Boletín UNAM-DGCS-172
MAS DE 6 MILLONES DE PERSONAS EN POBREZA EXTREMA EN LA CIUDAD DE MÉXICO: VERÓNICA VILLARESPE
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De ellos, 5.6
millones no satisfacen sus necesidades básicas señaló la especialista del
Instituto de Investigaciones Económicas
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En las
políticas federal y estatal de combate a la pobreza existen diferencias
sustanciales
En la ciudad de México existen
6.8 millones de personas que viven en condiciones de extrema pobreza y de éstos
5.6 millones no satisfacen sus necesidades básicas, señaló Verónica Villarespe
Reyes, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc).
La especialista en el tema de
pobreza consideró que en las políticas federal y estatal de combate a esta
problemática existen diferencias sustanciales, porque mientras el Progresa
opera bajo el criterio de focalización extrema o racionalización del gasto
social, las acciones en la capital del país buscan enfrentar esa situación a
través del beneficio de los grupos necesitados.
En entrevista, la
investigadora puntualizó: en el Progresa se seleccionan localidades
identificadas como de alta y muy alta marginalidad, generalmente en zonas
indígenas, a las cuales van promotores del programa para levantar el padrón con
las posibles familias beneficiadas.
Lo anterior tiene la
desventaja de que se tiende a dividir a las comunidades, porque eligen a unas
familias y a otras no, aunque también necesiten la ayuda, indicó Villarespe
Reyes.
Explicó que a través del
Progresa en educación se otorgan becas, en especie o dinero, para útiles
escolares siempre y cuando los niños asistan de manera regular a la escuela;
estos subsidios se entregan desde tercer año de primaria hasta tercero de
secundaria, donde el monto es ligeramente mayor para las niñas, a fin de evitar
la deserción escolar.
En salud, continuó, se apoya a
las familias con un paquete básico que incluye pláticas y servicios para el
cuidado y prevención de enfermedades.
Además, en alimentación se
distribuyen sobres de micronutrientes para mujeres embarazadas y madres en
lactancia. El monto mínimo de la ayuda es de 250 pesos y el máximo de 750, y
por lo general se entrega a las mujeres, quienes se supone harán mejor uso de
esos recursos, precisó.
Por otra parte, agregó, en la
capital de la República se instrumentaron nueve líneas de acción para frenar el
empobrecimiento, tales como becas a personas con discapacidad y a niños cuyos
padres se encuentran en condiciones de pobreza.
Al respecto, aseveró, se
argumenta que el objetivo es frenar la desintegración familiar y la deserción
escolar. Otras medidas son el reparto de desayunos escolares en escuelas
públicas -preprimarias, primarias y de educación especial-, así como la entrega
de libros de texto gratuito en todas las modalidades de educación básica.
También becas para
capacitación de adultos de entre 40 y 55 años, quienes muchas veces por su edad
ya no tienen acceso al empleo en empresas establecidas.
Asimismo, se generarán empleos
temporales para actividades productivas y de conservación forestal sobre todo
para la zona rural del DF, y la creación de fondos de desarrollo para
comunidades de apoyo a la producción y a la microempresa rural, refirió.
Aunque se dice que estas
acciones generarán al gobierno de la ciudad de México un costo de alrededor de
mil 148 millones de pesos, manifestó, cabría preguntar "¿qué es más
costoso, tener a una población fuera de la sociedad en condiciones de pobreza
extrema o invertir para que esa población pueda integrarse a la sociedad?, y
considerarse mexicana"
Al hacer el balance de ambos
programas de desarrollo social, subrayó, quizá las acciones puestas en marcha
en el Distrito Federal podrían servir de ejemplo para el programa nacional en
materia de combate a la pobreza, lo cual llevaría a ampliar o reorientar el
Progresa, a fin de que tenga mayor alcance.
El Progresa es parcial,
sostuvo la académica, porque no incorpora programas de crédito para fomentar el
empleo, capacitación para adultos y respaldo a gente de la tercera edad, es
decir, "está dedicado a algunos sectores de la población y no contempla
todos los elementos que realmente pueden coadyuvar a que la pobreza no sea
extrema, ni ofrece la posibilidad de remontar sus efectos".
Con créditos para instalar
micro y pequeñas industrias, así como becas para la capacitación, podrían
revertirse a largo plazo las condiciones de pobreza en nuestro país, manifestó.
Sin embargo, Verónica
Villarespe estimó que en los programas del DF debería haber algún tipo de
candados para que esas medidas no fomenten la migración hacia la ciudad de
México. Por ejemplo, se dice que uno de los requisitos para tener acceso a esos
subsidios es vivir en la capital del país y en áreas clasificadas como de muy
alta, alta o media marginación, con un ingreso mensual de menos de dos salarios
mínimos, pero no se especifica el tiempo de residencia.
Si bien los recursos para
atender programas como estos aún son insuficientes, a partir de la evaluación
de las distintas acciones será importante empezar a reorientar más recursos
para actividades sociales de mayor envergadura y será la experiencia quien
determinará cuánto se necesita, concluyó.
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