06:00 hrs. Octubre 27 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-1057

 

MÉXICO, PREDOMINANTEMENTE URBANO

 

·        Alicia Ziccardi Contigiani, académica del Instituto de Investigaciones Sociales, dijo que en las ciudades del país vive el 64.8% de esta población

·        Habló sobre "Las ciudades y la cuestión social", en el marco del 450 aniversario de la UNAM

 

México es un país predominantemente urbano y el 64.8% de la población de sus 100 millones de habitantes vive en las ciudades. Esto significa que casi siete de cada diez personas se localizan en ellas, afirmó la académica del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, Alicia Ziccardi Contigiani.

 

Precisó que en total el sistema de ciudades está formado por 364, de las cuales nueve tienen más de un millón de habitantes, 60 son medias –de 100 mil a 999 mil personas– y 295 pequeñas –de 15 mil a 99 mil residentes–, a consecuencia del crecimiento natural de la población y los flujos migratorios hacia estas zonas.

 

Durante su conferencia sobre Las ciudades y la cuestión social, presentada en el Palacio de Minería como parte de los festejos del 450 aniversario de la Universidad Nacional, la especialista en sociología urbana y regional destacó que en conjunto en las ciudades metropolitanas del país vive el 66.9% de esta población.

 

En la última década del siglo XX, explicó, la ciudadanía de las 31 zonas metropolitanas se incrementó en 7.9 millones de habitantes, al pasar de 34.3 millones en 1990 a 42.3 millones en el 2000, con una tasa de crecimiento del 2.1%, superior al promedio nacional.

 

Sin embargo, aclaró, el crecimiento poblacional presenta un ritmo decreciente, debido a que el incremento demográfico de América Latina de la última década es el más bajo desde la Segunda Guerra Mundial.

 

La tasa de crecimiento demográfico decreció al pasar de 2.7% entre 1950 y 1955, a 1.7% para el quinquenio 1990-1995.

 

Argumentó que en los últimos 20 años las ciudades fueron sometidas a intensos procesos que modificaron no sólo su fisonomía sino su propia naturaleza, como consecuencia de que las relaciones entre sociedad y territorio son cualitativamente diferentes a las surgidas con el desarrollo de la ciudad manufacturera.

 

Los principales procesos que enmarcan estas transformaciones, abundó la investigadora, son la transición demográfica, al pasar de una población sobre todo joven a una adulta; la globalización económica, con los consiguientes efectos de la política neoliberal, y la reforma del Estado, donde las ciudades deben reestructurar las políticas sociales, incluidas las urbanas, debido a la disminución de los recursos y acciones de los gobiernos sobre el territorio, lo cual obliga a las gubernaturas locales a generar más ingresos propios.

 

En el ámbito mundial, subrayó Alicia Ziccardi, de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU), la población total es de seis mil 100 millones de personas, de las cuales cerca de la mitad vive en ciudades.

 

La población de América Latina pasó de 436 millones de habitantes en 1990 a 515 millones en el 2000. La urbana representa más del 70% del total.

 

Al referirse a la esperanza de vida al nacer, dijo que en Latinoamérica es de 70.4 años, la cual tiende a acercarse a la de Europa que es de 72.7.

 

En México, expuso, el Consejo Nacional de Población (Conapo) considera que la vida media está cada vez más próxima a la de los países desarrollados, debido a la disminución de la mortalidad –en especial en los primeros años de vida–, al mejorar las condiciones de salud de la población.

 

Mientras que en 1930 la esperanza de vida era de 36.2 años, en la actualidad alcanza 75: 73.4 para los hombres y 77.9 para las mujeres. Es decir, mejoró en casi 40 años.

 

Además, especificó Alicia Ziccardi, se advierte una marcada caída de la tasa de fertilidad, como resultado de los cambios en los patrones reproductivos de las familias. Mientras en los años 70 las mujeres tenían 6.8 hijos en promedio hoy sólo tienen 2.4.

 

De igual forma, el fenómeno migratorio interno cambió. Dado que en décadas anteriores era del medio rural al urbano en busca de empleo y mejores condiciones de vida, ahora las crecientes actividades económicas los transformaron entre ciudades medias y metropolitanas, planteó. Esto, agregó, ocurre en la ciudad de México, la que pasó de ser uno de los principales polos de atracción a la pérdida de población, por lo inmenso de las delegaciones centrales.

 

La migración internacional juega un papel relevante en la dinámica poblacional, en especial en relación con el empleo, porque reduce la presión de la demanda. Se estima que en Estados Unidos viven 8.5 millones de mexicanos;esa cifra crece cada año en 300 mil personas.

 

Esta situación poblacional, detalló la investigadora, da nuevas características a la cuestión social de las ciudades en América Latina y México: un fuerte peso de la población sobre la ciudadanía activa de adultos mayores y jóvenes inactivos; una creciente demanda de empleos y bienes y servicios colectivos, como salud, educación, deportes y cultura, la cual debe ser atendida por las instituciones gubernamentales a pesar de las recientes tendencias a la privatización.

 

A ello se agrega una carga mayor sobre la seguridad social en materia de jubilaciones y retiros, así como un intenso proceso de urbanización  de la pobreza, consecuencia de la dinámica demográfica y de las modalidades que posee el empleo urbano.

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