12:00 hrs. Octubre 29 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-1065

 

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NO DEBE EXISTIR LA DICOTOMÍA ENTRE UNIVERSIDADES PÚBLICAS Y PRIVADAS: FERNANDO SERRANO MIGALLÓN

 

·        La misión de las instituciones públicas es formar profesionales imbuidos en las necesidades y deseos del país, aseguró

·        Quienes polemizan entre educación pública y privada "ignoran nuestra experiencia precortesiana": Mario Ayluardo

·        Se impuso la medalla Ignacio L. Vallarta a Gustavo Rendón, subprocurador de Asuntos Especiales de la Procuraduría Fiscal del Gobierno del Distrito Federal

 

Entre las Universidades públicas y privadas hay una dicotomía que no debe existir, pero que sí nos obliga a quienes hemos egresado de una pública a defenderla y señalar las ventajas que tiene, aseguró Fernando Serrano Migallón, director de la Facultad de Derecho.

 

Durante la ceremonia de imposición de la medalla al mérito estudiantil Ignacio L. Vallarta a Gustavo Rendón Huerta, catedrático de la FD y actual subprocurador de Asuntos Especiales de la Procuraduría Fiscal del Gobierno del Distrito Federal, Serrano Migallón comentó que una universidad privada tiene todo el derecho de preparar los cuadros que le sirvan para su propia formación y el ejercicio de sus labores.

 

Que una universidad privada forme abogados de empresas, de comercio internacional y en las diferentes ramas que necesitan es válido, respetable y conveniente para ellas. Pero la misión de las instituciones públicas es mucho más que eso, no es sólo formar cuadros para determinada actividad sino profesionales imbuidos en las necesidades y deseos de un país.

Reconoció que muchas instituciones privadas forman magníficos profesionales en diversas ramas, pero sólo una universidad pública y popular puede darle a sus alumnos esa formación integral que le da la UNAM a quienes pasamos por sus aulas.

 

El director de la FD añadió que esa característica le da a quienes salen de las aulas de la UNAM una dependencia emocional y una sensación de pertenencia a su institución como ninguna otra universidad privada le da a sus egresados. "Nos sentimos íntegramente vinculados a ella, a su destino, su misión y a la vida que tenga en el presente y en el futuro".

 

En ese sentido, Mario Ayluardo y Saúl, profesor de la FD, apuntó que quienes polemizan entre educación pública y privada "ignoran nuestra experiencia precortesiana".

 

Resaltó el aumento cuantitativo y de prerrogativas a favor de instituciones privadas de educación en todos sus niveles. "Nadie, mucho menos los profesionales de la educación en el campus universitario, puede objetar la educación como el crisol idóneo para desarrollar de manera armónica todas las facultades del ser humano".

 

Sin embargo, el jurista universitario advirtió que el crecimiento de la educación privada no puede darse ni en mengua ni en competencia desleal con la educación pública. Privilegiar esta última es justicia para quienes carecen de medios para proveerse una educación pagada".

 

Serrano Migallón sostuvo que si bien la FD es el centro de la enseñanza del derecho en frío, enfocada a formar los mejores abogados del país, en la División de Estudios de Posgrado de la misma se prepara a los juristas de México, no sólo a quienes se dedicarán de manera profesional al ejercicio del derecho, sino a quienes buscan llegar a la perfección en el conocimiento de esa ciencia.

 

Apuntó que en nuestro país, desde hace 450 años, la transmisión de la cultura está en manos de la Universidad, y ella sólo se puede transmitir con un aire de libertad que le puede dar una institución donde se respeten todas las ideas políticas y jurídicas.

En su turno, Gustavo Rendón Hurtado dijo que el derecho es un instrumento poderoso para salvaguardar la vida social, pero también, puede serlo para garantizar formas de autoritarismo y de opresión.

 

El derecho es más que un producto cultural, y no se puede comprender lo social sin el derecho. Así lo entendía Ignacio L. Vallarta, ilustre jurista jalisciense del siglo XIX, quien supo, como muchos mexicanos de su tiempo, que la suerte del país dependía de la reconstrucción de sus instituciones y de una auténtica justicia social para su pueblo.

 

Reconoció que el derecho es trascendental para la comprensión y solución de muchos de los problemas que enfrenta la sociedad. En un país de profundas desigualdades y diferencias de todo tipo, se debe vincular el orden normativo con las necesidades del pueblo para formar la nación que juristas como Ignacio L. Vallarta anhelaban para el futuro, el derecho como base y cimiento de un México unido.

 

"Y sean como fueron sus deficiencias en procedimientos de interpretación o de aplicación, no se debe olvidar que el derecho debe guiarse siempre por el sendero de la justicia", agregó.

 

Opinó que Ignacio L. Vallarta, jurista, legislador, constituyente, gobernador, magistrado, ministro de gabinete y presidente de la Suprema Corte de Justicia, fue uno de los prohombres del país, junto con Ignacio Ramírez, Francisco Zarco, Valentín Gómez Farías, José María Mata y Ponciano Arriaga, quienes sintieron la necesidad de preparar el advenimiento de un México como nación.

 

 

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Fernando Serrano Migallón impuso la medalla "Ignacio L. Vallarta" a Gustavo Rendón Huerta, subprocurador de Asuntos Especiales de la Procuraduría Fiscal del Gobierno del Distrito Federal.

 

 

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Sólo una universidad pública y popular como la UNAM puede darle a sus alumnos una formación integral, aseguró Fernando Serrano Migallón. Lo acompaña Gustavo Rendón Huerta.