6:00 hrs. Febrero 22 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-172

 

MAS DE 6 MILLONES DE PERSONAS EN POBREZA EXTREMA EN LA CIUDAD DE MÉXICO: VERÓNICA VILLARESPE

 

 

·        De ellos, 5.6 millones no satisfacen sus necesidades básicas señaló la especialista del Instituto de Investigaciones Económicas

·        En las políticas federal y estatal de combate a la pobreza existen diferencias sustanciales

 

 

En la ciudad de México existen 6.8 millones de personas que viven en condiciones de extrema pobreza y de éstos 5.6 millones no satisfacen sus necesidades básicas, señaló Verónica Villarespe Reyes, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc).

 

La especialista en el tema de pobreza consideró que en las políticas federal y estatal de combate a esta problemática existen diferencias sustanciales, porque mientras el Progresa opera bajo el criterio de focalización extrema o racionalización del gasto social, las acciones en la capital del país buscan enfrentar esa situación a través del beneficio de los grupos necesitados.

 

En entrevista, la investigadora puntualizó: en el Progresa se seleccionan localidades identificadas como de alta y muy alta marginalidad, generalmente en zonas indígenas, a las cuales van promotores del programa para levantar el padrón con las posibles familias beneficiadas.

 

Lo anterior tiene la desventaja de que se tiende a dividir a las comunidades, porque eligen a unas familias y a otras no, aunque también necesiten la ayuda, indicó Villarespe Reyes.

 

Explicó que a través del Progresa en educación se otorgan becas, en especie o dinero, para útiles escolares siempre y cuando los niños asistan de manera regular a la escuela; estos subsidios se entregan desde tercer año de primaria hasta tercero de secundaria, donde el monto es ligeramente mayor para las niñas, a fin de evitar la deserción escolar.

 

En salud, continuó, se apoya a las familias con un paquete básico que incluye pláticas y servicios para el cuidado y prevención de enfermedades.

 

Además, en alimentación se distribuyen sobres de micronutrientes para mujeres embarazadas y madres en lactancia. El monto mínimo de la ayuda es de 250 pesos y el máximo de 750, y por lo general se entrega a las mujeres, quienes se supone harán mejor uso de esos recursos, precisó.

 

Por otra parte, agregó, en la capital de la República se instrumentaron nueve líneas de acción para frenar el empobrecimiento, tales como becas a personas con discapacidad y a niños cuyos padres se encuentran en condiciones de pobreza.

 

Al respecto, aseveró, se argumenta que el objetivo es frenar la desintegración familiar y la deserción escolar. Otras medidas son el reparto de desayunos escolares en escuelas públicas -preprimarias, primarias y de educación especial-, así como la entrega de libros de texto gratuito en todas las modalidades de educación básica.

 

También becas para capacitación de adultos de entre 40 y 55 años, quienes muchas veces por su edad ya no tienen acceso al empleo en empresas establecidas.

 

Asimismo, se generarán empleos temporales para actividades productivas y de conservación forestal sobre todo para la zona rural del DF, y la creación de fondos de desarrollo para comunidades de apoyo a la producción y a la microempresa rural, refirió.

 

Aunque se dice que estas acciones generarán al gobierno de la ciudad de México un costo de alrededor de mil 148 millones de pesos, manifestó, cabría preguntar "¿qué es más costoso, tener a una población fuera de la sociedad en condiciones de pobreza extrema o invertir para que esa población pueda integrarse a la sociedad?, y considerarse mexicana"

 

Al hacer el balance de ambos programas de desarrollo social, subrayó, quizá las acciones puestas en marcha en el Distrito Federal podrían servir de ejemplo para el programa nacional en materia de combate a la pobreza, lo cual llevaría a ampliar o reorientar el Progresa, a fin de que tenga mayor alcance.

 

El Progresa es parcial, sostuvo la académica, porque no incorpora programas de crédito para fomentar el empleo, capacitación para adultos y respaldo a gente de la tercera edad, es decir, "está dedicado a algunos sectores de la población y no contempla todos los elementos que realmente pueden coadyuvar a que la pobreza no sea extrema, ni ofrece la posibilidad de remontar sus efectos".

 

Con créditos para instalar micro y pequeñas industrias, así como becas para la capacitación, podrían revertirse a largo plazo las condiciones de pobreza en nuestro país, manifestó.

 

Sin embargo, Verónica Villarespe estimó que en los programas del DF debería haber algún tipo de candados para que esas medidas no fomenten la migración hacia la ciudad de México. Por ejemplo, se dice que uno de los requisitos para tener acceso a esos subsidios es vivir en la capital del país y en áreas clasificadas como de muy alta, alta o media marginación, con un ingreso mensual de menos de dos salarios mínimos, pero no se especifica el tiempo de residencia.

 

Si bien los recursos para atender programas como estos aún son insuficientes, a partir de la evaluación de las distintas acciones será importante empezar a reorientar más recursos para actividades sociales de mayor envergadura y será la experiencia quien determinará cuánto se necesita, concluyó.

 

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