Boletín UNAM-DGCS-1239
EL ASMA PUEDE DESAPARECER EN LOS
ADOLESCENTES
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El por qué no se sabe, aunque se le considera ligado a los cambios hormonales
que se presentan en esa edad, afirmó Luis Manuel Montaño Ramírez, profesor de
la Facultad de Medicina
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Se ha encontrado que antes de los 15 años, los hombres son los más
sensibles a padecer esa enfermedad; después de esa edad, las mujeres
Si bien es cierto
que el asma no se cura, durante la adolescencia en la mitad de los jóvenes que
la padecen, puede revertirse y llegar a desaparecer; pero aún no se sabe con
precisión el porqué de ello, destacó Luis Manuel Montaño Ramírez, profesor del
Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina.
Antes de comentar
que una de las teorías que se postulan es que la cura tiene que ver con los
cambios hormonales durante la adolescencia, aclaró que la enfermedad se puede
controlar.
De acuerdo con
investigaciones realizadas en el Instituto Nacional de Enfermedades
Respiratorias (INER), prosiguió, "normalmente antes de cumplir los 15 años
la población más sensible a padecer esta enfermedad son hombres; después de esa
edad, son las mujeres. Tampoco se tiene explicación para ello".
El asma, indicó, es una enfermedad
inflamatoria y crónica de las vías aéreas, cuya principal característica es la
hiperreactividad. Ello significa que los sujetos que la padecen tienen vías
aéreas muy sensibles a ciertas sustancias y agentes, por lo que fácilmente
presentan dificultad para respirar (broncoespasmo).
De los dos tipos de asma que existen, la
alérgica, que es hereditaria, y la no alérgica, y la padece cada una el 50 por
ciento de la población enferma.
El polvo casero es
el portador de los antígenos más comunes que provocan el primer tipo de asma,
entre los que se encuentra el ácaro,
denominado Dermatophagoides pteronyssinus, principal responsable de producir la
enfermedad; también la causa el polen, excretas de mascotas, cucarachas y
algunos medicamentos, como la aspirina.
En cuanto al
segundo tipo de asma, añadio Montaño
Ramírez, los no alérgicos los factores desencadenantes -los que producen las
crisis asmáticas (broncoespasmo)- son casi los mismos. Un ejemplo de estos
factores sería el ejercicio, infecciones virales, humo de tabaco, estrés y la
misma aspirina.
Si la persona es
atópica, tiene mucho riesgo de desarrollar asma tarde o temprano, dependiendo
del medio ambiente que la rodea -conforme disminuye la altitud la incidencia de
asma es mayor, y si sube es menor- y de qué tan rápido se haya expuesto a los
antígenos que la desencadenan. Donde hay mucha humedad y polinización, por
ejemplo, aumentan las posibilidades.
En algunos estudios
se reporta que en Tabasco en niños escolares de 6 a 12 años es de 8.7 por
ciento; en la ciudad de México es de 11.8 por ciento. En escolares de 6 a 12
años, en Mérida, Yucatán, es de 12 por ciento; en Coatzacoalcos, Veracruz, de
34 por ciento; en Guadalajara, Jalisco,
12 por ciento; en Cuernavaca, Morelos, 5.8 por ciento; y en Monterrey,
Nuevo León, 2.7 por ciento.
En Australia y
Nueva Zelanda la prevalencia es mucho más alta en la población infantil, 28.2 y
24.4 por ciento, respectivamente. En Estados Unidos es de 16.5 por ciento.
También se ha incrementado en Francia (12.6 por ciento) e Inglaterra (20.7 por
ciento).
Los porcentajes de
aumento de la enfermedad son alarmantes en el orbe. En el Primer Mundo es un
problema serio, porque se ha visto que entre mayor comodidad y grado de
desarrollo este mal aumenta. Se piensa que uno de los factores es porque tienen
alfombras, lo cual permite la acumulación de polvo. Además, existe un concepto
general de que cuando la población de un país es sometida a menos infecciones
la incidencia de asma es mayor; tiene que ver mucho con el estilo de vida
occidental.
Si el niño es
atópico y la casa donde vive está llena de muñecos de peluche y tiene muchas
alfombras donde se acumula el polvo, más pronto presentará la enfermedad. Por
eso, lo mejor es evitar cualquier cosa donde se pueda acumular el polvo y tener
pisos de fácil limpieza, dijo.
Acerca de los
medicamentos para controlar este padecimiento, comentó que los de primera
elección son los broncodilatadores, los cuales actúan relajando las vías
aéreas. Cuando hay un proceso inflamatorio un poco más severo, se recetan
esteroides inhalados. Muchas veces se combinan, recalcó.
Sobre las
investigaciones que realiza en el Laboratorio de Asma del INER, destacó que él
y su grupo estudian los mecanismos responsables de producir la hiperreactividad
de las vías aéreas. Para esto utilizan modelos experimentales de asma y el
enfoque es global, es decir, se realizan estudios en el animal completo e
incluso en nivel molecular. Actualmente, uno de los proyectos en los que están
involucrados es el estudiar a uno de los mediadores químicos que más
participación tienen en este padecimiento, los leucotrienos.
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