9:00 hrs. Diciembre 28 de 2000


Boletín UNAM-DGCS-871

 

NECESARIA UNA POLÍTICA INTEGRAL PARA EL SECTOR CAFETALERO

 

·       Cristina Martínez Morales, especialista agropecuaria del IIEc, dijo que hay una grave crisis en el sector cafetalero

·       Los precios internacionales del producto se fijan mediante mecanismos especulativos, aseguró

 

 

Para que el sector cafetalero del país revierta la aguda crisis en que se encuentra y sortee los altibajos del mercado internacional, se requiere la aplicación de una política integral, afirmó Cristina Martínez Morales, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.

 

La caída internacional de los precios de este grano y la apertura comercial impactaron negativamente en los productores mexicanos que se localizan en las zonas más pobres del país como Chiapas, Oaxaca y Guerrero, entre otras, explicó la académica.

 

Indicó que con la apertura de los mercados mexicanos los exportadores se vieron en la necesidad de mezclar café de diferentes zonas y utilizar las reservas para cumplir con sus compromisos comerciales, lo que causó una baja en la calidad del grano.


Como consecuencia, los compradores de café mexicano “castigan” a este sector, que se traduce en el pago de una cantidad inferior al precio indicativo, fijada con mecanismos especulativos en las bolsas de valores más importantes del mundo, precisó.

 

Martínez Morales señaló que el café mexicano era, hasta hace algunos años, el primer producto agrícola de exportación y el segundo generador de divisas al país.

 

Al abrirse los mercados, dijo, aumentaron las exportaciones gracias al volumen de reservas, por lo cual el impacto en la entrada de divisas no se pudo apreciar sino hasta algunos años después, cuando las exportaciones se redujeron al agotarse las reservas.

 

La difícil situación de la actividad cafetalera, indicó la investigadora del IIEc, coincidió con los recortes al gasto público, lo que significó el fin del financiamiento y del subsidio. Lo anterior, unido al descenso de los precios, provocó que los productores ya no sorteen los costos de producción, aseguró.

 

Cristina Martínez Morales sostuvo que en la actualidad sucede algo inédito en las zonas cafetaleras del país: la migración que se observa desde esos lugares hacia Estados Unidos y a las grandes ciudades a consecuencia de la grave crisis por la que atraviesa el sector.

 

Otro factor determinante de la crisis mundial de esa actividad es la concentración de la industria en pocas empresas, pues mientras en la primera mitad de la década de los 90 había 23 exportadoras en México, en la actualidad sólo son cinco, sostuvo la académica.

 

A nivel mundial ocurre algo similar, pues son tres las empresas que controlan el flujo internacional del café y que son capitales muy desarrollados que especulan y obtienen grandes ganancias de un producto del cual dependen economías subdesarrolladas.

 

Estas grandes empresas, además, pueden emigrar y adquirir el café de otros países obtenido con una mano de obra más barata, que es lo que ocurrió en los casos de Indonesia y Vietnam, los cuales ahora superan a México en  producción de café.

 

Para poder rescatar al sector cafetalero del país, aseguró Martínez Morales, sería preciso fortalecer al sector mediante una política integral que incluya subsidios para las organizaciones de los productores pobres, que son la mayoría.

 

Otra alternativa sería la sustitución de cultivos, que es un proceso que debe realizarse de manera gradual y además no resuelve de inmediato el problema del ingreso de los productores, para lo cual también sería necesario otorgar subsidios.

 

Sin embargo, concluyó, hay un problema con relación al modelo económico de desarrollo, porque mientras los países avanzados aplican subsidios para sus productos agrícolas, condicionan los créditos a los subdesarrollados y los obligan a no subsidiar a los productores.

 

 

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