9:00 hrs. Enero 29 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-073

 

LA SOCIEDAD MEXICANA ES HOMOFÓBICA, MISÓGINA  Y SEXISTA: DANIEL CAZÉS

 

·        El director del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades define a la homofobia como el temor a la libertad de hombres y mujeres, que tienen una preferencia sexual no tradicional

·        Prevalece un conservadurismo misógino-homofóbico y ninguno de los gobiernos irá más allá de lo que se ha hecho

 

En la sociedad mexicana la relación hombre mujer se basa en el sexismo, la misoginia y la homofobia, debido a la estructura social y cultural en la que se desarrolla, afirmó Daniel Cazés Menache, director del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CIICH) de la UNAM.

 

El odio hacia la mujer se define como misoginia, mientras que el temor o rechazo al homosexual, ya sean hombres o mujeres, es lo que representa la homofobia. El sexismo es una actitud discriminatoria hacia las personas en razón de su género, ya sea femenino o masculino, explicó.

 

El conservadurismo prevalece, indicó Cazés Menache al señalar que ninguno de los gobiernos irán más allá de lo que se ha hecho en relación a la reivindicación de las mujeres y los homosexuales.

 

“Los hombres tenemos un privilegio por el sólo hecho de ser hombres y las mujeres están en una situación de carencia, de sumisión y desventaja en todos los sentidos, a pesar de las conquistas que han tenido, porque la estructura conservadora sigue privando en las mentalidades, pero también en las leyes y las instituciones”.

 

En el CIICH –que cumplió 15 años de vida institucional el pasado 20 de enero—se realizan mapas para identificar a los estados que no cuentan con leyes que aseguren la libertad de las mujeres y que impiden que aquellas que fueron violadas aborten, si así lo desean. “Pero hay que investigar, porque estas cuestiones sólo se tratan en privado y no salen a las estadísticas ni a las denuncias jurídicas formales”, precisó.

 

“Lo que tratamos de cambiar no son preceptos legales y constitucionales, que de todos modos se violan, lo que intentamos es modificar una visión de la cotidianidad, por lo que es posible que se concrete pues ya se percibe un cambio de actitud en los jóvenes”, puntualizó el catedrático.

 

A pesar de todo han habido avances y ejemplo de esto, es el hecho de que el jefe de gobierno del Distrito Federal reconoció la capacidad y las luchas de los grupos de mujeres. Conformó su gabinete con 13 mujeres y 11 hombres, y ahora es el único lugar del mundo en que la presencia femenina sobrepasa el 50 por ciento, expuso.

 

La misoginia, homofobia y sexismo, principales opresiones de género, se encuentran en todas las clases sociales y edades por igual. Cazés Menache indicó que no hay investigaciones que permitan saber si estos fenómenos van en aumento, ya que es un campo que apenas comienza a ser investigado por la UNAM y otras instituciones, además de organizaciones ciudadanas feministas y de homosexuales.

 

Existen grupos que son homofóbicos porque han recibido información sexista que condena todo lo que no está dentro de lo tradicional, y es un instrumento para evitar que las libertades individuales se expandan.

 

“Ese es un temor del poder, de los dominantes que alimentan la homofobia, no es falta de educación sino un exceso de educación intolerante y misógina”, afirmó el universitario.

 

Detener el fenómeno de la homofobia es difícil y complicado porque es una cuestión de definición cultural, lo que debemos es informarnos sobre las medidas que toman los grupos de homosexuales y sus propuestas para apoyarlos.

 

Estamos en una fase en la que se crea la información –opinó el antropólogo-, hoy sabemos que el 20 por ciento de los hogares tienen jefa y no jefe de familia. 70 millones de seres humanos viven con menos de dos dólares cada uno; 40 millones de ellos subsisten con menos de un dólar y la mayor parte son mujeres.

 

Un ejemplo claro de la misoginia es que en el ámbito laboral, público y privado, los jefes son hombres en la mayoría de los casos, mientras que las mujeres ocupan cargos menores, a pesar de ser igual o más capaces.

 

“Hay que decir que es la primera vez que una Rectoría nombra una Abogada General y una Coordinadora de Humanidades, lo que muestra que en la UNAM hay otra concepción del papel de las mujeres”, reconoció Cazés.

 

Las metas del feminismo es que una persona no esté obligada a definirse por sus preferencias sexuales sino por su género, es decir, los homosexuales, hombres son del género masculino, y las homosexuales, mujeres del femenino.

 

“Lo que suceda depende del empoderamiento de las mujeres y las y los homosexuales, los espacios que ellos construyan, la fuerza que se den para negociar, convertir propuestas en resultado de negociaciones y compromisos políticos”, concluyó el director del CIICH.

 

 

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