Boletín UNAM-DGCS-177
CONDICIONES PROPICIAS PARA NUEVA CENTRAL OBRERA: INVESTIGADORES UNIVERSITARIOS
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CTM y Congreso
del Trabajo, estructuras sin flexibilidad: Javier Aguilar del IIS
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El sistema
político requiere la democratización de organizaciones sociales, obreras y
campesinas: Armando Rendón, de la UAM
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Renovación del
sindicalismo o posible distanciamiento con la administración federal: Lorenzo
Arrieta, de la FCPyS
Están dadas las condiciones
para que las distintas organizaciones sindicales en México formen una central
obrera renovada y se constituyan en bloque de poder para afrontar los problemas
laborales, coincidieron en señalar investigadores universitarios.
Señalaron que sólo con
organismos sindicales de esa naturaleza se logrará que la administración
federal los tome más en cuenta en materia de política laboral.
El sistema político mexicano
requiere como condición indispensable la democratización de todas las
organizaciones sociales, obreras y campesinas, subrayaron.
En conferencia de prensa,
Armando Rendón, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM); Lorenzo
Arrieta, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) y Javier
Aguilar, catedrático del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), hablaron
en el marco del 35 aniversario de la creación del Congreso del Trabajo (CT) y
65 de la formación de la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
En la Sala de Usos Múltiples
del IIS de la UNAM, Armando Rendón sostuvo que el CT ha resultado inútil para
defender a los trabajadores. La caída salarial en los últimos 30 años –dijo-
muestra claramente que el sindicalismo corporativo no es útil para los
asalariados.
A su vez, Lorenzo Arrieta, de
la coordinación de Ciencia Política de la FCPyS, advirtió que si el
sindicalismo no se renueva y atiende las demandas fundamentales de la clase
obrera, no tendrá acercamientos exitosos con la administración federal.
En ese sentido, explicó, la
existencia del CT funcionó en la determinación de la política laboral y
económica que el país necesitó en el pasado; no obstante, “De finales de los
ochenta a la fecha la influencia del CT se ha resquebrajado”.
Javier Aguilar reconoció por
su parte que las dos organizaciones obreras en el país están en proceso de
reorganización. De 1966 a 1982 ambas representaron mejor los intereses y
demandas de los trabajadores.
Sin embargo, aseveró, desde
1983 hasta el 2001 las cosas cambiaron porque se debilitaron social y
políticamente, además de que sus líderes no han querido defender con mayor
fuerza los intereses de los trabajadores en la época de profundas reformas
económicas.
Las dos organizaciones, a
través de sus dirigencias, han apoyado las políticas económicas de corte
neoliberal que tanto lastiman a los trabajadores en sus ingresos y forma de
vida.
La CTM y CT, concluyó, se
convierten en una estructura cada vez más pesada sin flexibilidad para
adaptarse a las nuevas condiciones nacionales e internacionales.
Los investigadores
universitarios consideraron también que no existe la intención de democratizar
la vida sindical de los trabajadores; por el contrario, hay interés en mantener
controlada la fuerza de trabajo organizada.
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