21:00 hrs. Febrero 1 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-093

 

 

 

 

LOS DERECHOS HUMANOS, SUSTENTO PARA EJERCER JURISDICCIÓN UNIVERSAL CONTRA CRÍMENES ATROCES:  CNDH

 

 

 

·        Son prerrogativas que los individuos han logrado: Fernando Serrano Migallón

·        Organizó la Facultad de Derecho de la UNAM la conferencia "transición democrática y protección de los derechos humanos"

 

 

 

La defensa de los derechos humanos es el principal sustento sobre el cual los sistemas judiciales nacionales ejercen el criterio de la jurisdicción universal para evitar la impunidad de los crímenes más atroces, aseguró el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), José Luis Soberanes Fernández.

 

A su vez, el director de la Facultad de Derecho de la UNAM, Fernando Serrano Migallón, indicó que las garantías son una serie de prerrogativas que los individuos le han arrancado al poder desde la existencia misma de la división entre gobernantes y gobernados.

 

 

Mariclaire Acosta, embajadora especial de la Secretaría de Relaciones Exteriores para la Democracia y los Derechos Humanos, dijo que en la actualidad los derechos fundamentales son sustento de la democracia, porque ya no es sostenible una relación estéril entre un gobierno de legalidad autoritario y otro de mayoría.

 

Al participar en el ciclo anual de conferencia y mesas redondas: "Transición democrática y protección de los derechos humanos", organizado por la Facultad de Derecho, el presidente de la CNDH explicó que la protección y promoción de los derechos fundamentales llevó a la apertura a un extremo en donde se habla, incluso, de la disolución de las soberanías nacionales.

 

Ante el presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), José Woldenberg, Soberanes Fernández indicó que en la actualidad la apertura no se entiende exenta de la tutela de los derechos fundamentales, lo cual comprueba que sin ellos la democracia no existe.

 

En el auditorio "José Castillo Larrañaga" de la Unidad de Posgrado de la FD, señaló que la apertura comienza con la pluralidad política, pero no se agota en las urnas, por lo cual la oportunidad de una sociedad más abierta plantea desafíos, sobre todo tratándose de derechos humanos.

 

Luego, mencionó los retos fundamentales desde el punto de vista interno: lograr la conciliación entre los derechos individuales y colectivos, pues se presentan situaciones como la de las comunidades indígenas; mantener la tolerancia, sobre todo religiosa, pues el clima de confrontación que por esa razón se vive entre algunos grupos, como los indígenas, es un síntoma preocupante en una sociedad plural.

 

En su oportunidad, Fernando Serrano Migallón comentó que en la  transición que vive el país, es necesario incluir los derechos humanos en el cambio, no sólo de un partido político en el Ejecutivo Federal, sino en la manera de ver el fenómeno público.

 

 

 

Para Mariclaire Acosta ahora toca a los mexicanos remontar la desconfianza característica que aún se arrastra de un régimen autoritario durante el cual gran parte de las recomendaciones de los organismos internacionales, en materia de derechos humanos, son desconocidas y se ignora el destino que tuvieron.

 

Reconoció que los compromisos internacionales en materia de derechos humanos no se cumplen cabalmente en nuestro país, ya que los jueces se resisten a aplicarlos y los litigantes muestran una actitud negativa hacia ellos, con la sola excepción de los abogados vinculados a los organismos públicos defensores de derechos humanos o las organizaciones civiles.

 

Agregó que pese a los esfuerzos de la sociedad y el gobierno la tortura aún se utiliza en México, razón por la cual otorgar facultades jurídicas a las comisiones de derechos humanos en los casos de violaciones graves es una asignatura pendiente.

 

Finalmente, añadió, el actual gobierno federal tiene muchas posibilidades de lograr avances en materia de derechos humanos ya que goza de legitimidad de origen, lo que le permitirá hacer reformas profundas en materias como la impartición de justicia, en donde aún se presentan obstáculos al pleno respeto a las garantías individuales.

 

Por su parte, José Woldenberg sostuvo que la democratización de nuestro país y el progreso en el respeto a los derechos humanos son parte de un mismo fenómeno, al que calificó como una “ola civilizadora”.

 

La democracia, subrayó el consejero presidente del IFE, es el único marco que permite el respeto a los derechos humanos y por ello la historia política mexicana está vinculada a la protección de los derechos fundamentales, ya que el despliegue de las libertades políticas abrió las puertas a las denuncias por abusos cometidos por las autoridades en contra de los individuos.

 

Los derechos fundamentales de la persona como la libertad personal, la de imprenta y opinión así como las de reunión y asociación se complementaron, acotó, con la libertad política de los ciudadanos.

 

Eso pudo apreciarse, puntualizó, en las elecciones del dos de julio del año pasado, en las cuales el ejercicio de esas libertades por parte de los ciudadanos impidió toda posibilidad de fraude, lo que cerró un episodio de dudas y sospechas en la historia nacional.

 

Finalmente, Evencio Martínez Ramírez, presidente estatal de la Comisión de Derechos Humanos de Oaxaca, afirmó que la alternancia en el poder no es garantía para una plena democracia pues ésta es frágil.

 

“En los tiempos actuales muchos ámbitos han cambiado en el país en esa materia, la tortura y otras violaciones humanas, antes prácticas cotidianas y encubiertas, hoy son cada vez menos denunciadas y sancionadas”, concluyó.

 

 

 

 

 

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