9:00 hrs. Diciembre 1 de 2000


Boletín UNAM-DGCS-809

 

LA POLÍTICA EDUCATIVA DE LOS PRÓXIMOS AÑOS DEBE INCLUIR LA CREACIÓN DE UNIVERSIDADES PÚBLICAS

 

 

·        El coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, René Drucker, participó en el coloquio "El futuro de la educación superior en México"

·        Propuso que en todas las universidades se establezca la figura del profesor-investigador

 

 

El coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, René Drucker Colín, propuso que en los próximos años la política educativa del país incluya la creación de nuevas universidades públicas y la elaboración de un plan de desarrollo en el que todas las instituciones tengan la meta común que genere un fácil tránsito entre ellas, lo que permitiría fortalecer las diversas escuelas de educación superior de todas entidades federativas.

 

El problema, subrayó, es que el actual sistema educativo en materia de enseñanza superior dificulta este cambio, además de que el propio personal de las instituciones estatales desconfía de esta medida, lo que se convierte en un "cuello de botella".


 

 

Al participar en el coloquio "El futuro de la educación superior en México", el funcionario universitario resaltó que el sistema de enseñanza superior debería resolver esta problemática, pues se puede solucionar, en parte, con ajustes presupuestales y un plan de desarrollo acorde a la situación actual.

 

En el área de la investigación, agregó, la UNAM tiene importantes centros en distintos estados y busca incrementarlos para poder lograr un impacto importante en el crecimiento de la educación en las entidades. También propuso que en todas las universidades del país se cree la figura del profesor-investigador.

 

El coordinador de la Investigación Científica en la máxima casa de estudios, manifestó también su preocupación por  la falta de fuentes de trabajo en el país para los doctorados que egresan de las instituciones públicas. Apuntó que México tiene graves problemas en ese rubro y comparó: en Estados Unidos se gradúan al año 58 mil doctores, de los cuales el 90 por ciento se inserta en el sector productivo y el 10 por ciento restante en el académico.

 

En México, en cambio, de los 700 doctores graduados anualmente, de los cuales entre 350 y 400 son egresados de la UNAM, el 90 por ciento buscan colocarse en el sector académicos, y sólo el 10 por ciento logra un puesto en el campo productivo.

 

René Drucker alertó sobre el incremento de las universidades privadas y el mínimo crecimiento de las públicas, pues de éstas últimas sólo se han creado tres en los últimos 20 años, mientras que de las escuelas particulares fueron mil 500. Pidió mayor apoyo para las instituciones públicas.

 

A su vez, el coordinador académico del Sistema de Universidad Abierta de la Facultad de Derecho, Rolando Penagos, aseguró que el financiamiento otorgado por el Estado a la Universidad Nacional no debe implicar ningún tipo de limitación a la libertad de cátedra e investigación y mucho menos al derecho de autogobernarse y poseer libre discrecionalidad en la utilización de sus recursos patrimoniales.


 

Asimismo, añadió, la máxima casa de estudios no está obligada a buscar dadivosos financiamientos que sustituyan su presupuesto, porque la educación es un bien público que tiene que ser financiado por el Estado. “El gasto público destinado a la enseñanza superior es primordial para que ésta cumpla con su misión educativa, social e institucional”, subrayó.

 

“La educación es una inversión social y por lo mismo debe ser fundamentalmente pública, gratuita, laica y encaminada a propiciar una democracia incluyente, fundada en la distribución del poder político y en la protección de las minorías para garantizar la participación y libre expresión de los ciudadanos, la defensa de los derechos humanos y del ambiente”, indicó.

 

Las grandes esperanzas nacionales se cifran en las instituciones de nivel superior, principales agentes del cambio social que guían hacia una mejor y más justa sociedad; por esto, el Estado y la sociedad deben valorarlas como una inversión nacional a futuro que mejorará la competencia económica y el desarrollo cultural.

 

La limitación presupuestal, concluyó Rolando Penagos, obliga a las instituciones de educación superior a recortar sus presupuestos, a postergar la modernización de su infraestructura, a disminuir becas e incluso a no mantener en un nivel digno los salarios de su personal académico.

 

A su vez, Alfredo Velarde y Cristina Gómez profesores de las facultades de Economía y Filosofía y Letras, respectivamente, coincidieron en que la realización del Congreso Universitario debe organizarse en forma democrática y sin dobles lenguajes, a fin de que arribe a buen puerto. Por eso, la exigencia, independientemente de posiciones o sectores de procedencia académica e ideológica, consiste en construir el clima y la atmósfera que posibiliten la realización de este Congreso con participación de todo los sectores universitarios.

-oOo-