9:00 hrs. Febrero 16 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-143

 

LA UNAM PARTICIPA EN EL DISEÑO DE APARATOS PARA CONTROLAR EL DOLOR

 

 

·        También contribuyen a mejorar la calidad de vida de pacientes con enfermedades crónico-degenerativas

·        El dolor puede producir un efecto devastador en las personas

 

 

Investigadores de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM participan en el diseño de aparatos, cada vez más pequeños, que permitirán a pacientes con enfermedades crónico-degenerativas controlar el dolor y tener mejor calidad de vida.

 

Se trata de equipos electrónicos de retroalimentación biológica que permiten, a especialistas y pacientes, detectar cambios en el sistema nervioso cuando atraviesan por un estado emocional de sufrimiento, explicó el investigador de la FP, Benjamín Domínguez.

 

Con esta tecnología, cuya patente está en proceso, se logran grandes avances como el aprendizaje en el control  psicológico del dolor.


Domínguez Trejo explicó que en colaboración con un grupo interdisciplinario de especialistas en algología (tratamiento del dolor), inmunología y oncología, entre otros, de las clínicas del dolor de la Secretaría de Salud y del Hospital Santa Fe, se realizan investigaciones en este ámbito.

 

El dolor agudo casi siempre es bueno como señal de alarma, pero puede desaparecer en poco tiempo con la aplicación de medicamento o descanso, con o sin atención médica especializada. No obstante, cuando persiste, pierde su utilidad y se convierte en problema, abundó el psicólogo universitario.

 

El dolor crónico, dijo, llega a durar meses e incluso años hasta producir un efecto devastador en la calidad de vida de las personas; además, hay evidencias de que cuando es intenso y prolongado puede suprimir parte de la actividad del sistema inmunológico.

 

Cuando los tratamientos médicos disponibles no curan el dolor, los pacientes molestos e iracundos por los costos y la nula efectividad tienden a distanciarse de las instituciones de salud, por ello la automedicación y la esoteria se convierten en otras opciones, refirió.

 

A medida que el estado de estrés se intensifica y prolonga, agregó, el dolor que inició como un problema físico se mezcla con dimensiones psicológicas e interpersonales.

 

La algología, además de ser campo interdisciplinario es un área de alta especialización. La función de los psicólogos en este ámbito es desarrollar técnicas para el control psíquico del dolor, indicó Benjamín Domínguez.

 

Dichas técnicas son necesarias porque el dolor intenso, como parte central de diversas enfermedades crónico-degenerativas con elevada incidencia en el país, se considera un problema de salud.

 

Precisó que el estudio moderno de los fenómenos del dolor “nos condujo a comprender dos aspectos importantes: la nocicepción, es decir, el estudio de la transmisión del dolor en el cuerpo humano, y la percepción del mismo”.

 

El primer caso, detalló, está relacionado con los receptores químicos o térmicos de nuestro cuerpo, los cuales están preparados para responder al dolor, y se ubican en las manos y la lengua. Todos los medicamentos llamados analgésicos se basan en el estudio de las vías del dolor, es decir en la nocicepción, apuntó el investigador de la FP.

 

Muchos pacientes, resaltó el especialista, no sufren por tener lesiones en alguna parte del cuerpo, sino porque las tuvieron y el cerebro funciona como si aún existieran.

 

En cuanto a la percepción, destacó su relación con la respuesta del cerebro ante cualquier adversidad. En muchas ocasiones se encarga de aminorarlo o duplicarlo. Aunque al presentarse enfermedades crónico-degenerativas, reacciona al dolor y lo anticipa.

 

La percepción, puntualizó, es un fenómeno de interpretación del dolor, en el cual trabajan los psicólogos y desarrollan técnicas que actúan sobre el significado que las personas afectadas le dan, así como la relación entre éste y el estrés, toda vez que mientras un paciente mantenga elevados índices de estrés o preocupación, más le durará el dolor a pesar del medicamento que consuma para combatirlo.

 

Los avances en la materia serán presentados el próximo 28 de febrero en el Palacio de Minería, en el marco de la próxima Feria Internacional del Libro (FIL).

 

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