14:30 hrs. Febrero 12 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-125

 

MÉXICO TIENE EL DESAFÍO DE DEFINIRSE COMO NACIÓN MULTICULTURAL: FERNANDO SERRANO MIGALLÓN

 

 

 

 

 

Ante las posibles reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos nuestro país debe enfrentar el desafío de plantearse a sí mismo como un Estado multicultural, afirmó Fernando Serrano Migallón, director de la Facultad de Derecho (FD) de la UNAM.

 

Al inaugurar el diplomado “Reflexiones Constitucionales: Derecho y Cultura Indígena”, el funcionario universitario expuso que el centralismo con el cual se busca unificar a los mexicanos bajo el mismo conjunto de valores es la principal tendencia de todas las leyes fundamentales en la historia de la nación.

 

Serrano Migallón consideró que lo esencial radica en determinar si los aspectos culturales de las etnias deben tener derechos diferentes, o si hay que establecer un sustrato uniforme.

 

Aquí tenemos uno de los problemas fundamentales de la ciencia política y el derecho constitucional, como es la frontera muchas veces frágil entre una concepción tradicional del derecho y otra moderna y más abierta, precisó.

 

En la primera sesión del diplomado participaron José del Val y Maya Lorena Pérez Ruiz investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); Fernando Escalante, sociólogo del Colegio de México, y Jorge Islas, director del seminario de Sociología del Derecho de la FD.

 

En su intervención, José del Val indicó que el reclamo actual de los indígenas mexicanos es su reconstitución como pueblos y no sólo las reivindicaciones de sus usos y costumbres como comunidades.

 

Sus planteamientos, agregó, son esencialmente modernos, pues en todo el mundo se revisa la constitución de estados multiculturales que ya no partan de la perspectiva de homogeneidad.

 

Detrás de ello, subrayó, existen interrogantes filosóficas profundas que tienen que ver con la persona, ya que no se puede considerar al individuo como un ente abstracto sino inmerso en grupos intermedios como los pueblos indígenas.

 

La discusión se complica en nuestro país, añadió, porque al mismo tiempo se registraron diversos sucesos tales  como el conflicto del EZLN y el cambio político y cultural, gracias a la cual la simulación dejó de ser la forma de relación entre el pueblo y sus autoridades.

 

En su oportunidad, Fernando Escalante expuso que existen diversas contradicciones entre el sistema constitucional tradicional y los usos y costumbres de las comunidades indígenas, ya que ambas concepciones surgen de puntos de vista contrapuestos.

 

En el caso de los derechos constitucionales, continuó, se busca proteger, principalmente, al individuo en el ejercicio de sus derechos, lo que constituye la razón de existencia del Estado.

 

En el punto de vista comunitario, acotó, lo más significativo es la defensa de la comunidad frente a otros grupos, al Estado y a posibles tendencias egoístas de algunos de sus miembros.

 

Por este motivo son más frecuentes los conflictos en el interior de los grupos indígenas, ya que los individuos encuentran mayor protección afuera de sus núcleos y esto los debilita ante a la creciente influencia de la sociedad moderna.

 

A esta contraposición, agregó el académico, se suma el agotamiento de las comunidades indígenas como formas económicas y políticas de organización. El camino intermedio para que coexistieran comunidades y Estado, concluyó, quedó definitivamente cerrado.

 

En tanto, Maya Lorena Pérez Ruiz comentó que la igualdad formal consagrada en el ámbito constitucional no fue suficiente para terminar con los esquemas de dominación étnica que se establecieron desde la Colonia.

 

En la actualidad, dijo, los indígenas reclaman ser considerados como actores políticos y tener la libertad de decidir sus cambios culturales tomando en consideración la sociedad.

 

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