Boletín UNAM-DGCS-1090
LA REFORMA
CONSTITUCIONAL DEL GOBIERNO, CONTRARIA A LOS INTERESES DEL PAÍS: LUIS JAVIER
GARRIDO
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Las reformas más urgentes, aquellas que exigen los organismos
financieros, señaló el miembro del Instituto de Investigaciones Sociales
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Poco claro el proceso que ha seguido este gobierno para modificar la
Carta Magna
La reforma a la Constitución, como la propone
el gobierno, es contraria a los intereses del país y a su tradición
jurídico-constitucional y de su discusión dependerá que en el siglo XXI, México
siga siendo una nación fiel a sus tradiciones o uno más de los estados
sometidos a los intereses del capital trasnacional.
Así lo afirmó Luis Javier Garrido, miembro del
Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, quien señaló que las reformas
más urgentes del gobierno de Vicente Fox son aquéllas que están exigiendo los
organismos financieros.
El proceso que ha seguido este gobierno para
reformar la Carta Magna es poco claro. “Se pretende una Constitución más
democrática, que termine con el presidencialismo y que busque un mejor
equilibrio de los poderes; sin embargo, lo que se intenta en realidad es una
Constitución que responda a las exigencias del mercado”.
La primera modificación
constitucional de este sexenio es la que se hizo en materia de derechos y
cultura indígena. Esta reforma muestra las mismas prácticas que en muchos casos
tuvieron los gobiernos de Salinas y Zedillo: pretender que se está reconociendo
un nuevo derecho cuando en realidad se está cancelando, indicó Javier Garrido.
Este proceso ha sido elitista y no de la
sociedad. Es un proyecto para legitimar una reforma que se tiene previemente
decidida. La reforma indígena fue un proyecto elaborado en Los Pinos y aprobado
por el Congreso, de manera que la reforma a la Constitución será preocupante
para la nación porque se hará de espaldas al país y conforme a los acuerdos de
las elites de los partidos, subrayó.
El también columnista de La Jornada dictó una conferencia en la División de Estudios de
Posgrado de la Facultad de Derecho, en donde afirmó que la propuesta
constitucional de Vicente Fox no va a prosperar como la gran reforma y, como
otros de sus proyectos, se estrellará contra la realidad del país.
Desde el gobierno de Miguel de la Madrid hasta
el de Vicente Fox la Constitución ha sido objeto de modificaciones que muy
difícilmente se pueden llamar reformas y que van en dirección de las
recomendaciones de los organismos financieros internacionales, insistió.
Es el programa de la derecha mexicana, que
desde 1982 coincide con el de los organismos financieros. En el caso de
terminar con la discrecionalidad presidencial existe una convergencia de esa
derecha mexicana (banqueros y grandes industriales) con sectores progresistas
de la izquierda, quienes estiman también que hay que democratizar en lo
político al país.
Las constituciones modernas, explicó Luis
Javier Garrido, nacieron como una necesidad de los pueblos para defenderse
frente al nepotismo de los monarcas y para consagrar en ellas una serie de
derechos fundamentales.
Los estados modernos no pueden concebirse sin
constituciones que tengan este conjunto de principios históricos. Los estados modernos
no pueden entenderse sin formas de gobierno democráticas, sin ciudadanos y
colectividades con sus derechos garantizados, indicó el también profesor de la
División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales.
Luis Javier Garrido apuntó que el gobierno de
Vicente Fox sabe bien que los partidos políticos mexicanos no están en la
capacidad de oponerse al proyecto de los organismos financieros internacionales
por cambiar la Constitución
El analista político demandó se modifique el
artículo 135 de la Carta Magna y establecer otro mecanismo para las reformas
que no pueden seguir estando en manos de este órgano reformador, que no busca
otra cosa que los intereses y los acuerdos de los partidos políticos.
Las reformas a la Constitución tienen que
seguir reconociendo la identidad nacional y los derechos humanitarios. Las
constituciones deben seguir garantizando los derechos del ciudadano y los
derechos sociales de las colectividades, precisó Garrido.
Las constituciones de este siglo XXI, concluyó,
tienen que determinar características de las formas de gobierno que sigan
sustentadas en la soberanía popular pero que conduzcan a nuevas formas de
ejercicio del poder con un mayor control del ciudadano hacia el mismo.
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El analista político Luis Javier
Garrido señaló que la reforma a la Constitución propuesta por el gobierno es
contraria a los intereses del país.
Luis Javier Garrido, del Instituto de Investigaciones
Sociales, afirmó que la propuesta de reforma a la Constitución obedece a las
exigencias de los organismos financieros.
PIE DE FOTO 3
Luis Molina Piñeiro, emérito de la Facultad de Derecho
y Luis Javier Garrido en el posgrado de la Facultad de Derecho, durante la
conferencia donde éste calificó de poco claro el proceso que ha seguido el
gobierno para reformar la Carta Magna.