Boletín UNAM-DGCS-1115
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El ex canciller Bernardo Sepúlveda sostuvo que el país debe orientarse a
fortalecer la democracia, la vigencia de los derechos humanos y alcanzar el
desarrollo con justicia social
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El presidente de la República no debe manejar discrecionalmente los
principios constitucionales en materia de política exterior, manifestó
México debe alejarse de las nociones
estratégico-militares o los criterios policíacos para redefinir su concepto de
seguridad nacional y cumplir con el deber, que como Estado le compete, de
defender a sus ciudadanos y combatir al terrorismo, aseguró el ex secretario de
Relaciones Exteriores Bernardo Sepúlveda Amor, durante la sesión inaugural del
IX Foro Nacional de Política Exterior, que con el título Tradición y Cambio en la Política Exterior de México organiza la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.
Contrario a esos parámetros, explicó,
asignar un nuevo significado a la seguridad nacional involucra fortalecer la
democracia y el respeto por los derechos humanos, así como alcanzar el
desarrollo económico con justicia social y combatir eficazmente la corrupción y
el crimen organizado, entre otros elementos.
El ex canciller sostuvo que esos factores son
también los ejes sobre los cuales el tiene que edificar su política interna y
externa, ya que una y otra no son categorías independientes o mutuamente
excluyentes, sino que se complementan e influencian recíprocamente.
El reconocimiento pleno de la naturaleza
unívoca de la política hará más sencillo definir los objetivos del Estado y los
instrumentos para alcanzarlos.
En este sentido, una prioridad nacional
incuestionable se relaciona con el desarrollo económico con justicia social en
el país. Se trata de un tema que corresponde al ámbito doméstico, pero a la
política exterior le puede servir como palanca.
Sepúlveda subrayó que es preciso revertir la
imagen distorsionada que se tiene de México en el exterior en materias como la
democracia, los derechos humanos y la corrupción. A este respecto, indicó, es
imperativo llevar adelante un gran proyecto para que la nación recupere su
prestigio internacional, lo cual redundará en beneficios económicos para el
país.
Acompañado del embajador Manuel Tello, el ex
titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores rechazó que los principios
constitucionales sobre las relaciones de México con el exterior hayan perdido
vigencia a consecuencia de los cambios que el escenario internacional ha
experimentado en los últimos años.
Se trata no sólo de normas constitucionales,
sino de reglas de derecho internacional de aplicación generalizada incorporadas
de manera unánime por el poder constituyente permanente en 1987 al texto de la
ley fundamental, puntualizó.
Además, continuó, el mandato constitucional es
unívoco y no permite al titular del Poder Ejecutivo Federal hacer uso
discrecional de esos principios y determinar cuáles de esas reglas aplicará y
cuáles no.
Bernardo Sepúlveda resaltó que a lo largo de
180 años de vida independiente, la política exterior mexicana ha proyectado la
naturaleza de la identidad nacional y ha servido al Estado para salvaguardar
intereses fundamentales como la integridad territorial, la explotación y el
aprovechamiento de los recursos naturales, así como evitar que las políticas de
fuerza y el conflicto permanente frustren la conformación de un sistema
internacional ordenado.
Por otra parte, comentó, el hilo conductor de
ese ámbito de la política estatal ha sido el logro del bienestar de los
mexicanos, no obstante lo cual los diversos programas instrumentados para tal
fin, orientados unos a privilegiar al mercado y otros a asignar un papel mayor
al gobierno, han logrado resultados muy dispares.
El cambio en el modelo de desarrollo nacional y
el papel predominante de los aspectos económicos en el rumbo asumido por los
últimos gobiernos, ha dado resultados macroeconómicos positivos que contrastan
con la mala distribución de los beneficios y la marginación del mercado local
respecto a los indicadores del crecimiento, concluyó.
Durante la ceremonia inaugural del foro,
presidida por el director de la FCPyS, Fernando Pérez Correa, éste manifestó
que durante la década de los 90 el país modificó su política exterior para
acomodarse a un orden mundial que aún no termina de configurarse.
En este esquema, muchos de los valores
incorporados en la ley fundamental que orientan las relaciones de México con
otras naciones han permanecido, pero hay quienes los critican por considerarlos
anacrónicos.
En este contexto, añadió, el presidente de la
República, Vicente Fox, ha optado, con apoyo restringido de la sociedad, por
promover una política exterior cuyo pragmatismo trastoca esas normas constitucionales.
Tal entorno, precisó, se complica aún más a
raíz de los acontecimientos del pasado 11 de septiembre en Estados Unidos y la
reacción de ese país, todo lo cual obliga a un reacomodo de las relaciones de
México con el exterior.
En la ceremonia inaugural estuvieron, además,
Angélica Cuéllar, secretaria general de la FCPyS; Gilberto Silva Ruiz y Roberto
Peña Guerrero, jefe de la División de Estudios Profesionales y coordinador de
la carrera de Relaciones Internacionales de la dependencia universitaria,
respectivamente.
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PIES DE FOTO
FOTO 1
Bernardo
Sepúlveda Amor, ex secretario de Relaciones Exteriores, participó en la
inauguración del IX Foro Nacional de Política Exterior que organizó la Facultad
de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM
FOTO 2
El ex canciller
Bernardo Sepúlveda Amor (a la izquierda), participó en la inauguración del IX
Foro Nacional de Política Exterior "Tradición y cambio en la política
exterior de México" organizada por la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales de la UNAM. Lo acompaña a su lado izquierdo el embajador Manuel Tello