09:00 hrs. Diciembre 6 de 2000


Boletín UNAM-DGCS-821

 

SIN RENUNCIAR A SUS PRINCIPIOS, LA UNAM TIENE QUE ADECUARSE A LOS NUEVOS TIEMPOS

 

·        Con su carácter público, nacional y autónomo, la institución debe de estar a la altura de las nuevas exigencias: Olga Hansberg

·        La comunidad tiene que recuperar la obra y el ejemplo de los pensadores que con su compromiso, espíritu crítico e integridad moral contribuyeron a forjar esta Universidad

·        Se rindió homenaje a José Gaos, organizado por la FFL, el IIF y el COLMEX

 

 

Las exigencias del nuevo contexto nacional e internacional nos obligan a adecuar la Universidad Nacional a los tiempos actuales, pero sin renunciar a los principios, valores y objetivos que alimentan el proyecto de la institución. La comunidad universitaria tiene la tarea de transformar esta casa de estudios para adaptarla a esas exigencias, sin renunciar, en ningún momento, a su carácter público, nacional y autónomo.

 

Olga Hansberg, coordinadora de Humanidades de la UNAM, aseguró lo anterior al inaugurar el “Homenaje a José Gaos”, en el centenario de su nacimiento, organizado por la Facultad de Filosofía y Letras (FFL), el Instituto de Investigaciones Filosóficas (IIF), de la UNAM, y El Colegio de México.

 

Agregó que en la actualidad vivimos tiempos de gran complejidad para la Universidad Nacional en los que la transición política coincide con el proceso de transformación de la máxima casa de estudios.

 

En el Aula Magna de la FFL, Hansberg comentó que si bien esta es una apuesta por el futuro de la institución e incluso del país, es importante volver la mirada hacia el pasado y recuperar la obra y el ejemplo de aquellos pensadores cuyo compromiso, espíritu crítico e integridad moral contribuyeron a forjarla, a la vez que se ha mantenido como el proyecto educativo y cultural más importante del país.

 

Respecto al homenajeado, la coordinadora de Humanidades destacó que José Gaos fue un filósofo original, incansable traductor de obras esenciales y gran profesor que marcó, de forma profunda, el desarrollo de la filosofía en México, país al que adoptó como segunda patria, tras su exilio a causa de la Guerra Civil española.

 

Gaos fue uno de los representantes más importantes del grupo de intelectuales transterrados, cuya aportación a nuestro país tuvo hondas repercusiones en la transformación cultural del México cardenista. "Su presencia -escribió Octavio Paz- fue algo más que un estímulo, fue una confirmación. El trato con ellos no sólo nos permitió conocerlos más íntimamente, sino que a través de nuestras coincidencias y diferencias también aprendimos algo de nosotros, conocer un poco a los otros nos ayuda siempre a conocernos".

 

Después de las grandes dificultades que ha sufrido la UNAM y ante los nuevos retos que enfrentará, agregó Hansberg, "José Gaos constituye un ejemplo de integridad intelectual que vale la pena recordar".

 

A su vez Gonzalo Celorio, director de la FFL, comentó que desde su llegada a México, en 1938, y hasta su muerte, en 1969, Gaos impulsó con denuedo una labor académica e intelectual cuyos efectos aún se ven en ciertas zonas del quehacer filosófico en todo el ámbito hispanohablante.

 

 

Fue un maestro fuera de lo común, alguien en quien la docencia se daba como una pasión viva y placentera. Alejandro Rossi, decía que "el simple acto de dar clases ejercía en Gaos la función de un tónico reconfortante, en medio de las fatigas a que se le había sometido diariamente pese a su prestigio y obra".

 

Celorio dijo que el magisterio desplegado por Gaos tanto en las aulas como en los más diversos foros académicos y en los libros, da cuenta de la profunda huella que dejó entre sus discípulos directos y los lectores que nunca le faltaron.

 

El presidente de El Colegio de México, Andrés Lira, reconoció que José Gaos fue un maestro que ejerció en todas las casas de estudio que estuvieron a su alcance, principalmente en la FFL y en el COLMEX.

 

El filósofo llegó a nuestro país en 1938 como becario de la Casa de España en México, que en 1940 se transformó en Colegio de México, una especie de refugio que se había hecho para los intelectuales españoles a fin de que continuaran su tarea de investigación en lo que la Guerra Civil se resolvía de manera favorable para la República.

 

Por último,  Paulette Dieterlen, directora del IIF, apuntó que no conoció a Gaos en persona, sin embargo, cualquier estudiante de filosofía de habla hispana se pone en contacto con él desde el primer año, lo descubren por sus traducciones, por sus valiosos libros, por el testimonio que dejó de sí mismo y por el de sus discípulos, que se han ocupado continuamente de destacarlo.

 

 

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