9:00 hrs. Noviembre 25 de 2000
Boletín
UNAM-DGCS-791
EL FUTURO ECONÓMICO DE MÉXICO DEPENDE DE LOS CAMBIOS
POLÍTICOS DEL NUEVO GOBIERNO
El futuro
económico de México depende, en buena medida, de los cambios significativos que
realice el nuevo gobierno en las políticas que lleve a cabo. En este sentido,
debe existir una política industrial de apoyo a la pequeña, mediana y micro
empresas, así como otra de carácter social para el combate a la pobreza e
impulso a la salud y la educación, aseguró el profesor de la Facultad de
Economía, Julio López.
En la videoconferencia “Perspectivas
del nuevo gobierno”, coordinada por Rolando Cordera, integrante de la Junta
de Gobierno de la UNAM, explicó que dichas políticas deben tener prioridad
porque el mercado por sí solo no es capaz de resolver los problemas que aquejan
a la sociedad mexicana. Además es indispensable cuidar los desequilibrios
macroeconómicos, y en particular elevar la recaudación tributaria.
En su exposición resaltó que se espera que para el año 2000 la tasa de
crecimiento promedio del PIB sea del 7 por ciento o superior. Se trata de una
situación que no se veía desde hace mucho tiempo y que está acompañada por un
aumento de la inversión que se espera sea del 10 por ciento de las
exportaciones totales (del orden de 16 por ciento) y una inflación menor al 10
por ciento. Esta situación de bonanza podría llamarse el “auge de la buena
suerte”.
Empero, aclaró, la expansión de la economía mexicana no se debe a un
cambio de modelo o a que las reformas iniciadas en la época del presidente
Salinas estén dando buenos resultados, sino a la coyuntura favorable de nivel
internacional que está caracterizada por un alto ritmo de crecimiento de la
economía norteamericana y por la recuperación de las asiáticas que se traduce
en una alta demanda por nuestras exportaciones y un alto precio del petróleo.
Sin embargo, advirtió que es imposible que esa situación se mantenga, y
que en caso de que así sucediera no llevaría al país vecino a una crisis, pues
“no hay que olvidar que una situación de crecimiento basada en el endeudamiento
contiene elementos de fragilidad financiera”.
Si por alguna razón se detiene el proceso de crecimiento, dejan de
crecer los ingresos y las posibilidades de pago de la deuda incurrida en
periodos anteriores se hacen menores, eso puede traer una desaceleración
generalizada del crecimiento por periodos largos, hecho que afectaría a la
economía mexicana.
La situación de nuestro país depende de la coyuntura internacional, por
lo que los elementos de fragilidad y que llaman a la cautela son hoy más
necesarios que en el pasado, finalizó.
En tanto, Clemente Ruiz Durán, también profesor de la FE dijo que la
inversión extranjera en los últimos 10 años fue superior a los 80 mil millones
de dólares. “El Tratado de Libre Comercio abrió el espacio para una
reestructuración de la planta productiva en términos de inversión proveniente
del exterior; tenemos una planta productiva, maquiladora que marca la pauta del
desarrollo creciente”.
Opinó que los rezagos acumulados en los últimos 50 años plantean la
necesidad de una visión diferente para la economía mexicana; la pregunta para
el nuevo gobierno es si el modelo con escolaridad baja, con un aparato
productivo desintegrado debe mantenerse, o en cambio se terminan dichos
rezagos.
Cuando las inercias deterioran a las instituciones y el gobierno pierde
credibilidad, nos encontramos con la necesidad de una “reingeniería mayor” del
sector público.
El problema de financiar al Estado para que tenga los recursos
suficientes para enfrentar los restos del desarrollo, es una tarea difícil
porque a nadie le gusta pagar impuestos. Por ello, el contexto real de la
reforma fiscal debe ser qué queremos y cómo lo debemos financiar; debe partir
de la imagen de país que se quiere, agregó.
Las tareas de gobierno deben hacerse al nivel más efectivo; en esta
perspectiva el éxito de las políticas públicas dependerá del grado de
involucramiento de la sociedad civil, de cada uno de los agentes económicos, en
el quehacer cotidiano de la construcción del país, finalizó Ruiz Durán.
La videoconferencia fue transmitida desde la Facultad de Economía de la
UNAM a las Instituciones de Culiacán, Guanajuato, Jalapa, Monterrey, así como a
la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán y la Escuela Nacional de Estudios
Profesionales Acatlán.
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