18:00 hrs. Enero 17 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-037

 

 

NEGOCIAR ASUNTOS MIGRATORIOS CON BASE EN EL BENEFICIO DE MEXICANOS A LA ECONOMÍA DE EU

 

·        José Juan de Olloqui: falso que los mexicanos en ese país afecten negativamente a los trabajadores norteamericanos

·        México debe ser más enérgico en la defensa de sus connacionales en territorio estadounidense

·        Se inauguraron en el IIJ las Jornadas en Materia de Migración

 

Los trabajadores mexicanos que emigran hacia Estados Unidos benefician la economía de ese país, porque muchas empresas no obtendrían las mismas ganancias sin la mano de obra de nuestros connacionales, a quienes les pagan salarios inferiores, afirmó José Juan de Olloqui, académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

 

Nuestros compatriotas, agregó el también ex embajador de México en Estados Unidos, son significativo aporte a la industria norteamericana, toda vez que se ubican como importantes consumidores de sus productos.

 

Por esas razones, aseguró el investigador universitario, México debería partir de esa base para negociar con el vecino país del norte y exigirle no obstaculizar la economía mexicana con aranceles a los productos que se exportan a Estados Unidos. Con ello, precisó, se podría desalentar la migración de trabajadores mexicanos a su territorio.

 

Al dictar la conferencia “La Migración en Norteamérica”, con la cual se inauguraron las Jornadas en Materia de Migración que organiza el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, el ex diplomático consideró: Estados Unidos nunca tendrá mano de obra disponible, en tiempo y lugar, como para prescindir de los migrantes mexicanos.

 

Es falso, comentó, que la presencia de mexicanos en el mercado laboral norteamericano afecte negativamente a los obreros, provoque la baja de los salarios y reduzca la demanda de mano de obra.

 

Desde hace casi treinta años, explicó, se ha demostrado que los trabajadores mexicanos no compiten por los mismos puestos que los estadounidenses; por el contrario, los connacionales son contratados para labores que allá nadie quiere realizar.

 

En este sentido, José Juan de Olloqui demandó mayor energía de México para defender a los nacionales que emigran a Estados Unidos en busca de empleo y ser más agresivo en la denuncia de las violaciones a sus derechos.

 

A juicio del académico, una solución para resolver el problema de la migración es la firma de un convenio en el cual ambas partes asuman compromisos recíprocos.

 

Al respecto, recordó que nuestro país suscribió un programa con Canadá en materia de trabajadores agrícolas temporales, el cual –dijo- ha dado muy buenos resultados y se administra de manera seria por ambos países.

 

Otra alternativa, apuntó, es la creación de un fondo para inversiones productivas en diversas regiones de la República Mexicana, de las cuales proviene el mayor número de personas que emigran a Estados Unidos. Este país podría aportar sumas significativas a este fondo en lugar de destinarlas a gastos de vigilancia en la frontera, puntualizó.

 

En su oportunidad, Jorge Bustamante, investigador del Colegio de la Frontera Norte, estimó que el principal obstáculo para establecer un acuerdo sobre el tema migratorio con Estados Unidos, es la negativa de ese país para admitir que existe una demanda real de sus empresarios por la mano de obra mexicana.

 

El impacto positivo que tuvieron los trabajadores mexicanos en la economía del sector agrícola de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, llevó a ese sector a depender de la fuerza de trabajo de nuestros connacionales, indicó.

 

Actualmente, además del sector agrícola, muchas empresas de la industria de carne se desplazaron hacia la zona del medio oeste para salir al paso de los flujos migratorios de mexicanos y aprovechar la mano de obra como si fuera un recurso natural, puntualizó.

 

En la conferencia participaron como comentaristas: Jorge Bustamante, investigador del Colegio de la Frontera Norte; Francisco Olguín, secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos; Isabel Turrent, analista político, y Héctor Fix Zamudio, investigador emérito del IIJ, quien fungió como moderador.

 

 

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