06:00 hrs. Octubre 29 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-1062

 

 

NECESARIA LA CORRESPONSABILIDAD CIUDADANA EN LAS DECISIONES ECONÓMICAS DEL PAÍS

 

·        Armando Labra, secretario Técnico del Consejo de Planeación de la UNAM, dijo que esto resalta la dimensión democrática del desarrollo de la economía

·        Participó en la conferencia Desafíos y perspectivas. Desarrollo y gobernabilidad en la transición democrática, que organizó la Facultad de Economía de la UNAM

 

 

Es fundamental lograr la corresponsabilidad ciudadana en las decisiones económicas sobre el futuro del país. Esto, resalta la dimensión democrática del desarrollo de la economía que, a su vez, obliga a considerar los compromisos esenciales e ideológicos, inherentes a las políticas públicas, afirmó el secretario Técnico del Consejo de Planeación de la UNAM, Armando Labra Manjarrez.

 

No puede existir un sano avance nacional, precisó,  si factores como la política y la gobernabilidad están anulados o minimizados por modelos económicos que causan y reproducen la desigualdad.

 

El economista participó en la videoconferencia transmitida vía Internet, Desafíos y perspectivas. Desarrollo y gobernabilidad en la transición democrática, que organizó la Facultad de Economía de la UNAM.

 

En materia económica, resaltó, la experiencia mexicana es aleccionadora porque no puede existir desarrollo en este rubro sin un compromiso concreto para combatir la desigualdad social. Sin ello, el mercado deja de crecer y se arriesga la gobernabilidad, en especial, si se parte de una sociedad marcadamente desigual e inequitativa, con patrones de concentración del ingreso que en lugar de atemperarse empeoran.

 

En la sala "Ricardo Torres Gaitán", indicó que México encabeza las sociedades más inequitativas en el conjunto de países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, y ocupa uno de los niveles más bajos de gasto público respecto al Producto Interno Bruto (PIB) con el 23%, es decir, la mitad del promedio de la OCDE que es del 45%.

 

La situación puede ser más dramática, advirtió, si se considera que desde hace 12 años el gasto programable federal se mantiene estancado en un coeficiente de 15 puntos respecto al PIB, nivel que contrasta con el 27% registrado hace dos décadas.

 

En el año 2000 –según cifras del gobierno federal–, expuso el especialista, los hogares ubicados en el 10% más pobre de la población, sólo recibían el 1.5% del total de ingresos a nivel nacional, mientras, el 10% de los ricos obtienen alrededor del 37%.

 

Ante el moderador Rolando Cordera, Armando Labra agregó que México sólo crece a una tasa de 2.7%, en tanto Estados Unidos y Canadá, 3.4 y 4.7%, respectivamente, pero tienen economías más grandes y complicadas, con un dinamismo mayor que el de nuestro país.

 

El incremento de la escolaridad es de un año por década. En 1980 el promedio era de 5.2 años, y en 1990 era de 6.7. Recientemente, aparecieron evaluaciones que ubican a México en los últimos lugares de entre 40 países en el bajo conocimiento de las matemáticas a nivel primaria y secundaria.

 

El economista abundó que el desarrollo de la economía es sólo una arista de la cada vez más compleja cuestión social y política.

Bajo una lógica economicista, redondeó, quedó excluido el tema de la equidad social, con lo que se vulneró la gobernabilidad, sobre todo en países con estructuras institucionales endebles.

 

En los últimos 20 años la economía mexicana no cambio mucho. Los gobiernos de uno u otro partido persisten en modelos que predominan y anulan los propósitos del esquema social y de la política. Con ello, aumenta la desigualdad de los mexicanos con recetas inmutables, sin imaginación ni oficio, e invariables ante una realidad cambiante, subrayó.

 

La política económica, reflexionó Labra Manjarrez, en lugar de ser instrumento al servicio de la sociedad y su desarrollo, se convirtió en "camisa de fuerza" que se impone a una sociedad, paradójicamente cada vez más participativa, informal y responsable.

 

 

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