Boletín UNAM-DGCS-067
PRIVATIZAR SISTEMAS DE SEGURIDAD Y CUSTODIA EN CERESOS, ABATIRÍA LA
CORRUPCIÓN: JAVIER AMARO
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Necesaria la participación de la iniciativa
privada para crear empleos en el sistema carcelario, afirma el profesor de la
Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM
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Urge la profesionalización del personal
carcelario para readaptar a los reclusos
La corrupción en los
centros de readaptación social podría evitarse si se privatizan los sistemas
de seguridad y custodia, y la iniciativa privada participa en la creación de
empleos y apertura de escuelas para los internos, afirmó Javier Amaro, profesor
de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.
La nueva ley de ejecuciones y sanciones penales
para el Distrito Federal –subrayó- exige trabajo y educación para los reclusos en
centros penitenciarios, “no obstante, los talleres están cerrados o las
escuelas no tienen la capacidad instalada para atenderlos”.
El académico destacó los principales “males” del
sistema carcelario: sobrepoblación, corrupción, deshumanización y falta de
profesionalización del personal y precisó que desde 1980 –año en que se abrió
el último reclusorio preventivo en la capital– hasta la fecha, la carencia de
personas capaces de enfrentar la readaptación social es una constante.
Javier Amaro, egresado de la Facultad de Derecho de la UNAM, consideró
amplia la problemática en esos sitios y dijo: “desdichadamente las autoridades
locales no han sabido enfrentarla”.
En este
contexto, destacó la necesidad de que el personal encargado de vigilancia y
custodia cuente con amplio conocimiento en materia de seguridad carcelaria,
derechos humanos, trato a las personas, relaciones humanas y psicología del
criminal. “No podemos tener ‘robots’ para intimidar a los presos”, acotó.
Además, abundó, se
requiere también la participación interdisciplinaria de profesionistas, como
son los trabajadores sociales, psicólogos, pedagogos, criminólogos y médicos,
entre otros, para proporcionar tratamiento integral a los presos.
Cuando un individuo ingresa a la cárcel hay que saberlo
canalizar, porque se enfrenta “a un mundo desconocido”. Estos lugares son
considerados “la parte oscura de la sociedad” y, por ende, quienes ahí laboran
también forman parte de ese mundo, indicó.
Estimó
primordial que los reclusos tengan ocupación laboral, porque les permite
dignificarse y contribuir al gasto familiar.
La misión en las
prisiones, sostuvo, es lograr la readaptación del interno, sin embargo, no se
logra porque la capacidad instalada está desfasada y no brinda seguridad ni
vigilancia.
Se pronunció
por eliminar el trato preferencial a quienes cuentan con recursos económicos.
La corrupción en los centros penitenciarios, indicó, es recurrente, porque es
la ‘llave’ para satisfacer cualquier requerimiento de los internos.
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