10:00 hrs. Noviembre 14 de 2000


Boletín UNAM-DGCS-755

 

 

EFICIENCIA Y PRODUCTIVIDAD, REQUISITOS INDISPENSABLES PARA LA COMPETENCIA INTERNACIONAL DEL PAÍS

 

·        La inserción deberá estar guiada por los intereses del país y no de minorías que sólo buscan optimizar sus ganancias, dijo Jorge Calderón, de la Facultad de Economía de la UNAM

·        Especialistas de diversas disciplinas analizan la globalización y el cambio estructural del país; las mesas de diálogo continuarán hasta el 27 de este mes

 

 

Para que México se inserte en una nueva visión de nación, requiere del desarrollo sostenido de todas las ramas, sectores y regiones, en los que la eficiencia y la productividad se reflejen en mejores niveles de vida para la población y en mayor capacidad competitiva tanto en el mercado interno como en el externo, afirmó el profesor Jorge Calderón Salazar, de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.

 

Sin la adecuada regulación estatal, el mercado y la competencia van en contra de los principios del desarrollo equilibrado, el cual sólo se logrará con democracia y respeto a los derechos humanos, laborales y sociales en todos los niveles y aspectos de la vida nacional, agregó el organizador del ciclo de conferencias sobre “Globalización, liberalización comercial y cambio estructural”, inaugurado por Guillermo Ramírez, director de la Facultad.

 

Calderón Salazar, quien participó en la mesa “México en la era de la economía global: evolución, tendencias y perspectivas”, destacó que el país debe insertarse en la economía mundial, aunque ésta debe estar guiada por los intereses del pueblo mexicano: trabajadores, micro, pequeños y medianos empresarios, ciudadanos e indígenas.

 

“Nos oponemos a una integración guiada por los intereses de minorías y corporaciones que buscan optimizar sus ganancias y competir en mejores condiciones con otras empresas internacionales”, señaló el profesor de la FE.

 

En la sala “Ricardo Torres Gaitán”, de la FE, Miguel Marón Manzur, tesorero de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), dijo que en la actualidad el desarrollo de las micro y pequeñas empresas ocurre de manera automática.

 

“Aun cuando sabemos que un sistema de economía de mercados reporte ciertos beneficios al sector industrial, reconocemos que tiene fallas y, por lo tanto, es necesario que el gobierno intervenga en la economía para poder aprovechar al máximo la vocación productiva de las industrias nacionales, de manera que se inserten sin desventajas en la economía mundial”, sostuvo.

 

Contrario a lo que se piensa, abundó, el apoyo a las micro y pequeñas empresas se da sobre todo en los países del primer mundo, porque éstas son las mayores generadoras de empleo y pueden conducir al desarrollo de un país, al no depender únicamente de la globalización en términos de desarrollo y crecimiento.

 

En el mundo global del siglo XXI, consideró, corresponderá a las empresas multinacionales de los países desarrollados jugar un papel de primer orden. Debemos aprender de sus estrategias en materia de alianzas, de promoción en investigación y desarrollo, así como de sus técnicas y prácticas administrativas para generar ventajas a nivel de los negocios más pequeños.

 

En su oportunidad, Isaac Minian Laniado, académico de la FE, subrayó que en el contexto mundial actual se debe entender la globalización en torno a tres procesos: la revolución tecnológica, la liberalización económica y las tendencias hacia una economía global.

 

En este sentido, los países desarrollados están enfocados en dar más apoyo a inversiones intangibles como la investigación, el desarrollo, la formación de recursos humanos y el uso de nuevas tecnologías, añadió.

 

Invertir en estas actividades, puntualizó, es altamente rentable para los grandes capitales extranjeros, pues en la actualidad las tasas de retorno de capital pueden llegar hasta un 20 por ciento.

 

Explicó que una forma de incorporar en estas nuevas formas de inversión a países semidesarrollados como México, es a través de las importaciones, porque la participación en los mercados mundiales fomenta el uso de nuevas tecnologías.

 

Sin embargo, apuntó el economista, la globalización también tiene sus desventajas pues estas economías tienden a ser duales al presentar algunos sectores industriales muy productivos y exportadores. En cambio, hay otros cuya capacidad competitiva es más limitada, lo cual acentúa las desigualdades entre las empresas.

 

Finalmente, Luis Wybo Alfaro, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, aseguró que los grandes capitales extranjeros quieren hacer creer que todo se globaliza, “en un mundo donde no han cambiado las cosas”.

 

La pretensión de globalizar, aseveró, sólo beneficia a los centros de poder y perjudica a los países en proceso de desarrollo. Por ello, dijo, ningún país tiene que correr para incorporarse a la ineludible globalización ni va a declararse en quiebra por no querer aplicar la apertura neoliberal. “Ninguno de nuestros pueblos tiene porque aceptar que el dominio hegemónico, disfrazado de lo que sea, nos califique y certifique”.

 

El ciclo de conferencias tiene como propósito realizar un debate con un enfoque multidisciplinario y plural, donde se analicen las políticas de liberalización comercial, así como hacer un balance de los tratados de libre comercio que México ha firmado con numerosos países y analizar su relación con Centro y Sudamérica.

 

Con este objetivo participan en las mesas redondas, que se desarrollarán hasta el 27 de este mes, especialistas en comercio internacional, economía, diplomáticos, empresarios y dirigentes sindicales, así como investigadores y profesores de la Universidad Nacional.

 

 

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