09:00 hrs. Noviembre 10 de 2000


Boletín UNAM-DGCS-745

 

LAS CENIZAS DEL POPOCATÉPETL CAUSAN  IMPORTANTES DAÑOS EN LA SALUD

 

·        En combinación con la contaminación ambiental se acrecentan las afecciones respiratorias entre la población, aseguró la catedrática de la UNAM, Guadalupe Ponciano

·        También afectan el agua, el suelo y la vegetación y, en condiciones extremas, propician cambios climáticos con efectos negativos

 

La lluvia de cenizas propiciada por las exhalaciones del volcán Popocatépetl puede provocar importantes daños en la salud de la población, tanto por sus efectos directos como por su combinación con la contaminación ambiental  existente, informó la catedrática de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Guadalupe Ponciano Rodríguez.

 

Al señalar que a ello se suma la polución que las cenizas volcánicas ocasionan en el agua, el suelo y la vegetación -elementos que también están en contacto directo con los seres humanos-, la profesora del Departamento de Farmacología de la FM resaltó que debido a que estos residuos llegan a la estratósfera, se presentan cambios climáticos con consecuencias negativas para la salud humana.

 

En entrevista, la especialista puntualizó que los grupos más vulnerables son los niños, en especial los menores de cinco años, las mujeres embarazadas, las personas mayores de 65 años y quienes tienen algún padecimiento cardiorespiratorio: asma, bronquitis, neumonía, angina de pecho y con antecedentes de infartos, entre otros.

 

Destacó que cuando hay una fuerte lluvia de cenizas la población presenta irritación de ojos y nariz, incremento en las infecciones respiratorias por bacterias y virus, laringitis, sinusitis y faringitis, entre otras, además la exacerbación de enfermedades crónicas como la pulmonar obstructiva, bronquitis y asma.

 

Asimismo, agregó, se presentan síntomas respiratorios como tos, tos con flema y sibilancia (ruido en el pecho), y se recrudecen los padecimientos cardiopulmonares.

 

Ponciano Rodríguez precisó que el aparato respiratorio de los seres humanos tiene mecanismos de defensa que, sobre todo en el caso de las partículas, nos sirve para evitar contraer alguna enfermedad cardiorespiratoria o agravarla. El primero de ellos es la mucosa nasal, cuya vellosidad impide que el contaminante entre al organismo, principalmente si se trata de cenizas porque su diámetro puede ser mayor de 10 micras.

 

Sólo las que son muy pequeñas, las moléculas de gas como el dióxido de azufre, pueden entrar a la parte posterior del aparato respiratorio, a las vías finas como el pulmón y los bronquios, porque el mecanismo de limpieza interno resulta insuficiente.

 

La académica universitaria subrayó que cuando las exhalaciones del volcán son menores pero más frecuentes, pueden propiciar alteraciones en la morfología del aparato respiratorio de las personas, por el acumulamiento de partículas contaminantes en depósitos, hecho que afecta su funcionamiento.

 

 

 

Explicó que esto muestra que las partículas generadas por la lluvia de cenizas, que pasan a formar parte de la atmósfera, tienen un impacto importante en la salud, dado que el 30 por ciento de la gente expuesta a las cenizas volcánicas puede resultar afectada.

 

Ejemplificó con el caso del volcán "Santa Elena", en Estados Unidos, cuando, en 1980, tuvo una erupción arrojó grandes cantidades de gases como dióxido de azufre. De ese fenómeno, explicó, se observaron alteraciones agudas importantes en los habitantes del lugar, sobre todo de tipo respiratorio.

 

En cuanto al clima, la también coordinadora de la Clínica Contra el Tabaquismo del Hospital "Manuel Gea González", de la Secretaría de Salud, especificó que el problema surge cuando las partículas llegan a la estratósfera.

 

En el caso de los volcanes "Santa Elena", "El Chichonal" y "El Cracatoa", cambió el clima debido a la gran cantidad de partículas que lanzaron a la estratosfera. Es decir, los inviernos fueron más fríos, debido a que estos contaminantes se convirtieron en una capa que no permitió la entrada completa de la radiación solar, indicó.

 

Hay alteraciones en la vegetación que en muchos casos provocan la disminución de la producción, cuando se trata de algún cultivo, en la composición de los suelos y en los cuerpos de agua, pues hay muchas sustancias que modifican el líquido.

 

Ante la posibilidad de que el Popocatépetl tenga nuevas exhalaciones, con la consecuente lluvia de cenizas en zonas habitacionales,  Guadalupe Ponciano recomendó a la población consumir líquidos, sobre todo agua, para mantener hidratadas las mucosas; incluir gran cantidad de cítricos en la alimentación para fortalecer el aparato respiratorio; no fumar, pues el humo del tabaco contiene cuatro mil 500 compuestos y convierten a niños, enfermos y ancianos en fumadores pasivos y que las personas con algún padecimiento cardiorespiratorio se mantengan en espacios cerrados.

 

-oOo-