Boletín UNAM-DGCS-157
INMINENTE, LA TRANSFORMACIÓN DE LA UNAM: RUY PÉREZ
TAMAYO
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El profesor emérito de
la UNAM llamó a enfrentar el cambio con prudencia, sin miedo ni timideces
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Inconcebible el
humanismo sin las ciencias: Pablo González Casanova
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El posgrado debe ser
espacio de reconjugación del humanismo: Daniel Cazés
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Participaron en las
Jornadas Académicas del Posgrado que se realizan a partir de hoy y concluirán
el 27 de febrero
Transformar
a la UNAM no sólo es urgente, sino inminente, dijo el profesor emérito Ruy
Pérez Tamayo, quien llamó a enfrentar el cambio sin miedo ni timideces
disfrazadas de nostalgia, pero con prudencia.
Al
participar en la sesión inaugural de las Jornadas
Académicas del Posgrado –que se realizan a partir de hoy y concluirán el 27
del mes en curso- agregó: Se trata de que la institución cumpla, cada vez
mejor, con sus funciones de servicio a la sociedad mexicana.
El
catedrático universitario señaló que considerar a la Universidad Nacional como
una institución más de educación superior del país es un error, “que sólo se explica por el grado de
ignorancia sobre la realidad nacional casi incompatible con la supervivencia de
los que lo cometen, o por intenciones claramente negativas dirigidas en contra
de la UNAM”, precisó.
En
el acto, efectuado en la Unidad de Seminarios “Ignacio Chávez”, Ruy Pérez
Tamayo aseveró que la acumulación de la inmensa riqueza cultural de esta casa
de estudios y su amplia complejidad de funciones no han sido gratuitas; también
a lo largo de su historia acumula problemas y rezagos.
Su
inmenso tamaño, abundó, le ha impuesto tareas que no le corresponden y la ha
convertido en un apetecible botín político, aseguró el profesor emérito Ruy
Pérez Tamayo.
En
este contexto, refirió que la Universidad Nacional ha sido criticada porque en
su proyección social rebasa con mucho el perfil de otras instituciones
académicas, nacionales y extranjeras, que limitan sus acciones a la docencia y
a la investigación sin preocuparse de la difusión cultural.
Lo
anterior no importa, porque esta casa de estudios nunca ha intentado y no debe
intentar justificarse al copiar modelos que tuvieron más o menos éxito en otros
tiempos y en otras culturas, puntualizó.
Pérez
Tamayo describió las tres características de la UNAM que la colocan en un plano
cualitativamente distinto y superior: su carácter normativo de la educación a
escala nacional, ya que sus distintas carreras y programas se adoptan como
modelos en todas las universidades e institutos de enseñanza superior; su
extensión geográfica cada vez más amplia dentro del territorio nacional y la
amplitud de sus actividades académicas y culturales.
Con
el posgrado, continuó, la Universidad Nacional marcó nuevos rumbos a la enseñanza
superior: estableció que la diferencia entre las escuelas capaces de educar
buenos técnicos y profesionistas en las distintas ocupaciones que necesita la
sociedad, y la verdadera universidad, es el compromiso de que además de cumplir
con sus obligaciones docentes, se ocupa también de albergar y estimular la
generación de nuevas propuestas artísticas, desarrollar investigación original
y divulgar las manifestaciones de la cultura.
En
su oportunidad, el ex rector Pablo González Casanova al señalar el problema de
la comunicación y el vínculo entre las ciencias y las humanidades, dijo que no
es concebible el humanismo sin su relación con las ciencias. Por ello, en la
actualidad muchos autores y filósofos plantean a la comunicación como un
problema de conocimiento.
La
sociedad del conocimiento se basa en el desarrollo de las comunicaciones,
estrechamente vinculadas a las nuevas ciencias, indicó luego de señalar que el
lenguaje políticamente correcto es una de las formas de ejercer presión para
que no se traten determinados problemas y no se establezcan relaciones
específicas.
Lo
anterior, aseveró, nos conduce a problemas graves en relación con los recursos
naturales y la vida misma, por lo cual se requiere cambiar el rumbo.
“Tenemos
la tecnología para un mundo feliz, empero falta la estructuración de los
intereses generales que permitan construir matrices, modelos, sistemas
autoregulados y adaptativos que respeten los valores humanos”, concluyó.
A
su vez, el director del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en
Ciencias y Humanidades (CEIICH), Daniel Cazés, dijo que el posgrado debe ser
espacio de reconjugación del humanismo, en donde no hay distancias insalvables
entre las especialidades, pero además, se pueden establecer puentes
intelectuales, coincidentes y políticos que acerquen a las disciplinas.
Daniel
Cazés manifestó que en esta época en que el posgrado parece ser una conjugación
de la devaluación de las licenciaturas, es indispensable revalorar ese nivel de
estudios.
“La
interdisciplina, como primer paso, debe ser una indisciplina y tiene que buscar
trascender las fronteras tradicionales de lo que se busca como disciplina”,
acotó.
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