14:00 hrs. Noviembre 27 de 2000


Boletín UNAM-DGCS-796

 

INCIERTOS, LOS CRITERIOS GUBERNAMENTALES PARA DEFINIR EL SUBSIDIO A LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS

 

 

 

El director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, Fernando Pérez Correa, cuestionó el actual modelo de evaluación para las instituciones de educación superior, sobre el que se basa la asignación de recursos públicos.

 

Sostuvo que, en el mejor de los casos, las oficinas hacendarias adoptan criterios de eficiencia y eficacia, así como principios de asignación de prioridades desconocidas porque no están fundamentadas en la Constitución ni en la normatividad educativa.

 

Al inaugurar el seminario “El Futuro de la Universidad Mexicana”, en el auditorio de la Coordinación de Humanidades, Pérez Correa añadió que las asignaciones presupuestales se sustentan en criterios inerciales y en prioridades circunstanciales, por lo que “el procedimiento es discrecional”.

 

En su ponencia "Perspectivas de la evaluación universitaria", el director de la FCPyS advirtió que en el procedimiento vigente para otorgar el subsidio a la universidad pública nunca se ha fijado el porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) ni de los ingresos públicos federales o estatales que deban destinarse a la educación.

 

Además, agregó el funcionario universitario, se advierte la tendencia al empobrecimiento de las instituciones de educación superior en general y de las universidades en particular. En estas últimas décadas, precisó, destaca el deterioro de la relación gasto corriente-inversión.

 

Muchos recursos frescos, señaló, son asignados mediante procedimientos centralizados y, en algunos casos, discrecionales y no se nota la existencia o la operación de mecanismos de concertación entre las instituciones autónomas y las autoridades fiscales.

 

Pérez Correa manifestó la necesidad de que los congresos de la Unión y estatales pongan en práctica un procedimiento de asignación de recursos alternativo, como mecanismo formal, exigible y efectivo de evaluación de la educación superior y de las instituciones que la atienden.

 

Dijo que conviene incluir en la agenda interna de las universidades la discusión para establecer propuestas y mecanismos internos de evaluación, especialmente para la intervención de árbitros externos. Asimismo, se pronunció porque esta discusión se lleve al seno de la ANUIES, institución que cuenta con la experiencia, antecedentes y logros significativos en esta materia.

 

El director de la FCPyS resaltó que de llegarse a un acuerdo a este nivel permitiría que las instituciones educativas negociaran con las autoridades del sector y fiscales, tanto del ámbito federal como estatales. El objetivo central sería que en esa especie de “convención nacional” se diera pie a la formulación de una iniciativa pactada que se presentaría al Congreso de la Unión para que éste legislara la normatividad correspondiente y se pusiera fin al modelo discrecional.

 

 

Fernando Castañeda, coordinador del Centro de Estudios Básicos en Teoría Social de la FCPyS y quien organizó el evento, resaltó que la Universidad Nacional es, como ninguna otra, la institución fundadora de la nación por sus aportes científicos, culturales, económicos y sociales.

 

Expresó que se requiere cumplir los desafíos actuales mediante una nueva y diferente infraestructura universitaria para la educación superior, así como entender la función de las universidades del país tanto públicas como privadas.

 

 

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