9:00 hrs. Diciembre 31 de 2000
Boletín
UNAM-DGCS-877
LA UNAM DESARROLLA BIOMATERIALES PARA SUTITUIR IMPORTACIONES
·
Pueden utilizarse para reponer desde un globo ocular hasta diferentes
partes del sistema óseo
·
El investigador Miguel Araiza Téllez comentó que los materiales
podrían ser hasta 40 por ciento más baratos que los utilizados actualmente
Investigadores de
la Universidad Nacional desarrollan diversos tipos de biomateriales que podrían
utilizarse en la sustitución de partes del cuerpo humano, desde un globo ocular
hasta diferentes porciones del sistema óseo.
En el Departamento
de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (FATA) de la UNAM, con sede en
Juriquilla, Querétaro, un equipo multidisciplinario de investigadores,
encabezado por Miguel Araiza Téllez, investigador de la Facultad de Odontología
adscrito a este departamento, desarrolla un material a partir de la estrella de
mar, cuya pared y porosidad es similar a la de los huesos de los seres humanos,
que podría contribuir a disminuir importaciones de productos similares y abatir
costos.
El investigador
universitario explicó que los materiales que se desarrollan en el FATA se
utilizan cuando existen alteraciones de los huesos por fracturas o desgaste, y
en el ámbito odontológico, en aquellas enfermedades en las que la falta de
hueso provoca que los dientes se aflojen o cuando es necesario colocar hueso
por fractura mandibular.
Al referirse a las
enfermedades dentales, comentó que las caries afectan al 90 por ciento de la
población mexicana, por lo que también se encuentra en proceso de desarrollo,
con un considerable avance, un polímero que permitiría prevenir este
padecimiento bucal en la población.
Dicho material
tendría las cualidades de formar una barrera física en la unión química del diente, de manera que no
se desprenda y mantenga cerrada la superficie porosa; ahí la importancia de los
materiales compuestos como el polímero que se desarrollan en el FATA.
Se trata, indicó,
de un material polimérico con carga cerámica –similar a la tecnología que se
utiliza para recubrir metales y evitar la oxidación–, que se aplica a los
dientes en modelo animal, con la finalidad de que en un corto plazo pueda
utilizarse tanto en niños como en adultos para prevenir la caries.
Araiza Téllez
explicó que el proceso de caries abarca diversos estadios, en los cuales los
dentistas pueden intervenir desde un nivel preventivo para evitar que se
presenten, hasta la fase de reparación
o sustitución de piezas dentales.
“Estamos haciendo
un barniz para recubrir los dientes y evitar la entrada o acción de ácidos, ya
sea de los alimentos o de microorganismos, sobre el esmalte dental, el cual es
una sustancia dura que se desgasta o es carcomido por la acción de dichos
ácidos”.
Explicó que los
primeros ensayos se fundamentan en un material polimérico, es decir, una
especie de plástico combinado con incrustaciones de un material duro capaz de
adherirse de manera química al esmalte. Con el tiempo el plástico cambia de
color y se desgasta, por ello, “ahora necesitamos reforzarlo con partículas de
cerámica que eviten que ese proceso sea demasiado rápido”.
Dicha innovación
en proceso vendría a sustituir tecnología de importación, que además tiene
algunas deficiencias; “esos materiales
tienden a desprenderse pronto con la masticación o con la humedad”.
El investigador
universitario comentó que aún es difícil establecer el costo del material que
se encuentra en desarrollo en el FATA; sin embargo en comparación con los
estándares actuales un producto comercial se puede conseguir en 400 ó 500
pesos, en tanto que el costo de esta nueva tecnología podría reducirse en un 40
por ciento.
Para desarrollar
el producto con beneficio social directamente,
debe impactar en la atención a nivel general. “De nada sirve un material
excelente que sólo pueda pagar un sector limitado de la población, por ello –dijo–
pretendemos que tenga una síntesis sencilla, pero con altos beneficios”.
Todo esto tendría
fuerte impacto en la atención que brinda el
sector salud a la población mexicana, ya sea a través de la Secretaría
de Salud o de las instituciones académicas como la Universidad Nacional, a
través de sus clínicas de atención, o bien, en la consulta particular.
La expectativa con
estos materiales es amplia. “Necesitamos aún trabajar en pruebas mecánicas y
biológicas para su aplicación, la ambición del desarrollo es bastante grande y
esperamos en el futuro cercano ofrecerlo comercialmente”, concluyó Miguel
Araiza Téllez.
-oOo-