06:00 hrs. Noviembre 12 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-1107                                        

 

 

MÉXICO DEBERÁ AMPLIAR SU DEMANDA DE MANO DE OBRA EN LAS PRÓXIMAS DÉCADAS

 

·        Si el creciente sector de población en edad productiva no es ocupado, podrían presentarse trastornos sociales, advirtió la especialista del Colegio de México Luz María Valdés

·        Nuestro país está en tiempo para implementar una política capaz de garantizar el crecimiento necesario de la planta productiva, aseguró

 

Diseñar políticas de empleo que absorban a la creciente población en edad productiva es un requisito para tener un país económicamente próspero, afirmó la especialista en demografía Luz María Valdés, al dictar la conferencia Población y Desarrollo en la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.

 

Acompañada por Rolando Cordera Campos, docente de la FE, la académica de El Colegio de México, invitada para la sesión final del ciclo de actividades académicas sobre la evolución política y económica de México, señaló que en los próximos años nuestro país mantendrá, por primera vez en su historia, la tendencia al crecimiento de la población en edades entre los 15 y 64 años.

 

Esa franja poblacional, explicó, es lo que se ha denominado el “bono productivo”, ya que los individuos en esas edades están en posibilidades de desarrollar actividades productivas, al contrario de la llamada población dependiente, menor de 15 años o mayor de 64.

 

Este bono productivo, precisó, implica ciertos riesgos si no se desarrolla una planta productiva capaz de absorber la creciente oferta de mano de obra. De no suceder ello, advirtió, podrían incrementarse sensiblemente los índices de migración, o bien registrarse una creciente violencia social.

 

México está  a tiempo para iniciar los esfuerzos tendentes a ampliar la demanda de mano de obra, dijo, ya que las proyecciones de este crecimiento de la población en edad productiva está previsto para el periodo comprendido entre los años 2020 y 2035, aproximadamente.

 

La especialista indicó que nuestro país ha experimentado, en las últimas cinco décadas, un notable desplazamiento de las personas ocupadas hacia el sector de comercio y servicios, en lugar de emplearse en actividades productivas.

 

En 1950, agregó, el porcentaje ocupado en ese sector era del 21 por ciento, mientras que para 1990 ya había crecido al 49.7 por ciento y el año 2000 esa cifra representó el 56.4 por ciento.

 

La investigadora del Colegio de México sostuvo que las comunidades indígenas presentan patrones de crecimiento poblacional diferentes al del resto de los mexicanos.

 

Mientras que la mayor parte de la sociedad crece a un ritmo de entre 1.4 y 1.5% anual, los indígenas lo hacen hasta en un cuatro por ciento. Esto significa, puntualizó, que mientras la población indígena se duplica cada 20 años, el resto lo hace cada 50 años.

 

Luz María Valdés destacó que a partir de la década de los 70 México se convirtió en un país modelo para el resto de las naciones desarrolladas y subdesarrolladas por sus políticas demográficas, ya que fue el primero en acatar las recomendaciones de la Conferencia Mundial de Población al crear el Consejo Nacional de Población.

 

Mencionó que no obstante lo anterior, en muchas ocasiones los indicadores de población han resultado desacertados. Tal fue el caso, ejemplificó, de las cifras programáticas elaboradas durante el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado, que proyectó un crecimiento inferior al dos por ciento, cuando la cifra real superó ese porcentaje.

 

 

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