarlos en un papel de "vasallos", como en el pasado, aunque ahora no lo harán caciques o hacendados, sino por el reino de la tradición del inmovilismo.

 

Las demandas de este sector y de una parte de la población que no pertenece a los indígenas, pero que simpatizan con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), son el reconocimiento y protección de la cultura, así como la autonomía de su régimen comunitario, aseveró.

 

La postura zapatista sobre la reivindicación de los derechos colectivos para los pueblos indígenas va ligada con el respeto a las garantías fundamentales, apuntó.

 

Al exigir autonomía y autogobierno, subrayó, los integrantes del EZLN nunca negaron los derechos humanos, por el contrario, rompieron con la tradición indígena de excluir a la mujer en la toma de decisiones, porque dentro de las comunidades que les son afines ese sector juega un papel paritario al de los hombres.

 

Córdova Vianello comentó que el zapatismo nunca propuso la supresión o disminución de las garantías fundamentales sino que los hizo suyos; no obstante, propuso que para las comunidades indígenas se establezcan, además, ciertos derechos culturales.

 

Aunque nunca se aclara cómo resolver el problema, acotó, con el tiempo se planteará que los derechos culturales adscritos a los colectivos implican una limitación a los referentes a la autonomía o libertad individual.

 

Se dice que en Chiapas la revolución nunca llegó, expresó Lorenzo Córdova, porque la clase revolucionaria pactó con la vieja oligarquía y las diferencias ancestrales perduraron. Lo mismo ocurre con todos los pueblos indígenas del país, los cuales son grupos que desconocen sus garantías básicas.

 

Al referirse a los derechos de las minorías, Rodolfo Vázquez, profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), señaló que en una sociedad multicultural su existencia, respeto y promoción sólo son posibles sobre la base de la implementación incondicional de los derivados del principio de autonomía personal.

 

Si asumimos que el respeto a las garantías fundamentales es la mejor opción para juzgar la legitimidad de los derechos culturales y asegurar la imparcialidad, debemos aceptar que el ámbito de la tolerancia queda acotado por el respeto a las mismas.

 

 

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