Boletín UNAM-DGCS-103
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Forman parte de la
tradición más importante del constitucionalismo mexicano: Diego Valadés
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No se puede concebir
nuestra Constitución sin los principios de justicia social: Francisco Venegas
Trejo
Los
derechos sociales establecidos en la Constitución mexicana de 1917 son irrenunciables e inderogables, porque forman
parte de la tradición más importante del constitucionalismo mexicano, afirmó
Diego Valadés Ríos, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ)
de la UNAM.
El académico aseguró que lejos de haberse reducido el perfil social de
nuestra ley fundamental, éste se expandió durante el transcurso de los años. A
los aspectos fundamentales como la protección a los trabajadores y la educación
pública, explicó, se agregaron los derechos a la vivienda y a la salud.
Valadés Ríos rechazó que el desmantelamiento mundial del llamado
“estado de bienestar” producido signifique un repliegue de los derechos de
naturaleza social, ya que se preservaron en las constituciones donde existían,
e incluso se incorporaron a diversos documentos de esa naturaleza.
De los 193 países que hay en el orbe, indicó, más de 70 contaron con
una nueva Constitución en la década de los noventa y en todos los casos se
incluyeron los derechos sociales.
Para
Salvador Valencia Carmona, investigador del IIJ, los derechos sociales de
nuestra Constitución se enriquecieron con otros aspectos como la rectoría del
Estado en materia económica y la planeación democrática.
El jurista consideró que México debe conservar su política social
generosa y en ese sentido se debe ajustar el neoliberalismo a nuestra Carta
Magna.
A su vez, el director del Seminario de Derecho Constitucional de la
Facultad de Derecho, Francisco Venegas Trejo, expuso que los principios de
justicia social que introdujeron los constituyentes de 1917 permitieron que la
Constitución fuera muy avanzada en su época.
“Una vez que se incorporaron al texto de nuestra Carta constitucional
se convirtieron en decisiones políticas fundamentales del pueblo mexicano y que
hoy ya no podemos concebir fuera de la Constitución”, puntualizó.
En la actualidad, explicó, lo que más necesita México es vivir dentro
de un régimen en el cual la Constitución sea factor de cohesión social que
estimule y propicie el progreso.
Debemos cumplir con la norma constitucional y cuando el país logre los
cambios sociales que requiere, tendremos ciudadanos más conscientes y exigentes
del cumplimiento de la ley y la Constitución, sin necesidad de reformarla,
aseveró.
No es relevante discutir si necesitamos o no una nueva Constitución,
lo importante es vivirla, cumplirla y lograr los objetivos sociales que ella
nos marca, concluyó.
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