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17:00 hrs. Febrero 22 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-177

 

CONDICIONES PROPICIAS PARA NUEVA CENTRAL OBRERA: INVESTIGADORES UNIVERSITARIOS

 

 

·        CTM y Congreso del Trabajo, estructuras sin flexibilidad:  Javier Aguilar del IIS

·        El sistema político requiere la democratización de organizaciones sociales, obreras y campesinas: Armando Rendón, de la UAM

·        Renovación del sindicalismo o posible distanciamiento con la administración federal: Lorenzo Arrieta, de la FCPyS

 

 

Están dadas las condiciones para que las distintas organizaciones sindicales en México formen una central obrera renovada y se constituyan en bloque de poder para afrontar los problemas laborales, coincidieron en señalar investigadores universitarios.

 

Señalaron que sólo con organismos sindicales de esa naturaleza se logrará que la administración federal los tome más en cuenta en materia de política laboral.

 

El sistema político mexicano requiere como condición indispensable la democratización de todas las organizaciones sociales, obreras y campesinas, subrayaron.

 

En conferencia de prensa, Armando Rendón, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM); Lorenzo Arrieta, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) y Javier Aguilar, catedrático del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), hablaron en el marco del 35 aniversario de la creación del Congreso del Trabajo (CT) y 65 de la formación de la Confederación de Trabajadores de México (CTM).

 

En la Sala de Usos Múltiples del IIS de la UNAM, Armando Rendón sostuvo que el CT ha resultado inútil para defender a los trabajadores. La caída salarial en los últimos 30 años –dijo- muestra claramente que el sindicalismo corporativo no es útil para los asalariados.

 

A su vez, Lorenzo Arrieta, de la coordinación de Ciencia Política de la FCPyS, advirtió que si el sindicalismo no se renueva y atiende las demandas fundamentales de la clase obrera, no tendrá acercamientos exitosos con la administración federal.

 

En ese sentido, explicó, la existencia del CT funcionó en la determinación de la política laboral y económica que el país necesitó en el pasado; no obstante, “De finales de los ochenta a la fecha la influencia del CT se ha resquebrajado”.

 

Javier Aguilar reconoció por su parte que las dos organizaciones obreras en el país están en proceso de reorganización. De 1966 a 1982 ambas representaron mejor los intereses y demandas de los trabajadores.

 

Sin embargo, aseveró, desde 1983 hasta el 2001 las cosas cambiaron porque se debilitaron social y políticamente, además de que sus líderes no han querido defender con mayor fuerza los intereses de los trabajadores en la época de profundas reformas económicas.

 

Las dos organizaciones, a través de sus dirigencias, han apoyado las políticas económicas de corte neoliberal que tanto lastiman a los trabajadores en sus ingresos y forma de vida.

 

La CTM y CT, concluyó, se convierten en una estructura cada vez más pesada sin flexibilidad para adaptarse a las nuevas condiciones nacionales e internacionales.

 

Los investigadores universitarios consideraron también que no existe la intención de democratizar la vida sindical de los trabajadores; por el contrario, hay interés en mantener controlada la fuerza de trabajo organizada.

 

 

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