Boletín UNAM-DGCS-1147
PIES DE FOTO AL FINAL DE
BOLETÍN
INADECUADO USO, DISTRIBUCIÓN Y EXTRACCIÓN DE AGUA
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Manuel Perló Cohen, director del PUEC, dijo que a esta situación se
añaden la contaminación, la sobreexplotación, las inundaciones y las sequías
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El reto, agregó, es construir y trazar un modelo de extracción y uso
sustentable
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Se agotan los recursos y cada vez será más costoso contar con el líquido
México no está considerado como un país con
escasez de agua, pero su deficiente distribución e inadecuada utilización, el
contraste entre la disponibilidad y el desarrollo regional, la sobreexplotación
de los mantos acuíferos, la contaminación y, en consecuencia, la mala calidad,
así como las inundaciones y sequías, provocan graves problemas en todo el país
que de no corregirse se agudizarán y elevarán, en forma considerable, su costo.
Al advertir lo anterior, el director del
Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), Manuel Perló Cohen,
subrayó que el reto nacional es determinar la manera en que se realizarán la
extracción, distribución, apropiación, y consumo del agua potable, y el tratamiento de las descargas de aguas
negras.
Consideró urgente construir y trazar un
modelo de extracción y uso de agua sustentable, porque el actual ya no cumple
esa función. Esto significa que conforme pasa el tiempo se agotan los recursos
y cada vez es más costoso acceder a ellos.
Al dictar la conferencia “El futuro del agua
en México”, como parte de los festejos por el 450 aniversario de la Universidad
Nacional, el especialista señaló que uno de los temas que más preocupa es el
del agua en el ámbito nacional.
En el salón Bernardo Quintana del Palacio de
Minería, puntualizó que para el logro del modelo de uso sustentable se
requieren acuerdos políticos, innovación tecnológica y nuevas formas de
financiamiento que permitan resolver estos problemas. “La sustentabilidad del
recurso exige trabajar en el presente, pero sin olvidar las condiciones que se
desea obtener del agua”.
Para el país, precisó, el problema del agua
no sólo es interno, se convirtió en una difícil situación internacional, porque
México no cumple con el pago de sus cuotas a Estados Unidos, sobre todo en el
caso del Río Bravo, a pesar de los reclamos para que devuelva el líquido.
Por ello, en los próximos años
habrá serias controversias internacionales en materia de agua entre México y la
Unión Americana. Confió en que no se llegará a una guerra por el líquido, como
sucede en otras naciones, pero sí pueden darse conflictos.
Perló Cohen explicó que entre los primeros y
principales problemas del sistema hidráulico nacional se encuentra el contraste
entre la disponibilidad del agua y el desarrollo regional. Esto es, México es
un país con abundantes recursos hidráulicos, aunque mal distribuidos en el
territorio.
El sureste del territorio
nacional –Tabasco, Oaxaca y Chiapas, entre otros–, dijo, tiene menores
población y actividades económicas, pero cuenta con la mayor parte de los
recursos hidráulicos. Mientras, el centro y el norte concentran más gente y
producen el 86% del Producto Interno Bruto (PIB), y presentan escasez relativa
de agua, lo que demuestra la enorme disparidad regional.
Otra situación grave, abundó, es
la sobreexplotación de los acuíferos, los cuales son grandes depósitos de agua
ubicados en el subsuelo y de los que la mayor parte de las ciudades del país
obtienen el líquido. Además, son importantes fuentes abastecedoras de la
agricultura.
De 1975 a la fecha, agregó, el
número de acuíferos sobreexplotados creció de manera acelerada, al pasar de 32
a más de 100. Los problemas más agudos se presentan en el noroeste y en el
centro norte de la República, donde se localiza la mayoría de estos mantos. La
cuenca de México es uno de los lugares donde es más aguda esta cuestión.
El funcionario universitario
detalló que la sobreexplotación significa que a un acuífero se le extrae una
cantidad mayor de agua a la que el proceso de infiltración natural le permite
recargar, cuando lo correcto es que haya un equilibrio. Lo que se ha hecho es
extraer hasta la mitad del agua del total de acuífero y de seguir al mismo
ritmo disminuirá la reserva en forma considerable.
Entre las consecuencias por la
sobreexplotación se encuentra: la extracción del agua de mayor profundidad, es
decir, de hasta 500 metros de profundidad, lo cual aumentaría su costo.
En forma paralela, expuso, la calidad del agua empeora,
porque a grandes profundidades muchos de los acuíferos tienen contacto con
yacimientos minerales como azufre, manganeso y otros depósitos que afectan su
pureza. Para lograr la potabilidad del líquido se requiere del tratamiento, lo
cual también lo encarece.
La tercera consecuencia de la
sobreexplotación es el hundimiento de la tierra porque se le quita presión al
subsuelo y las construcciones pesadas se sumen. Un ejemplo es el Zócalo
capitalino que está a 10 metros por debajo del nivel original del suelo.
Otro riesgo grave para los
acuíferos con líquido de buena calidad y potable es que por su cercanía se
registre intrusión de agua de mar, porque al eliminar la presión, el agua del
océano, de los esteros y de las lagunas costeras empieza a invadirlos e
impediría el consumo humano.
Manuel Perló puntualizó que la
contaminación también es un grave problema. La mayor parte de los cuerpos de
agua superficial del país reciben descargas de las residuales sin tratamiento,
pues sólo se le da al 23%. El resto se va a lagos, ríos y mares.
Toda el agua que se usa en la
ciudad de México y se va al canal del desagüe y al drenaje profundo sin ningún
tratamiento, especificó. Así, las cuencas más contaminadas son las del río
Lerma, el Alto Pánuco y el Bajo Bravo, en la frontera con Estados Unidos.
En 1998, informó, el Índice de
Calidad del Agua mostró que sólo el 10% de las aguas superficiales tenían buena
calidad, el 65% media y el 25% mala, de acuerdo con la Secretaría del Medio
Ambiente y Recursos Naturales, la Comisión Nacional del Agua y gobiernos
estatales y municipales.
El titular del PUEC planteó que
otra difícil situación asociada a la forma de utilizar el agua son las
inundaciones y las sequías. Las pérdidas económicas más serias que experimenta
el país, debido a desastres naturales, se relaciona con el exceso o la falta de
agua. Anualmente se pierden cuatro mil 500 millones de pesos por estas causas.
La mayor parte de mexicanos que mueren, pierden su
patrimonio y son desplazados de sus lugares de trabajo y de habitación se debe
a fenómenos hidrometeorológicos que provocan mayores consecuencias, debido a
que se carece de obras adecuadas para mantener tanto la infraestructura como el
sistema hidráulico de ríos, lagos y lagunas.
Por ejemplo, los ríos en México
están azolvados porque se utilizan los cuerpos de agua como basureros, lo que
propicia su desbordamiento por las lluvias.
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PIES
DE FOTO
Manuel Perló
Cohen, director del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, de la
UNAM, señaló que México no padece escasez de agua, presenta una deficiente
distribución e inadecuada utilización del vital líquido
Un reto del gobierno
del Distrito Federal es determinar la manera en que se realizarán la
extracción, la distribución, la apropiación y el consumo del agua potable,
afirmó Manuel Perló Cohen, director del Programa Universitario de Estudios
sobre la Ciudad, de la UNAM
Manuel Perló
Cohen, director del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, de la
UNAM, sostuvo que para implementar un modelo de uso sustentable del agua se
requieren acuerdos políticos, innovación tecnológica y nuevas formas de financiamiento.