06:00 hrs. Noviembre 25 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-1146

 

PIES DE FOTO AL FINAL DE BOLETÍN

INSEGURIDAD Y DESORGANIZACIÓN EN EJIDOS

 

·        Deben replantearse los tipos de tenencia de la tierra; hay excesos e irregularidades: Tripp Rivera

·        Organiza el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM un taller sobre La nueva política forestal: oportunidades y amenazas

 

La inseguridad de la tenencia de la tierra y la desorganización en ejidos y comunidades son las causas principales de la crisis del sector,  de ahí que deben replantearse a fondo los tipos de tenencia de la tierra, con el objeto de decidir si éstos son los adecuados para la protección de los recursos naturales, señaló Manuel Tripp Rivera, coordinador del área de políticas públicas del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS).

 

El también asesor del Congreso de la Unión en temas agrarios y forestales aseguró que no hay consistencia en la continuidad de los acuerdos ni de las decisiones gubernamentales. Hay una entropía dentro de la administración.

 

Durante su participación en el taller La nueva política forestal: oportunidades y amenazas, organizado por el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM y el CCMSS, coincidió con Gonzalo Chapela, de la Red Mexicana contra la Desertificación, que la lucha por el manejo de los recursos públicos y la posibilidad de decidir el uso de los bienes naturales, ha propiciado un escenario de irregularidades y excesos que deja a los funcionarios de la nueva administración ante la necesidad de explicar las razones de su incompetencia o, en su caso, de la ilegalidad con la que actúan.


A pocos días de que concluya el primer año del nuevo gobierno, en materia de política forestal México ya cuenta con dos instancias administrativas que intentan asumir la dirección, operación y control de la política forestal: la SEMARNAT y la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR).

 

Esta duplicidad de instancias ha provocado confusión respecto a las funciones que debe asumir cada una en la regulación de la actividad forestal y la operación de los programas de gobierno dirigidos al sector, precisó Tripp Rivera, abogado especialista en legislación ambiental.

 

A la fecha existen dos proyectos de política forestal diferentes, un Programa Nacional Forestal -cuya coordinación y operación aún está en disputa-, y dos propuestas distintas de modificaciones al marco jurídico vigente -una ya presentada ante el Legislativo y otra en proceso de integración-. De esta manera, con relación al  sector forestal, el nuevo gobierno decidió modificar la estructura con la que venía desempeñándose la anterior administración, insistió Tripp Rivera.

 

Por su parte, Gonzalo Chapela señaló        que la principal contradicción que hay en el sector forestal se refiere a la paradoja de que la mayoría de la tierra de este tipo es social, no solamente de comunidades y ejidos, sino también de pequeñas propiedades y, por otro lado, la apropiación de la cuestión forestal es particular.

 

Agregó que México tiene un gran potencial económico para ser competitivo, tanto por su capacidad productiva primaria como por su autosuficiencia. En este momento, es urgente hacer presión e incidir en el diseño de políticas públicas.

 

Con relación a la descentralización de los servicios forestales y de suelo, precisó que la concurrencia de los diferentes niveles de gobierno para la operación de los mismos servicios, “en lugar de eficientar la actuación institucional y mejorar la calidad del servicio, significa un retroceso con relación a la distribución de competencias previstas en la Constitución de la República y en la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente”.

 

En el auditorio de Usos Múltiples del IIS, Manuel Trip dijo además que dicha descentralización dificulta los trámites a los productores y dueños de bosques para regularizar su actividad y con ello el ordenamiento del sector.

 

En la definición de estrategias, explicó, mientras que la SEMARNAT propuso impulsar la descentralización de los servicios forestales y de suelos, la CONAFOR hizo énfasis en la necesidad de mejorar la productividad y competitividad del sector privado hasta convertirlo en el motor del desarrollo sectorial para hacer de la actividad forestal un buen negocio.

 

Da la impresión de que se pretende impulsar una estrategia para dificultar la integración productiva del sector social para que, mediante una intensa reforma legal e institucional, y la imposición de políticas de ajuste, sea aceptada como necesaria la inversión de capitales privados en el aprovechamiento de los recursos forestales.

 

En ese sentido, abundó, conviene precisar que para alcanzar el aprovechamiento sustentable de los bosques, es importante que los propietarios del recurso se beneficien con la utilidad que resulte de su manejo.

 

Finalmente, concluyeron, viables o no las propuestas contenidas en los proyectos sectoriales de la SEMARNAT y de la CONAFOR, para poderse realizar requieren de importantes reformas legales, lo que abre la posibilidad de debatir, en los espacios de decisión, sus alcances y el impacto que tendrían tanto en la preservación del recurso como en la integración de una política sectorial incluyente.

 

 

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1

 

Manuel Tripp Rivera, del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, participó en el taller La nueva política forestal: oportunidades y amenazas, organizado por el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM

 

 

FOTO 2

 

Durante el taller La nueva política forestal: oportunidades y amenazas, desarrollado en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, participó Gonzalo Chapela, de la Red Mexicana contra la Desertificación