Boletín
UNAM-DGCS-179
El 95 POR CIENTO DE LA POBLACIÓN OBESA TIENE PROBLEMAS AL DORMIR
·
La cifra representa el 25 por ciento del total de la población mexicana
·
Ronquido y somnolencia excesiva son los principales síntomas indican
investigaciones del Laboratorio y Clínica de Trastornos en el Dormir de la
Facultad de Psicología
La prevalencia del
síndrome de “apnea” o alteraciones respiratorias obstructivas durante el sueño
afecta al 95 por ciento de la población obesa de nuestro país, la cual
constituye a su vez el 24 por ciento del total.
De acuerdo con el
estudio reciente de investigadores del Laboratorio y Clínica de Trastornos en
el Dormir de la Facultad de Psicología, los síntomas más importantes son
el ronquido y la somnolencia excesiva durante el día y afecta al 98 por ciento
de los pacientes con obesidad mórbida.
La
doctora Matilde Valencia-Flores, quien encabeza al grupo de investigadores en
esta área del conocimiento, señaló que este síndrome puede asociarse con
alteraciones del ánimo (irritación, depresión), disfunciones neurocognoscitivas
(fallas de atención y concentración) y enfermedades cardiovasculares
(hipertensión arterial sistémica y arritmias cardíacas).
La obesidad es un
factor de riesgo para padecer ese trastorno, pero “no todos los que tienen este
síndrome son obesos; otras causas son la obstrucción de la vía aérea superior,
desviación del tabique o exceso del tejido blando en la faringe”, aclaró.
Los hombres –explicó-
presentan mayor gravedad del síndrome en comparación con las mujeres. Ello se
debe, al parecer, a factores anatómicos como la relación cuello-cabeza -ya que
en ambos los parámetros son diferentes-, o bien, a un factor hormonal.
Valencia-Flores
definió los dos tratamientos básicos para el padecimiento: inducción mecánica
de aire a presión, aunque su costo es elevado, y el otorrinolaringológico el
cual elimina mediante cirugía la obstrucción y por consiguiente el problema
respiratorio.
La
especialista recomendó bajar de peso, hacer ejercicio, una dieta adecuada, no
consumir alcohol por lo menos tres horas antes de dormir, ni fumar, porque
puede influir en la inflamación de las vías aéreas o irritar las mucosas.
Precisó que también
hay alteraciones asociadas a la posición durante el sueño: si observamos que al
dormir boca arriba el paciente ronca más es conveniente mantener una posición
lateral y sujetar, por ejemplo, una pelota de tenis a la ropa de cama en la
espalda.
En la investigación,
en la cual participa el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, mediante su Clínica de Obesidad, así como los departamentos de
Cardiología, y Neurología y Psiquiatría, también se precisa que las personas
con más de 65 pausas respiratorias por hora de sueño presentan mayor severidad
del padecimiento, asociado con arritmias cardíacas y somnolencia patológica.
La investigadora
universitaria subrayó que cuando estos pacientes van a ser operados se deben
tomar precauciones, ya que son vulnerables a pausas respiratorias y la
anestesia podría tener otros efectos.
Valencia-Flores
destacó que con esta investigación -que hasta el momento abarca una muestra de
150 personas- se obtuvieron los primeros datos de la prevalencia del síndrome
de apnea del sueño en pacientes con obesidad en nuestro país.
“México tiene
tradición en estudios del sueño, pero han sido básicos en animales; apena
inicia la investigación a nivel clínico y somos los primeros en publicar
información acerca de nuestra población”, concluyó.
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