9:00 hrs. Diciembre 24 de 2000


Boletín UNAM-DGCS-864

 

INVESTIGAN DAÑOS AL ADN POR LA CONTAMINACIÓN

 

·        La doctora Regina Montero, del IIBm de la UNAM, estudia los factores que causan daño genotóxico a los capitalinos

·        En México son pocas las investigaciones sobre los efectos de la polución en la población

 

El Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM investiga el daño que causan la contaminación ambiental y los hábitos alimenticios a la población mexicana, especialmente a quienes vivimos en la ciudad de México.


El estudio, que está dirigido por la doctora Regina Montero Montoya, se enfoca al área toxicológica genética, especialmente al análisis del daño del ADN para conocer su relación con enfermedades como diabetes, artritis, artereoesclerosis y el envejecimiento.

 

Se sabe que cuando los organismos vivos se exponen a agentes químicos o físicos capaces de llegar al núcleo celular y alterar el mensaje genético, pueden desarrollar problemas de salud como el cáncer, en el caso del ser humano.

 

Por ello, con el fin de conocer los factores que influyen en la inducción de ese daño genotóxico, la doctora Montero Montoya y su grupo de trabajo desarrollan la investigación “Regímenes de vida tóxicos: un estudio sobre la calidad de vida de habitantes de la ciudad de México”.

 

La especialista asegura que son pocas las investigaciones que se han realizado sobre la polución y afectos a la salud, a pesar de que en el Distrito Federal se ha avanzado al catalogar como agentes genotóxicos a los gases y partículas que se acumulan en la atmósfera, especialmente al ozono, el óxido de nitrógeno, el  azufre y las partículas suspendidas.

 

A pesar de los altos índices de contaminación que existen en el Distrito Federal no se tiene una concentración tal que provoque que “todos estemos enfermos” o padezcamos esos males. Pero al estar expuestos a diario sí se puede generar cierto deterioro que con el tiempo nos conduzca a contraer algunos de los padecimientos mencionados.

 

Sin embargo, agregó, al daño genotóxico no lo induce sólo este tipo de exposición. “Pensamos, explicó la investigadora universitaria, que en un momento dado también puede causarlo el régimen de vida personal: si fumamos, ingerimos bebidas alcohólicas, trabajamos en un ambiente donde hay contaminantes adicionales, consumimos embutidos en exceso e incluso, la forma de preparar los alimentos”.

 

Por ello, en el IIBm se realiza esta investigación enfocada a la población adolescente de la ciudad de México, cuyo organismo está en plenitud fisiológica y por lo tanto pueden lidiar con las alteraciones del medio ambiente, ya que su capacidad de reparación del DNA es elevada. A partir de los datos que se obtengan, explicó la especialista, se tendrá idea de lo que sucede con la población adulta.

 

Otro factor que interviene es que cada persona lidia con las sustancias químicas de diferente manera y genéticamente tiene cierta capacidad para transformarlas o metabolizarlas, de forma tal que el resultado será diferente aunque se esté expuesto a los mismos contaminantes.

 

Se ha descubierto que algunas de las enzimas más importantes que participan en el metabolismo de sustancias químicas son polimórficas, es decir, en una población humana se presentan con diferencias en cada individuo: algunos poseen la función completa, otros la tienen disminuida o carecen de ella.

 

En países desarrollados se estudiaron estas características de la población, la dieta, las características generales de sus casas y los riesgos de estar en contacto con genotóxicos dentro de los hogares. “En México no tenemos esa información y por eso queremos hacer el estudio”, aseveró.

 

La doctora Montero Montoya explicó que el estudio es complejo y por eso junto con el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias se desarrolla el cuestionario que aplicarán y que comprende los temas: de alimentación, situación de la casa habitación (interior y exterior), condiciones de la escuela o centro de trabajo, de salud y tipos de medicamentos que se consumen.

 

Además, se tomarán muestras en las cinco zonas donde el gobierno del Distrito Federal realiza monitoreo ambiental: noreste, noroeste, centro, sureste y suroeste. Dentro de cada una se elegirá una estación de la que se obtendrá el registro de contaminantes del área, para aplicar los cuestionarios.

 

Al terminó de la investigación los especialistas universitarios mostrarán los resultados y las recomendaciones que se deriven, a las autoridades correspondientes con el propósito de que adopten medidas para revertir los fenómenos que estén causando daño a la salud de la población.

 

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