9:00 hrs. Diciembre 16 de 2000


Boletín UNAM-DGCS-848

 

CON PROGRAMAS EDUCATIVOS, LA UNAM APOYA LA RESTAURACIÓN DEL AJUSCO MEDIO

 

·        Sus acciones son para fortalecer la cultura de cuidado del medio ambiente

·        Al conservar esta zona también contribuye a la producción de oxígeno y a la captación de mantos acuíferos

 

 

La importancia de conservar la zona ecológica del Ajusco radica no sólo en la producción de oxígeno sino en la captación de mantos acuíferos, que por la cantidad de agua que producen podrían abastecer la zona sur del Distrito Federal, aseguró Aída Hernández, coordinadora del Programa de Educación Ambiental del Proyecto de restauración ecológica del Ajusco Medio.

 

Mediante este programa, creado en 1990, el Instituto de Ecología (IE) de la Universidad Nacional ofrece a sus estudiantes alternativas para la formación de una nueva cultura ambiental.

 

En ese sentido, reconoció que la educación ambiental es un proceso de aprendizaje continuo; no obstante, con la realización de actos aislados no se pueden obtener cambios de actitud hacia nuestros recursos naturales y mediante este programa la Universidad Nacional colabora en esa tarea educativa.


 

La investigadora destacó que fomentar el desarrollo del Ajusco es un factor clave para garantizar la existencia de áreas verdes y el abasto de agua, además “es una opción viable para combatir la contaminación de la ciudad de México”.

 

Explicó que en la década de los ochenta la zona fue invadida por más de 10 mil personas, quienes al establecerse de manera irregular devastaron y alteraron la flora y fauna de la región. En 1989 esta zona de 577 hectáreas, denominada Ajusco Medio, se le decretó área natural protegida y Parque Ecológico de la ciudad de México.

 

“Esta situación nos llevó a presentar un programa de educación ambiental, mediante el cual se restablecería la vegetación de esa región y como parte de él año con año se realizan cursos, talleres, visitas al sendero de la interpretación ambiental y el concurso anual de colecta de bellotas”, explicó la investigadora universitraria.

 

Para este proyecto se hizo un estudio de la zona, del cual se concluyó que se debía restaurar con encinos, magueyes, palo loco y árboles frutales de capulín y tejocote, sin embargo, al momento de reforestar se descubrió que en ningún vivero comercial se producía ni vendía encino.

 

Por ello, al tomar en cuenta que en el Ajusco Medio había un vivero donde se producían plantas locales, se decidió germinar bellotas para obtener encinos, con lo que surgió la idea de realizar el concurso escolar “Colecta de bellota”.

 

A partir de esta iniciativa, añadió, se invitó a los alumnos a recolectar esta semilla, con resultados positivos, ya que en las nueve ediciones del concurso han participado unas 50 instituciones y 45 mil alumnos, quienes han recolectado más de 111 toneladas de bellotas.

 

“Gracias a las semillas recabadas, en la actualidad tenemos encinos producidos en diferentes viveros del Valle de México. Lo importante de este ejercicio es que en la recolección se involucra a niños, padres de familia, maestros, amigos y vecinos”, dijo Aída Hernández.


 

En este sentido, nuestra labor consiste en ir a las escuelas para dar a los niños pláticas y proyectarles audiovisuales, en los que se destaca la importancia de su apoyo para recolección de bellotas y el beneficio que obtendrán al contribuir en la reforestación y restauración de estos ecosistemas.

 

Se calcula que al año se plantan cerca de 10 mil encinos en el área, además de otras especies nativas producidas en el vivero del Ajusco. También se da seguimiento, cada dos meses, para ver la sobrevivencia de esta flora, la cual en los últimos años, fue de un 85 por ciento.

 

 

--oOo—