9:00 hrs. Noviembre 18 de 2000
Boletín
UNAM-DGCS-774
BAJO UN NUEVO ESQUEMA, “PROGRESA” DEBE
FORTALECERSE: INVESTIGADORES UNIVERSITARIOS
·
Especialistas del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) dijeron
que por la vulnerabilidad de la economía ese programa social debe seguir
protegiendo a los más pobres
·
Participaron en la cuarta videoconferencia con el tema "Política
social y gasto público para la superación de la pobreza" transmitida desde
la DGSCA de la UNAM
El
Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa) debe fortalecerse bajo
un nuevo esquema económico para seguir apoyando a la población de escasos
recursos, afirmaron especialistas del Instituto de Investigaciones Económicas
(IIEc) de la UNAM.
Al
participar en la videoconferencia “Política social y gasto público para la
superación de la pobreza”, realizada en el marco del 60 aniversario del IIEc,
Adolfo Sánchez y Verónica Villarespe aseveraron que si la economía mexicana
fuera sólida y estable, entonces sí sería conveniente reducir el presupuesto de
ese programa gubernamental, o incluso desaparecerlo.
En opinión de Adolfo Sánchez, durante este sexenio se registró estancamiento en el gasto público. “Sabemos lo que pasó con el resto del
ingreso, muchos de estos recursos se destinaron a atender necesidades del Fondo
Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) y al rescate carretero”.
El especialista universitario indicó que el modelo económico
adoptado en México desde 1982 es el principal causante del crecimiento de la
pobreza en el país. Este esquema, dijo, es incapaz de generar la riqueza suficiente
y difundir sus beneficios a la población, dado que la concentración de ésta en
México es altísima.
En la sala de
Videoconferencias de la Dirección General de Servicios de Cómputo Académico
(DGSCA), Adolfo Sánchez indicó que este modelo económico también provocó una
lenta generación de empleos, el incremento del subempleo y de la economía
informal, así como el aumento de niños que contribuyen al ingreso familiar,
y la baja productividad del sector
rural.
Consideró que en México no se cuenta con sistemas de
seguimiento y evaluación ni con información confiable que permitan valorar las
acciones del Estado en materia de combate a la pobreza. Sin embargo, el
Progresa se evaluó y los resultados comprobaron que cumple con una función
social importante.
En
su oportunidad, Verónica Villarespe indicó que de acuerdo con la Encuesta
Nacional de Ingresos y Gastos en 1994 la pirámide social se conformó con el 40
por ciento de personas en pobreza extrema, el 29 por ciento con pobres
moderados y el 31 son no pobres.
Para
1996, añadió, la pirámide cambió
“brutalmente” en gran parte debido a necesidades insatisfechas y a la falta de
ingresos económicos, ya que la pobreza
extrema pasó al 55 por ciento, la moderada se ubicó en 24 por ciento y los no
pobres en 21 por ciento.
Refirió
que como parte de las políticas sociales aplicadas por el Estado para combatir
los rezagos sociales, el Progresa es el eje rector de ellas, debido a que
funciona con criterios de focalización y racionalización del gasto.
Sin
embargo, los investigadores coincidieron en que la principal falla del Progresa
es su centralismo, sobre todo por haber elegido familias beneficiarias a través
de encuestadores que se envían desde el centro del país.
Asimismo,
señalaron que el Progresa generó algunos problemas al interior de las
comunidades, por ejemplo, desarticulación y segregación, debido a que separa a
pobres de los no pobres. Son puntos que es necesario revisar con cuidado para
estar en posibilidad de rediseñar el programa.
De
continuar el Progresa sin reestructuración, Adolfo Sánchez y Verónica
Villarespe advirtieron sobre la lucha que se dará entre estados, municipios y
comunidades por el control de los recursos y la definición de los
beneficiarios. De darse la reestructuración del programa es necesario que se
definan mecanismos para la generación de empleos locales, infraestructura y
sistema de transporte.
La
videoconferencia fue transmitida simultáneamente a la FES Cuautitlán y a la
Universidad de Occidente Campus Los Mochis y Culiacán, en Sinaloa.
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