06:00 hrs. Noviembre 26 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-1147

 

PIES DE FOTO AL FINAL DE BOLETÍN

INADECUADO USO, DISTRIBUCIÓN  Y EXTRACCIÓN DE AGUA

 

·        Manuel Perló Cohen, director del PUEC, dijo que a esta situación se añaden la contaminación, la sobreexplotación, las inundaciones y las sequías

·        El reto, agregó, es construir y trazar un modelo de extracción y uso sustentable

·        Se agotan los recursos y cada vez será más costoso contar con el líquido

 

 

México no está considerado como un país con escasez de agua, pero su deficiente distribución e inadecuada utilización, el contraste entre la disponibilidad y el desarrollo regional, la sobreexplotación de los mantos acuíferos, la contaminación y, en consecuencia, la mala calidad, así como las inundaciones y sequías, provocan graves problemas en todo el país que de no corregirse se agudizarán y elevarán, en forma considerable, su costo.

 

Al advertir lo anterior, el director del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), Manuel Perló Cohen, subrayó que el reto nacional es determinar la manera en que se realizarán la extracción, distribución, apropiación, y consumo del agua potable, y  el tratamiento de las descargas de aguas negras.

 

Consideró urgente construir y trazar un modelo de extracción y uso de agua sustentable, porque el actual ya no cumple esa función. Esto significa que conforme pasa el tiempo se agotan los recursos y cada vez es más costoso acceder a ellos.


Al dictar la conferencia “El futuro del agua en México”, como parte de los festejos por el 450 aniversario de la Universidad Nacional, el especialista señaló que uno de los temas que más preocupa es el del agua en el ámbito nacional.

 

En el salón Bernardo Quintana del Palacio de Minería, puntualizó que para el logro del modelo de uso sustentable se requieren acuerdos políticos, innovación tecnológica y nuevas formas de financiamiento que permitan resolver estos problemas. “La sustentabilidad del recurso exige trabajar en el presente, pero sin olvidar las condiciones que se desea obtener del agua”.

 

Para el país, precisó, el problema del agua no sólo es interno, se convirtió en una difícil situación internacional, porque México no cumple con el pago de sus cuotas a Estados Unidos, sobre todo en el caso del Río Bravo, a pesar de los reclamos para que devuelva el líquido.

 

Por ello, en los próximos años habrá serias controversias internacionales en materia de agua entre México y la Unión Americana. Confió en que no se llegará a una guerra por el líquido, como sucede en otras naciones, pero sí pueden darse conflictos.

 

Perló Cohen explicó que entre los primeros y principales problemas del sistema hidráulico nacional se encuentra el contraste entre la disponibilidad del agua y el desarrollo regional. Esto es, México es un país con abundantes recursos hidráulicos, aunque mal distribuidos en el territorio.

 

El sureste del territorio nacional –Tabasco, Oaxaca y Chiapas, entre otros–, dijo, tiene menores población y actividades económicas, pero cuenta con la mayor parte de los recursos hidráulicos. Mientras, el centro y el norte concentran más gente y producen el 86% del Producto Interno Bruto (PIB), y presentan escasez relativa de agua, lo que demuestra la enorme disparidad regional.

 

Otra situación grave, abundó, es la sobreexplotación de los acuíferos, los cuales son grandes depósitos de agua ubicados en el subsuelo y de los que la mayor parte de las ciudades del país obtienen el líquido. Además, son importantes fuentes abastecedoras de la agricultura.


De 1975 a la fecha, agregó, el número de acuíferos sobreexplotados creció de manera acelerada, al pasar de 32 a más de 100. Los problemas más agudos se presentan en el noroeste y en el centro norte de la República, donde se localiza la mayoría de estos mantos. La cuenca de México es uno de los lugares donde es más aguda esta cuestión.

 

El funcionario universitario detalló que la sobreexplotación significa que a un acuífero se le extrae una cantidad mayor de agua a la que el proceso de infiltración natural le permite recargar, cuando lo correcto es que haya un equilibrio. Lo que se ha hecho es extraer hasta la mitad del agua del total de acuífero y de seguir al mismo ritmo disminuirá la reserva en forma considerable.

 

Entre las consecuencias por la sobreexplotación se encuentra: la extracción del agua de mayor profundidad, es decir, de hasta 500 metros de profundidad, lo cual aumentaría su costo.

 

En forma paralela, expuso, la calidad del agua empeora, porque a grandes profundidades muchos de los acuíferos tienen contacto con yacimientos minerales como azufre, manganeso y otros depósitos que afectan su pureza. Para lograr la potabilidad del líquido se requiere del tratamiento, lo cual también lo encarece.

 

La tercera consecuencia de la sobreexplotación es el hundimiento de la tierra porque se le quita presión al subsuelo y las construcciones pesadas se sumen. Un ejemplo es el Zócalo capitalino que está a 10 metros por debajo del nivel original del suelo.

 

Otro riesgo grave para los acuíferos con líquido de buena calidad y potable es que por su cercanía se registre intrusión de agua de mar, porque al eliminar la presión, el agua del océano, de los esteros y de las lagunas costeras empieza a invadirlos e impediría el consumo humano.

 

Manuel Perló puntualizó que la contaminación también es un grave problema. La mayor parte de los cuerpos de agua superficial del país reciben descargas de las residuales sin tratamiento, pues sólo se le da al 23%. El resto se va a lagos, ríos y mares.


Toda el agua que se usa en la ciudad de México y se va al canal del desagüe y al drenaje profundo sin ningún tratamiento, especificó. Así, las cuencas más contaminadas son las del río Lerma, el Alto Pánuco y el Bajo Bravo, en la frontera con Estados Unidos.

 

En 1998, informó, el Índice de Calidad del Agua mostró que sólo el 10% de las aguas superficiales tenían buena calidad, el 65% media y el 25% mala, de acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Comisión Nacional del Agua y gobiernos estatales y municipales.

 

El titular del PUEC planteó que otra difícil situación asociada a la forma de utilizar el agua son las inundaciones y las sequías. Las pérdidas económicas más serias que experimenta el país, debido a desastres naturales, se relaciona con el exceso o la falta de agua. Anualmente se pierden cuatro mil 500 millones de pesos por estas causas.

 

La mayor parte de mexicanos que mueren, pierden su patrimonio y son desplazados de sus lugares de trabajo y de habitación se debe a fenómenos hidrometeorológicos que provocan mayores consecuencias, debido a que se carece de obras adecuadas para mantener tanto la infraestructura como el sistema hidráulico de ríos, lagos y lagunas.

 

Por ejemplo, los ríos en México están azolvados porque se utilizan los cuerpos de agua como basureros, lo que propicia su desbordamiento por las lluvias.

 

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1

 

Manuel Perló Cohen, director del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, de la UNAM, señaló que México no padece escasez de agua, presenta una deficiente distribución e inadecuada utilización del vital líquido

 

 

FOTO 2

 

Un reto del gobierno del Distrito Federal es determinar la manera en que se realizarán la extracción, la distribución, la apropiación y el consumo del agua potable, afirmó Manuel Perló Cohen, director del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, de la UNAM

 

 

FOTO 3

 

Manuel Perló Cohen, director del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, de la UNAM, sostuvo que para implementar un modelo de uso sustentable del agua se requieren acuerdos políticos, innovación tecnológica y nuevas formas de financiamiento.